El pasado 12 de julio se reportó un incendio en un aserradero de Candelaria. El suceso afectó a un predio ubicado sobre la Ruta Nacional Nº12, a 500 metros de la Rotonda, propiedad de Magral S.A. A pesar de la extensión de los daños, no hubo ningún herido y, gracias a la intervención de los bomberos, se logró evitar una situación aún peor.
Después de casi diez días, sin embargo, las causas del incidente continúan siendo un misterio. “La investigación sigue, y hay hipótesis tanto de accidente como de una obra intencional”, afirmó Guillermo Sato, uno de los propietarios de Magral S.A.
La labor de los investigadores está entorpecida por la escala de los daños materiales y, por consiguiente, por la ausencia de indicios físicos que puedan servir de pistas. Sato contó que actualmente se está “limpiando la planta”. “Se genera una basura que hay que limpiar para investigar y hacer una evaluación real de cómo salir”, añadió.
Con el fin de encontrar una solución, la empresa está organizando una variedad de reuniones con las que intentar esbozar un camino a futuro. “Es todo muy reciente. El personal sigue trabajando. Se tiene toda la voluntad de seguir adelante y reinventarse, para seguir luchando, como todos los días”, sostuvo Sato.
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Sato sostuvo que los daños “fueron totales”, incluyendo en ellos tanto a las materias primas como a la maquinaria y a los productos terminados. “Es fuerte. Yo ya soy la segunda generación de la empresa; mi padre es el propietario. Son treinta años de trabajo y sacrificio, entrando y saliendo de crisis, y esta es la más fuerte”, contó.
El contexto económico no hace sino empeorar los augurios, pero los propietarios se mantienen firmes en su intención de empezar de nuevo. “Así como se luchaba todos los días, ahora toca luchar un poco más, mantenerse unidos como equipo”, manifestó Sato. Ahora, la empresa debe evaluar cómo volver a generar una facturación que mantenga al personal. “Eso es lo más crítico: la parte del personal, que necesita llevar el sustento a la casa”, agregó.
La Asociación de Productores e Industriales Forestales de Misiones (APICOFOM) ofreció su asistencia a los damnificados desde que el hecho se dio a conocer hace más de una semana. Soto afirmó que están en “constante comunicación” con ella y otras organizaciones que se dispusieron a ayudar, incluyendo a otros aserraderos. “Es increíble la ayuda que prestan los otros colegas aserraderos”, agradeció Soto.
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— misionesonline.net (@misionesonline) July 21, 2022
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