Con lanchas y buzos tácticos, la Prefectura halló este viernes al mediodía a las dos personas desaparecidas el jueves por la noche, cuando el bote en el que viajaban fue chocado en el Río Luján por una lancha a toda velocidad, cuyo conductor estaba alcoholizado.
Las víctimas fueron identificadas como Sergio Daniel Duarte, de 30 años, y Martín Daniel Castro, de 33. Junto a otras dos personas, internadas en un hospital de la zona, regresaban de su trabajo en la isla Nicolini.
El choque se produjo a las 19.40 del jueves, en el Canal San Fernando, frente a un puesto de Prefectura. Según le dijo a Clarín el fiscal José Ignacio Amallo, los dos hombres que iban en la lujosa lancha de casi cinco metros de eslora estaban bajo los efecto del alcohol. «Según la prueba con pipeta, habían consumido alcohol. Ahora, ordené extraerles sangre para verificar cuanto habían consumido realmente», sostuvo.
Hasta ahora trascendió que los apellidos de los tripulantes de la lancha que causó la tragedia con González y Bermúdez. También se supo que no tienen antecedentes penales y que están demorados a la espera de que el fiscal les tome declaración indagatoria. Una vez que se cumpla con este trámite se definirá la imputación.
Además, tanto los papeles de la lancha como la vigencia del registro de quien navegaba, en principio, según Amallo, «estarían en regla». Aún no se determinó «si volvían de una fiesta o si habían tomado en la embarcación», pero en la causa importará lo que diga el análisis toxicológico. No se encontraron botellas dentro de la nave.
La embarcación de las víctimas iba en la misma dirección que la lancha y no tenía ninguna luz encendida, según precisaron a Télam fuentes judiciales. Además, se confirmó que, pese a ser un bote chico, estaba impulsado por un motor fuera de borda.
Según se pudo reconstruir durante la mañana del viernes, la embarcación pequeña no se partió al medio como se informó al principio. En cambio, se supo que sus cuatro ocupantes vieron venir la lancha, que circulaba en el mismo sentido que ellos a toda velocidad, y alcanzaron a tirarse al agua para evitar el impacto.
Este viernes, Claudia Verónica Castro (35 años), que trabajaba como mucama en una vivienda de la zona, y Sixto Quiroga (29), que era estaquero en esa misma propiedad, se recuperaban de cortes y politraumatismos en el Hospital Provincial Petrona V. de Cordero, donde permanecían estables y sin riesgo de vida. Según trascendió, ellos dos eran los únicos que usaban chalecos salvavidas.
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Las otras dos víctimas son la pareja y un hermano de Claudia: Sergio Daniel Duarte, de 30 años, y Martín Daniel Castro, de 33. Todos regresaban de su trabajo en la isla Nicolini.
Como parte del operativo de búsqueda, cuatro lanchas de la Prefectura rastrillaron la zona del choque desde el jueves por la noche. Y este viernes los buzos tácticos se sumaron al operativo.
De acuerdo al relato de los testigos, el choque ocurrió frente al puesto de Prefectura, por lo que los efectivos acudieron tras escuchar el impacto. El bote se hundió por completo casi de inmediato.
Familiares de los ocupantes del bote siniestrado permanecían frente al lugar del choque y aseguraron que la pequeña embarcación cumplía con las condiciones necesarias para navegar, incluyendo la iluminación correspondiente.
Un antecedente de 2018
En marzo de 2018, un choque de lanchas en el Delta de Tigre se cobró la vida de Tamara Suetta (25), que falleció en el acto. Sus padres, en tanto, sufrieron heridas de gravedad.
Manuel María Beccar Varela (50), un abogado que conducía alcoholizado una de las embarcaciones que chocó, logró el acuerdo extrajudicial.
Ese choque ocurrió minutos antes de las 20 del 23 de marzo de 2018, cuando Tamara viajaba junto a sus padres, Ángel Armando Suetta (66) y María Elena Fantini (64), hacia la casa de un familiar, ubicada en una isla del Delta. En una curva del río Carapachay se cruzaron con la lancha «Bicuña», conducida por Beccar Varela, en la que iban siete pasajeros.
Las dos embarcaciones chocaron de frente. Tamara recibió un golpe en la cabeza y murió en el acto. Ángel sufrió fracturas en la segunda vértebra cervical y el tabique, golpes en la columna, las piernas y varios cortes. María Elena resultó con un golpe en la cabeza que le provocó pérdida del conocimiento y un corte. Además, la mujer sufrió fracturas en la clavícula y el hombro derechos, rotura de nueve costillas y un desvío en la columna. Las heridas le dejaron como secuela una incapacidad física de un 50%.
Las pericias determinaron que Beccar Varela conducía con 0,83 gramos de alcohol por litro de sangre y que iba contramano. También se comprobó que la «Bicuña» estaba en una situación de «prohibición de navegar» en el momento del choque, según un informe de la Prefectura Naval
Por si fuera poco, los investigadores establecieron que la lancha manejada por Beccar Varela iba a «una velocidad considerada excesiva», ya que las pericias sobre el motor indicaron que giraba a entre 3.400 y 3.500 revoluciones por minuto.
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Choque de lancha en San Fernando