Crimen en Cerro Corá | Vulnerabilidad, asesinato y ¿Una guerra declarada?: “Si sale, lo vamos a matar”, aseguran desde el entorno de la víctima

Mañana, se cumplirá una semana de uno de los peores asesinatos perpetrados en la provincia, cuyo homicida fue detenido en la escena del crimen y con un machete ensangrentado entre sus manos. ¿El acusado es consciente de sus actos?

La Justicia misionera se maneja con cautela, pero las pruebas son más que suficientes para que José Andrés Quednau tenga una larga estadía tras las rejas. En la zona lo titulan como un crimen por odio o celos, pero nada justifica la crueldad con la que mató el asesino.

El criminal asesinó a machetazos a su víctima y luego, le extrajo su corazón e intestinos. Las imágenes que se difundieron en redes sociales reflejan como Quednau ató las vísceras de Da Rosa en las muletas formando una especie de cruz, propia de un ritual satánico.

Hay quienes aseguran que el sanguinario cortó en pedazos el órgano principal del aparato circulatorio de la víctima y lo consumió, bebiendo además la sangre derramada del cuerpo humano.

Automáticamente al conocerse los escalofriantes detalles del hecho, se hace presente el recuerdo de la oscura y dramática Semana Santa de 1996, reconocida históricamente como el sangriento motín del penal de Sierra Chica, donde la realidad superó a la ficción.

Cadáveres cremados en la panadería de la cárcel, presos jugando al fútbol con las cabezas de otros y una jueza entre los rehenes fueron solo algunas de las escenas de aquel suceso que sin dudas marcó a la historia criminal Argentina.

 

Pudrirse en la cárcel o justicia por mano propia

Este medio entrevistó en exclusiva a la mujer sobreviviente del crimen que azotó al pequeño Paraje Las Quemadas, quien insistió en el pedido de Justicia por Lorenzo Ramón Da Rosa.

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La vulnerabilidad acompañó toda su vida a Teresa del Carmen Venecio y la violencia de género estuvo presente con frecuencia durante su relación de pareja con el asesino. Aún así, la mujer pudo criar a sus tres hijos y salir adelante, aunque algunos tantos la acusen a ella de provocar el fatídico desenlace.

La cultura en las zonas rurales e interior de la provincia es diferente, en muchos sentidos, a la capital. Algunos no conocen sus derechos como ciudadanos en democracia, ni comprenden el significado de la palabra Justicia. Saben que sus actos tienen consecuencia pero creen que la violencia incita a más violencia.

Los familiares de ambas víctimas se encuentran radicados en Candelaria, Profundidad y Cerro Corá, en algunos de estos lugares ni siquiera llega señal telefónica. Anterior y posteriormente a la entrevista periodística, repitieron la frase “si la Justicia no hace nada, nosotros vamos a tomar represalias”.

Claramente, una especie de guerra fue declarada por familiares de ambos hacia el asesino Quednau, quien según lo que establece el Código Penal argentino, deberá purgar una condena a prisión perpetua. Pero también, está presente la posibilidad de que el acusado sea declarado inimputable al no comprender la criminalidad de sus actos. Esto último, está totalmente descartado por los allegados al asesino.

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