Opinión | La interna de Juntos por el Cambio al rojo vivo: el desfalco de la CELO y las acusaciones de Carrió

Las múltiples diferencias públicas a nivel nacional dentro de la alianza cambiemita se replican en territorio misionero. El interés evidente es posicionarse dentro del espacio de cara a las elecciones del próximo año: las distintas realidades del pueblo argentino son ignoradas en este maremoto de acusaciones.

La danza sucedida en los últimos días entre Larreta, Bullrich, Macri, y demás figuras de JxC es un claro ejemplo de lo anteriormente dicho: buscan erigirse como el más represor entre sus pares, para ganar lugar dentro de su interna y cerrar la fuga de votos hacia otros espacios.

Poco antes, la líder de la Coalición Cívica Elisa Carrió había efectuado un raid mediático denunciatorio de distintos manejos y figuras de la alianza que integra. En entrevistas concedidas a distintos medios de comunicación, la ex diputada nacional acusó a varios de sus compañeros de Juntos por el Cambio de haber tenido conductas éticas reprochables. Habló de acuerdos, “negociados” e incluso de la vida privada de uno de ellos. La Líder de la Coalición Cívica objetó debates internos y centró sus cuestionamientos contra el presidente del bloque de diputados del Pro, Cristian Ritondo, el actual legislador y exministro del Interior Rogelio Frigerio, y el extitular de la Cámara de Diputados durante el gobierno anterior, Emilio Monzó.

“Hacia delante, Juntos por el Cambio tiene que tener reglas decentes, tiene que estar conformada por decentes. No puede haber más negocios”, afirmó en ese momento. Además, en los últimos días, “Lilita” sumó otra denuncia: en este caso por espionaje, contra la ex ministra de Seguridad de la Nación y titular del PRO, Patricia Bullrich. «Durante el gobierno de Macri yo también sufrí amenazas, entonces pedí custodia. Era ministra Patricia Bullrich. Ella me mandó la Federal y la Federal se puso a 30 metros para espiarme», advirtió Carrió. «Tuve que pedir el relevamiento de la Policía Federal que venía de San Isidro —ustedes saben que las causas de narcotráfico que nosotros perseguimos están en San Isidro— porque en realidad me estaban espiando. Había asaltos alrededor de mi casa en forma permanente», detalló la abogada.

¿Y por casa como andamos?

La situación de Juntos por el Cambio en Misiones no dista en demasía del correlato nacional, con algunas particularidades propias de la tierra colorada, claro está. Veamos.

La última notoria acción fue otra propuesta inconducente: el pedido de juicio político al Presidente Alberto Fernández. A sabiendas de lo infructuosa de la misma, un grupo de diputados opositores elevaron dicho pedido (suena extraño pensar que pueden desear que ocupe el sillón de Rivadavia en reemplazo de Fernández la vicepresidenta).

Misiones tuvo participación en este paso de comedia, el joven e inexperto diputado nacional Martín Arjol estampó su firma a este pedido, por lo cual recibió la reprimenda del presidente de la UCR a nivel nacional, el gobernador de Jujuy Gerardo Morales. “No estoy de acuerdo”, afirmó. “No hay que sobreactuar en la oposición con estos temas”, recomendó.

Morales advirtió que “los planteos institucionales de ese tipo cuando sean posiciones de Juntos por el Cambio van a ser planteadas por los presidentes de bloque”.

Arjol, por su parte, respondió de manera que escueta que: “Su opinión [la de Morales]no tiene por qué limitar mi actividad como diputado”.

Esta actitud no fue bien recibida en el seno del radicalismo misionero. Por ejemplo, el sector que responde al diputado provincial Ariel “Pepe” Pianesi considera un acto de soberbia por parte de Arjol enfrentarse de esta manera a un dirigente como Morales, debido a su trayectoria política y por el cargo que ostenta dentro del radicalismo nacional. Además, continúa agitando las aguas de la feroz interna de los boina blanca en la tierra colorada.

El estallido en la Cooperativa Eléctrica de Oberá es otro claro ejemplo de los intereses que priman dentro de la coalición amarilla: búsqueda de cargos, amiguismo (parientes y amigos de dirigentes del PRO que dirigen la compañía fueron contratados sin tener las habilidades necesarias y sin que exista la necesidad de ocupar esos puestos) y desfalco.

La situación llegó a tal punto que Enrique Kuszko y Néstor Mattos, socios de la CELO, denunciaron penalmente a los administradores de la Cooperativa por fraude.

Los denunciantes solicitaron que el Poder Judicial “investigue la presunta comisión del delito de Fraude en la administración de la Cooperativa Eléctrica Limitada de Oberá -CELO-, la que se habría perpetrado presentando estados contables, balances y demás documentación con ocultamiento de la verdadera situación patrimonial actual de la empresa cooperativa y que la misma podría haber ocultado beneficios personales en la persona de su presidente Sr. Pedro Andersson”.

Por otra parte, la denuncia incluye a la cúpula de la Cooperativa Eléctrica, a quienes se acusa de “emplear familiares directos sin concurso previo ni necesidad de incorporación”.

El titular de la CELO, “Pilo” Andersson eligió en su momento el canal de su amigo Ramón Puerta para ensayar una no muy convincente defensa: “No tengo aire acondicionado en mi casa porque no llego a pagar la luz”, llegó a argumentar sin ponerse colorado en aquella ocasión.

La elección del medio para la “limpieza” de Andersson no fue casualidad, puesto que blanquea un secreto a voces: la vinculación de toda la cúpula de la Cooperativa Eléctrica con dirigentes de Juntos por el Cambio. Pese a ello, el titular de la CELO reconoció la deuda que mantiene la Cooperativa y que los familiares cercanos a miembros de JxC fueron contratados de manera directa, sin pasar por los concursos habituales.

Lo que se dice, toda una conducta de vida.

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