Reino Unido | Madre es hospitalizada por malnutrición al sacrificar su alimentación por la de sus hijos

Kelly Thomson, una madre soltera de 43 años oriunda de Berkshire, contó a medios ingleses que este año ya fue hospitalizada dos veces por malnutrición, al sacrificar su propia ingesta de comida por la de sus dos hijos, una niña de 11 años y un niño de 14.

Thomson tiene sólo £40 por semana para alimentar a sus hijos y a ella misma, según transcurrió, incluso cuando su crédito universal cubre el costo de su alquiler (£1,300) y expensas. Hablando con los medios, dijo que los crecientes costos de vida hacen “imposible” alimentar a todos en su casa de manera adecuada.

Este dilema la llevó a decidirse por sacrificarse a costa de sus hijos, afirmó. En pos de asegurarse de que estos cuenten con las calorías suficientes, Thomson relegó su alimentación a sólo un plato por día. La situación límite la llevó a ser hospitalizada dos veces por desnutrición. Tanta es la escasez que la madre se vio obligada a intercambiar el regalo de cumpleaños de su hija por dinero para comer.

Sus hospitalizaciones hicieron necesario también que se le transfiera sangre para recuperar niveles normales de hierro, según contó. “Odio levantarme cada mañana pensando ‘Dios mío, no otra vez’”, explicó, en diálogo con el Daily Mail. “No sé qué voy a hacer. No tenemos nada. Honestamente creo que voy a tener que empezar a pedir en la calle”, sostuvo.

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La noticia, que ocupa las primeras planas desde el pasado 17 de agosto, llega en el medio de una delicada situación económica en Europa, exacerbada especialmente en la zona de Reino Unido. Fruto en parte del conflicto entre Rusia y Ucrania, los índices inflacionarios de la isla europea superaron el 10%, convirtiéndose en el peor índice entre los países miembro del G-7. El costo de la leche descremada, por ejemplo, aumentó en un 34%, mientras que el de los huevos aumentó un 15%.

“Está peor que nunca. Me siento muy mal viendo cómo sube la inflación”, dijo Thomson, quien confesó haber pensado en robar pero que no lo hace por miedo a las consecuencias que sus hijos podrían sufrir. “Todo es más caro cada vez que voy al supermercado y no puedo ni siquiera ver el costo del gas”, manifestó.

La madre contó que suele llorar por la impotencia de la situación. “Me siento muy atrapada, como si me estuviera sofocando y no pudiera hacer nada”, indicó. Durante el invierno, ella y sus hijos encuentran calor en las velas, por no poder pagar el costo elevado de la luz. También duermen juntos, para aprovechar el calor corporal. Sus hijos son ayudados parcialmente por la escuela, que les provee con el almuerzo entresemana, aunque el sacrificio sigue siendo muy notable.

Thomson recuerda haber sido una persona “muy feliz” en un momento. Ahora, está preocupada por su salud y se siente descompuesta siempre. “En junio, mis hijos me vieron colapsar. Nunca estuve tan asustada en mi vida, y el impacto que esto deberá tener en su salud mental debe ser inmenso”, reflexionó.

Hablando sobre su esperanza para el futuro, afirmó que es su deseo que el gobierno interceda para mejorar la situación. “El gobierno le está sacando cosas a los pobres y dándoselas a los ricos. El dinero se desperdicia y los británicos se mueren de hambre”, concluyó.

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