“Tenía una sed increíble de conocimiento, podía dibujar el mundo entero de memoria”: ¿Quién era Mario Golemba?

Al momento de su desaparición, Mario Fabián Golemba era un joven de 27 años, oriundo de la localidad de Dos de Mayo. Tenía todo planeado para casarse con su novia de toda la vida a fines del año 2008 pero no se supo más nada de él. 14 años después buscan su cuerpo en la Comisaría de Dos de Mayo.

La desaparición del hombre generó una gran repercusión en todos los puntos del país e incluso del mundo y una incógnita que hasta el día de hoy sigue sin resolverse ¿Qué pasó con Mario Golemba?

La historia del misionero se grabó en la mente de todas aquellas personas que desde su lugar siguieron los avances de las investigaciones realizadas por las distintas fuerzas involucradas en la búsqueda del hombre de 27 años, pero que lamentablemente arrojaron un resultado negativo.

Mario tenía tan solo 27 años al momento de su desaparición, las sospechas de sus familiares apuntaron en todo momento a los efectivos policiales que lo detuvieron y mantuvieron privado de su libertad sin razón alguna.

Aquella mañana del 27 de marzo de 2008, Mario salió de la casa que habitaba con su familia, en Picada Indumar, ubicada en la localidad misionera de Dos de Mayo. Tenía como destino la consulta con una nutricionista obereña porque tenía la intención de aumentar de peso.

Tras el turno médico en la Capital del Monte, el hombre envío mensajes de texto a sus familiares y a su pareja, diciéndoles que volvería “cerca de la tardecita”. Sin embargo, ese fue el último contacto que tuvieron con él y su paradero se convirtió en una incógnita.

Según se pudo reconstruir con el relato de testigos, cuyas identidades se reservan en el expediente, Mario Golemba fue detenido por la Policía de Misiones en Dos de Mayo, como consecuencia de su parecido con un identikit que circulaba en la fuerza, relacionado a la búsqueda de una banda de delincuentes identificada como “los boqueteros”.

Aquellas personas que aseguraron haber visto a Mario Golemba esposado en la Comisaría de Dos de Mayo manifestaron que el hombre fue torturado por los policías que se encontraban de servicio en aquel momento. Por esa razón, el Juzgado de Instrucción Uno de Oberá investigó la desaparición, pero no logró esclarecer qué ocurrió con él.

Recién en el año 2021, en razón de la insistencia por parte de la querella encabezada por el abogado Rafael Pereyra Pigerl – en representación de los familiares del hombre – la causa pasó a la justicia federal posadeña, que comenzó una investigación por “desaparición forzada de persona”.

El expediente tramita ante la Fiscalía Federal N°2 de Posadas, con intervención del Centro de Reunión de Información “Misiones” de la Gendarmería Nacional Argentina (CRIMIS).

 

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De acuerdo a los testimonios brindados por sus allegados, era un joven tímido, con un estrecho círculo de amigos. Pasaba sus días trabajando con su padre en la chacra Dos de Mayo y posteriormente en la despensa de la Cooperativa Yerbatera de esa localidad.

Lo que le quitó el sueño a más de uno es el objetivo que tenía Mario Golemba para su vida: casarse con su novia de toda la vida a fines del año 2008 cuando desapareció. Además, ya tenía en vistas una vivienda para comenzar a formar su familia acompañado de su futura esposa.

Al momento de su desaparición, Golemba tenía la tez blanca, medía 1,80 metros y era de contextura delgada. La última vez que sus familiares lo vieron, vestía una camisa oscura y un jean, pero la médica que lo atendió en Oberá, dijo que tenía puesta una camisa color clara, un pantalón oscuro y zapatos de vestir.

El último avance en la causa fue el pasado 25 de abril, cuando el Ministerio de Seguridad de la Nación -a pedido de la fiscalía- incluyó a Golemba en el Programa BuscAR, y ofreció una recompensa de 1,5 millones de pesos para quienes aporten datos que permitan ubicarlo.

La carta escrita por el hermano de Mario Golemba

El día que lo vimos por última vez, Mario tenía 27 años y una sed increíble de conocimiento: sabía de historia, de geografía… Podía dibujar el mundo entero de memoria. Mi papá lo llamaba su “fuente de consulta”.

Ellos dos tenían una relación muy estrecha: mi hermano había vendido su moto para comprarle a él una motoguadaña, una herramienta de trabajo en las precarias condiciones de la zafra yerbatera, donde ambos se mataban laburando. Pero Mario siempre tenía unos minutos para jugar a la pelota conmigo.

Hace diez años, cuando yo tenía 14, mi hermano había ido a una nutricionista en la localidad de Oberá. De ahí, nunca más volvió.

“Estoy mirando vidrieras, ¿quieren que les lleve algo?”, le había escrito a su novia, con la que planeaba casarse. Luego, le escribió a mi mamá. Y de repente, como si se lo hubiera tragado la tierra, se cortó la comunicación. Mi vieja se desesperó: no era común, Mario no era de hacer eso.

Al día siguiente, fuimos a hacer la denuncia. En la comisaría, todos tenían cara de sorprendidos. Palmadita en la espalda, “si sabemos algo le avisamos”, “su hijo ya va a volver, seguro se perdió”. Poco nos imaginábamos que los testigos del hecho declararían que lo habían detenido justo ahí, donde fuimos a denunciar su desaparición, donde nos dijeron que nos quedáramos tranquilos…

Por suerte, no les hicimos caso.

Hubo muchos desvíos en la investigación, miles de versiones, a Mario supuestamente lo vieron en un pueblo que limita con Brasil llamado El Soberbio, una médica decía haberlo atendido en Santa Fe, un oficial ofreció datos y luego se desdijo tras lo cual recibió un ascenso, una denuncia anónima ubicaba su cuerpo enterrado en un kilómetro de Dos de Mayo donde hicieron una excavación que no arrojó resultados… Puras mentiras, que embarraron la cancha hasta que surgió la versión de que estaba enterrado detrás de la comisaría donde lo retuvieron. Pero ahí, no se ofrecieron a excavar.

Un viejito que declaró en contra de los oficiales estuvo más de tres años preso sin causa. El otro que declaró haber escuchado cómo lo golpeaban a Mario, nos dijo que entró esposado y se lo llevaron en una camioneta después. Había más presos, pero que no se animaron a hablar.

Ni el comisario de entonces Ewaldo Katz, ni ningún funcionario nacional hicieron nada. De la cúpula policial, todos fueron ascendidos o trasladados, mientras la causa judicial sigue impunemente estancada en un cajón del Juzgado de Instrucción I de Oberá, a cargo de la jueza Alba Kunzmann de Gauchat con la carátula “desaparición de persona”. Nunca se dio lugar a otra versión, ni al careo entre los testigos y la policía de la comisaría de Dos de Mayo que tanto pedimos.

Mi papá tenía la ilusa esperanza de que Mario algún día podía volver: anduvo por todo Misiones como el padre de María Cash. Mi mamá, en cambio, siempre tuvo un carácter más fuerte, apoyada en su fe en Dios y quizás le ayudó a resistir todo esto. Mi hermana tuvo que ir a reconocer varios cuerpos en la morgue: ahora cuando suena el teléfono, se asusta. Pero mi papá era sensible, lloraba, se ponía melancólico. Ese tipo, conocido por su gran don de gente y por su extensa formación cultural que cultivó con sus pocos y propios y pocos libros y sin internet, se enfermó. Se enfermó, por la angustia que le provocó la situación.

Jamás pensamos que iba a fallecer así, de una trombosis, causada por el dolor que le provocó la desaparición de su hijo.

Ese dolor, que también es nuestro, alimenta nuestro grito.

*Por Eliezer Golemba, hermano de Mario Fabián Golemba

 

Buscan su cuerpo en el predio de la comisaría de Dos de Mayo

Gendarmería Nacional inició esta mañana allanamientos en el predio de la comisaría de Dos de Mayo para avanzar en la búsqueda de Mario Fabián Golemba, el joven agricultor desaparecido desde el 27 de marzo de 2008.

La jueza María Verónica Skanata dispuso esta mañana una serie de allanamientos en la zona centro de Misiones, tendientes a sumar elementos para el esclarecimiento de la desaparición física de Mario Golemba, ausente desde el 27 de marzo de 2008.

El caso que ahora está en manos de la Justicia Federal cambió de carátula de “desaparición de persona” a “desaparición forzada de persona”. Todos los testigos que se presentaron durante estos 14 años ante la justicia, afirman que Golemba fue torturado por miembros de la comisaría de Dos de Mayo y que allí mismo falleció.

De los nuevos allanamientos, participa la responsable de la Fiscalía Federal N°2 de Posadas, Silvina Gutiérrez junto a distintas fuerzas de seguridad , la Procuraduría de Violencia Institucional (PROCUVIN) y la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (DOVIC) del Ministerio Público Fiscal de la Nación.

 

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