Las lluvias monzónicas y el derretimiento de los glaciares han causado inundaciones devastadoras en Pakistán. Millones se han visto afectados, hay cientos de víctimas fatales, más de 170 mil viviendas afectadas y puentes destruidos, informó el gobierno. Piden ayuda internacional.
Desde el principio de la temporada de lluvias, el 14 de junio, 982 personas han muerto (de las que 316 son niños) por las devastadoras inundaciones, más de 3.000 kilómetros de carreteras y más de 680.000 viviendas se han visto afectadas, según datos de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA, en sus siglas en inglés), informó el diario español El País.
Un conocido hotel de lujo en Pakistán se ha derrumbado este viernes por completo debido a las riadas provocadas por las lluvias torrenciales que azotan la región desde hace días. El New Honeymoon, localizado junto al río Swat en la ciudad de Kalam, fue arrastrado por la fuerza del agua como si fuera de papel. Los huéspedes del hotel fueron evacuados un día antes de que la estructura cediera a las inundaciones. Según los vecinos de la zona otros edificios han corrido la misma suerte.
La NDMA estimó el viernes que 4,2 millones de personas (un 2% de la población) se habían visto “afectadas” por las inundaciones. “La magnitud de la calamidad es mayor de lo que estimábamos”, afirmó a través de su cuenta de Twitter el primer ministro paquistaní, Shehbaz Sharif, que ha cancelado un viaje a Reino Unido para ir a las zonas inundadas.
Se trata de las peores lluvias de los últimos 60 años
El miércoles, el secretario de Estado para el Cambio Climático, afirmó que la inundación era una catástrofe “a una escala épica”, comparable con las lluvias de 2010, en las que 20 millones de personas se quedaron sin hogar.
Especialmente afectados están los ríos Indo (el más importante del país, que corta Pakistán de noreste a sudoeste) Kabul y Swat. Las provincias de Baluchistán y Sindh, situadas río abajo en la costa del mar de Arabia, son las más afectadas: solo en Sindh, según el Gobierno provincial, se han perdido más de 800.000 hectáreas de cultivos, una desgracia en una región donde muchos agricultores viven con lo básico, cosecha a cosecha.
En el conjunto de Pakistán, este monzón ha llovido el triple del promedio de los últimos 30 años; en Baluchistán, el quíntuple. En Chaman, una localidad de Baluchistán en la frontera con Afganistán, los viajeros debían pasar el paso fronterizo vadeando después de que la riada superase el puente.
Hace solo unos meses, Pakistán vivía una de las peores olas de calor de su historia, con temperaturas que llegaban a los 52 grados Celsius en localidades como Jacobabad, donde hoy buena parte de la ciudad está bajo el agua.
El país está en el octavo en el Índice de Riesgo elaborado por la ONG Germanwatch con los estados considerados más vulnerables a los extremos causados por el cambio climático. El Gobierno afirma ser consciente de lo que esto supone y dice haber orientado sus políticas para atender a los afectados, pero no es suficiente: el viernes, Sharif se reunió con el cuerpo diplomático para pedir ayuda internacional.
Este sábado 27, el Gobierno de Pakistán declaró el estado de emergencia nacional a consecuencia de las inundaciones provocadas por las lluvias monzónicas y pidió ayuda internacional tras dos meses de enfrentar impactos climáticos en su país.
Pedido de ayuda humanitaria de la Iglesia de Pakistán
El Obispo de Hyderabad (Pakistán), Mons. Sansón Shukardin, también hizo un llamado a las personas de buena voluntad de ayudar con donaciones a los pakistaníes damnificados de las lluvias e inundaciones.
En una carta enviada a Samantha Rodrigues, presidente del Gremio de Mujeres Católicas de Pakistán, Mons. Shukardin confesó que se está viviendo “un momento triste para el pueblo de Pakistán”.
“La gente se quedó sin refugio y hambrienta, además de las familias que lloran la pérdida de sus seres queridos. Su ayuda en forma de alimentos no perecederos, ropa, zapatos y sábanas sería una bendición para nuestras familias afectadas por la lluvia.”, fue el pedido el prelado a esta organización de ayuda humanitaria.
También dijo que “la provisión de mosquiteros y tiendas de campaña sería de gran ayuda para muchas familias sin hogar”.
“Gracias por su amable pensamiento de ayudar a las personas angustiadas en esta grave crisis de lluvias e inundaciones”, concluyó Mons. Shukardin.
En respuesta, el gremio católico escribió en su cuenta de Facebook que la ayuda para los afectados “no se trata de religión sino de humanidad” y pidieron a sus seguidores más ayuda para llegar a todas las víctimas.
“Si conoce a alguien a quien le gustaría donar artículos no perecederos, galletas, ropa, botellas de agua mineral, tetra pack de jugos y leche, bizcochos, frijoles enlatados, alimentos enlatados, utensilios, medicamentos, etc., comuníquese con nosotros lo antes posible”, sostuvo la asociación católica.
Fuente: Con información de El País España y ACI
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