Los cigarrillos electrónicos o “vapers” se volvieron toda una tendencia entre adolescentes, jóvenes y adultos. Pese a que desde el 2011 Argentina prohibió su venta y consumo, la Encuesta Nacional de Tabaco en Jóvenes (2020) reveló que 7, 1 % de los adolescentes de 13 a 15 años usa cigarrillos electrónicos a diario y el 14,4% los probó alguna vez.
No es nada nuevo lo dañino y tóxico que son los cigarrillos tradicionales para el ser humano. Desde cáncer de boca y pulmones hasta afecciones cardíacas son algunas de las consecuencias que pueden provocar.
Sin embargo, quienes promueven el uso de cigarrillos electrónicos aseguran que son “menos nocivos” que los tradicionales porque “no contienen tabaco, tienen bajas dosis de nicotina” y las sustancias que la componen no son “tan tóxicas” como son los miles de componentes que se utilizan para producir el cigarrillo convencional.
Pero especialistas de la salud, advierten que esta idea es totalmente errónea y un peligro para adolescentes y niños, quienes en la gran mayoría de los casos desconocen lo que consumen.
“El hecho de contener menor nicotina no significa que no sea dañino para la salud. De ninguna manera es sano, porque la nicotina genera una fuerte adicción y también estimula el sistema nervioso central como cualquier droga que se consume”, aclaró Agustina Trinidad, médica general, en diálogo con Misiones Online.
Desde el Ministerio de Salud de la Nación son tajantes ante la duda de si los cigarrillos electrónicos son inofensivos. Aclaran que no, dado que emiten AEROSOL y NO vapor de agua, como muchos consumidores sostienen. El aerosol contiene numerosas sustancias tóxicas y cancerígenas, aun cuando el tanque está rotulado como libre de nicotina, puede contenerla.
“Se desaconseja el uso de cigarrillo electrónico, tanto en espacios abiertos como cerrados, ya que la evidencia científica muestra que liberan sustancias tóxicas al medio ambiente y afectan a otras personas”, señalan desde el Ministerio de Salud de la Nación.
¿Qué son los vapers o cigarrillos electrónico?
Se trata de un dispositivo que se asemeja a un cigarrillo tradicional, pero la gran diferencia es que no produce humo, sino un aerosol que se aspira simulando la misma acción del cigarrillo convencional al momento de fumar.
Aunque esto puede variar según los distintos modelos, la mayoría está constituido por 3 elementos: una batería, un atomizador y un cartucho. El líquido de los cartuchos no contiene tabaco, pero sí nicotina en dosis variables (hasta 54 mg/ml o más dependiendo la regulación que permite cada país) y también muchas sustancias como propilenglicol, glicerina vegetal, saborizantes, aromatizantes y otros.
Las diferencias en el voltaje de las baterías y los sistemas de circuitos para calentar la solución y transformarla en un aerosol pueden contribuir a la formación de sustancias tóxicas en las emisiones.
¿Sirven para dejar de fumar los cigarrillos tradicionales?
Uno de los debates fundamentales que abrió el uso de estos dispositivos es si son útiles para que los fumadores del tabaco tradicional puedan ponerle fin a su adicción. Pese a que en países como España y Francia, cientos de consumidores sostienen que sí, según la agencia Reuter, lo cierto es que no hay evidencia científica de esto.
Especialistas del área de salud en Argentina lo niegan. “Para una persona adicta al tabaco este dispositivo no sirve porque justamente es lo que no tiene”, sostuvo Trinidad. Y recordó que la nicotina tiene propiedades adictivas tan fuertes como el resto de sustancias.
Por su parte Guillermo Rolón referente del Programa Provincial y Nacional de Control de Tabaco del Ministerio de Salud Pública de Misiones, coincidió en que este no es un método que adopte el área de salud pública del país, en primer lugar, porque no está regulado por la ANMAT y en segundo, porque realmente genera un gran “daño en la salud por más de que no produzca humo”.
“Los métodos que están comprobados para dejar de fumar son los chicles, caramelos y parches de nicotina, pero con un equipo de salud que va a continuar con ese seguimiento a esa persona que quiere dejar de fumar”, aclaró en diálogo con Misiones Online.
“Los datos científicos que existentes demuestran que los cigarrillos electrónicos no sirven para dejar de fumar. Quienes los usan con ese fin en la mayoría de los casos terminan dependiendo de los cigarrillos electrónicos y mantienen el consumo de nicotina, o usando ambas formas (cigarrillos convencionales y electrónicos)”, señalan desde Salud Pública.
Daños que pueden generar los cigarrillos electrónicos
El Ministerio de Salud advierte que pese a que no genera humo, posee nicotina, compuestos orgánicos volátiles, partículas ultrafinas, sustancias químicas metales pesados (níquel, estaño, plomo) y saborizantes como diacetilo, que pueden:
-Aumentar el riesgo de cáncer de pulmón
-Afecciones graves respiratorias
-Enfermedades cardíacas
-Alteraciones a nivel neurológico
A su vez, advierte sobre casos donde las baterías defectuosas de los vapers, produjeron explosiones provocando quemaduras graves entre quienes lo utilizan o quienes estaban alrededor. También pueden provocar incendios.
La prohibición de la ANMAT
Es importante recordar que los cigarrillos electrónicos están prohibidos en el mercado argentino desde el 2011.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) a través de la disposición 3226/2011, que ratificó en un comunicado del año 2016, dispuso que se prohíbe “la importación, distribución, comercialización y la publicidad o cualquier modalidad de promoción en todo el territorio nacional del sistema electrónico de administración de nicotina denominado cigarrillo electrónico, extendiéndose dicha prohibición a todo tipo de accesorio para dicho sistema o dispositivo, como asimismo a cartuchos conteniendo nicotina”.
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— misionesonline.net (@misionesonline) July 23, 2022
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