23 años de la tragedia de LAPA | El increíble destino de las dos víctimas que no iban en el avión

El vuelo 3142 que hacía la ruta Buenos Aires-Córdoba, se puso en marcha para volar, pero nunca despegó: se estrelló en la avenida, En total, hubo 65 muertos y 37 heridos. La historia de las dos victimas de la tragedia de LAPA que no iban en el avión.

Mucha gente entiende que el destino no está escrito, sino que es algo que se forja a diario. Sin embargo, es inevitable que ese pensamiento se cuestione al reconstruir aquella tragedia de LAPA en el Aeroparque porteño, que en la noche del 31 de agosto de 1999 dejó un trágico saldo de 65 muertes y 37 heridos, algunos muy graves.

Un avión que nunca despegó y siguió andando sobre sus ruedas a toda velocidad, se fue de pista, rompió la reja perimetral, y pasó por la avenida Costanera hasta estrellarse y prenderse fuego del otro lado de la calle, en un campo de golf.

 

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Morir en una tragedia aérea pero sin que la nave se levante ni un metro del suelo ya es algo paradójico, aunque mucho más lo es morir en la misma circunstancia pero sin siquiera estar dentro de esa nave. Así de increíble fue el destino de las dos víctimas que no iban en el avión: transitaban en un auto por la avenida Costanera cuando el Boeing 737 de LAPA se los llevó puesto.

El 31 de agosto de 1999, un avión de LAPA no despegó, se fue de pista y se estrelló frente al Aeroparque porteño. Hubo 65 muertes, dos de ellas eran automovilistas que fueron arrollados por la nave.

La vida de Oscar Ramonino, un contador que volvía de trabajar en su auto, un Chrysler Neón de color blanco, y de Andrea Grilli, compañera suya del trabajo, quien lo acompañaba porque él la iba a dejar en su casa, se terminó en cuestión de segundos. Quizá comparable con lo que vieron los ojos de quienes estaban en las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, cuando la nariz de un avión se estrelló contra los ventanales y contra ellos mismos.

 

A 23 años de la tragedia de LAPA en Aeroparque: un avión que no despegó y decenas de víctimas

LAPA era una empresa aérea que tenía 24 años de existencia y desde hacía 15 pertenecía al empresario de origen checoslovaco, Gustavo Deutsch, que -curiosidades del destino- murió en 2014 al estrellarse contra una casa en Nordelta en una avioneta que él mismo piloteaba.

Se había convertido en un éxito comercial en los años 90, compitiendo con Austral y Aerolíneas Argentinas (que habían sido privatizadas y eran propiedad de Iberia y luego del estado español), basándose en sus pasajes baratos que le permitían tener cada vez más vuelos llenos. Una empresa “low cost”.

El vuelo 3142 que hacía la ruta Buenos Aires-Córdoba (era la más popular de la empresa), se puso en marcha para volar pero nunca despegó. Sus motores estaban con toda la fuerza que el despegue necesita, pero un error en la configuración haría que la nave nunca tomara vuelo y siguiera derecho de forma descontrolada.

Los pilotos Gustavo Weigel y Luis Etcheverry no hicieron caso a la alarma que comenzó a sonar porque los flaps de las alas no se habían extendido. La desoyeron e intentaron igual un despegue que nunca se concretó. Fueron los responsables principales de la tragedia y fueron dos de los 63 muertos que estaban sobre el avión.

En el increíble y descontrolado recorrido, la nave arrastró una antena del Aeroparque, rompió la reja perimetral y, antes de terminar estrellándose contra un campo de golf luego de arrasar máquinas viales e impactar con una casilla de gas que provocó una explosión y el incendio, cruzó la avenida Costanera y atropelló el Chrysler Neón de Ramonino.

tragedia de LAPA
Escenario del horror frente al Aeroparque de Buenos Aires. Entre esos restos de fierros retorcidos estaba el auto que manejaba Oscar Ramonino, una de las dos víctimas que no estaban en el avión. (Foto TN.com.ar)

A 23 años de la tragedia de LAPA en Aeroparque: hubo otros autos chocados por el avión

María del Carmen Lezcano y su hermano Hugo iban también por la avenida, en un pequeño Fiat 147, cuando el Boeing 737 de LAPA los pasó por arriba. El destino les tenía preparado algo distinto que a Ramonino, porque no sufrieron ni un rasguño. Fueron sobrevivientes y testigos directos de lo ocurrido.

Vieron cómo el avión se envolvía en llamas, cómo pasajeros desesperados se tiraban desde la parte trasera de la nave y corrían con sus ropas prendidas fuego. Los hermanos Lezcano iban a una presentación en el centro de convenciones de Punta Carrasco frente al Aeroparque. Eran casi las 21 e iban despacio porque Hugo, quien manejaba, no estaba seguro dónde debía doblar para entrar al complejo.

Mientras miraban sin poder creer, un taxista los sacó del shock y les preguntó si estaban bien. “Volvimos a nacer, el avión pasó entre nosotros”, les dijo. Los tres comprendieron hasta que punto había sido un milagro cuando vieron a pocos metros al Chrysler blanco de Ramonino destruido por el fuselaje del avión.

También estaba cerca otro hombre, llamado Alejandro Grondona, quien manejaba un Audi negro que fue apenas impactado por el avión. Sólo tenía un corte en la frente. Todos ellos eran sobrevivientes y sus destinos bien distintos al de Ramonino y Grilli. Y al de las 63 personas que estaban sobre el avión y murieron.

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Oscar Ramonino manejaba el auto que fue arrollado por el Boeing de LAPA que no pudo despegar y siguió derecho a toda velocidad. El hombre y una mujer que lo acompañaba son las dos víctimas que no estaban en el avión. (Flia. Ramonino)

A 23 años de la tragedia de LAPA en Aeroparque: condenas leves una causa que prescribió

El contador Oscar Ramonino y su compañera de trabajo, Andrea Grilli, fueron las primeras víctimas fatales de la tragedia de LAPA, según las pericias posteriores. Dos muertes insólitas e increíbles. Dos víctimas más de la negligencia y la corrupción que de lo accidental.

El juicio y las condenas fueron impropias de semejante tragedia, más allá de que la Justicia determinó culpables directos a Gustavo Weigel y Luis Etcheverry, piloto y copiloto del avión, quienes murieron en la tragedia.

El 20 de abril de 2003, LAPA quebró y dejó de operar. Tiempo después, Valerio Diehl -gerente de operaciones de la empresa- fue condenado en primera instancia a cinco años de prisión en suspenso, y sobre Gabriel Borsani -jefe de línea de Boeing 737- cayeron tres años: ambos fueron penalmente responsables de “estrago culposo agravado”.

Pero las condenas nunca fueron firmes: la Justicia demoró tanto en llevar a juicio a los acusados, que Casación anuló las condenas en 2014 por “prescripción” del delito. Y la Corte Suprema lo avaló

Otros acusados, algunos con posiciones clave en LAPA, como su director general, Ronaldo Boyd; el gerente de operaciones, Fabián Chionetti; y la gerenta de Recursos Humanos, Nora Arzeno, fueron absueltos.

 


Fuente: TN

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