Doble femicidio en San Antonio | El mensaje de la mamá y abuela de las víctimas al prófugo: “Yo le perdono y le digo que se entregue a la policía”

Luisa Flores, madre de Gabriela Agüero y abuela de Débora Elizalde, las víctimas del doble femicidio en San Antonio, todavía espera avances en la causa que investiga el crimen ocurrido en la madrugada del 21 de febrero pasado, por el que Sergio Kozak, de 33 años, continúa prófugo. “Todos los días espero que mi hija llegue a casa”, reveló.

Luisa Flores, madre de Gabriela Agüero y abuela de Débora Elizalde, las víctimas del doble femicidio de San Antonio, todavía espera respuestas. Y se refugia en Dios, su único sostén ante el terrible drama que le toca vivir, dice. Y ese sostén es el que le permite continuar con su vida y el cuidado de la pequeña Zoe, la hija menor de Gabriela, quien esa noche estaba al cuidado de su abuela y se quedó a su lado desde entonces.

Durante una ventosa siesta, Luisa recibió en su casa, la misma desde donde vio el crimen, a Misiones Online, a 140 días del brutal crimen y a poco de que se cumplan cinco meses, para hablar de la causa judicial, la actuación de la policía, el recuerdo de su hija y dejar un mensaje para el prófugo, Sergio Kozak, de 33 años, quien era pareja de Débora. “Yo le perdono y le dijo que se entregue a la policía”, afirmó.

– ¿Qué recuerda de su hija?

Yo me acuerdo todo de mi hija. Parece que todos los días le espero que ella llegue. Le dije a mi otra hija “tengo una sensación de que mi hija va llegar dentro de poco” porque nosotros tomábamos mate todos los días a la mañana, almorzábamos juntas. Yo cuidaba a la nena de ella. No es fácil. Está grande ya la nena, tiene un año y cinco meses. Tenía un año y un mes cuando murió la mamá. Estamos llevando bien, gracias a Dios.

– ¿Hay algún avance de la causa judicial, saben algo del autor de los asesinatos?

Él no se encuentra, no se sabe nada y de la autoridad tampoco, nada, nunca supimos nada. Él (jefe de la Comisaría de San Antonio) venía para acá para saber si nosotros sabíamos algo, yo le dije al jefe que no pregunte más si nosotros sabemos algo, porque si nosotros sabemos algo vamos a avisar o vamos a hacer justicia con las propias manos porque fueron dos hijas que se fueron. Fue una madre que él sacó de la boca de una criatura porque el bebé tomaba pecho todavía, entonces no sabemos nada ni de él ni de la justicia.

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– ¿Y la gente del juzgado vino a su casa, usted ya declaró ante la justicia?

El jefe venía cada dos o tres días para saber si nosotros sabíamos algo del tipo. Si ellos no saben, nosotros no vamos a saber tampoco. Vinieron de Eldorado, pero no eran los del juzgado. Vino una psicóloga y un abogado una vez, y nada más.

– Usted fue testigo, esa noche vio todo lo que pasó.

Yo vi todo. Acá en mi casa no vinieron, no tuvimos ayuda de médicos, no tuvimos ayuda de la policía. Mi hijo vive en Villa Alta y yo le llamé, eran las 3 de la mañana. Cuando pasó eso yo le llamé y le pedí socorro y no me salió más nada. Él (su hijo) salió corriendo porque mi esposo trabajaba de sereno en Bernardo de Irigoyen. Él dijo le asaltaron a mamá y vino con la moto. Cuando llegó le encontró a la hermana y a la sobrina tiradas. Él vino acá y me dijo “mami ya no hay más solución” porque yo ya había bajado y le vi a mi hija y mi nieta. Estaba con la nenita, justo se despertó con el ruido. De ahí él llamó a la policía, nada, nada. Fue allá y estaban todos tranquilos. Nosotros no tenemos policía acá, acá nuestros policías, vos podés pelear, matar alguien e irse tranquilo.

Yo les dije “ustedes tenían que ir detrás del bandido, las que están muertas no van a salir de ahí”. Estaban esperando el juez de Iguazú, yo le dije “mientras él viene ustedes podrían bien buscarle al tipo”. Mi hijo se fue a Irigoyen a buscar a mi marido y cuando venía encontró la camioneta de él, le llamó que vayan porque el tipo estaba yendo, estaba escapando y no fueron, nadie fue atrás de él. Y él abandonó en Cerro Siete el auto y se fue, seguro pasó a Brasil. Acá nosotros no tuvimos ayuda de nadie. Mi hija fue a Iguazú, fue a hablar con el juez y ellos le dijeron “andate a tu casa y cuando ustedes sepan algo vengan”. Pero qué nosotros vamos a saber del tipo.

– ¿Y usted qué siente dentro suyo? ¿Qué le diría si estuviera viendo el video de esta entrevista?

Yo siento que él está vivo, pero él está sufriendo, yo siento que él sufre lo que hizo. Inclusive yo le perdono y le digo “entregate a la policía”. Yo le perdono al tipo, pero andá y entregate a la justicia. Pagá tu causa porque yo tengo mi hijo, mis yernos y todo que, mucha gente le amenaza a él.

El doble femicidio en San Antonio

Sergio Kozak asesinó a balazos a Gabriela Agüero y Débora Elizalde, madre e hija, el pasado lunes 21 de febrero en horas de la madrugada, cuando ambas descendieron de un automóvil frente al domicilio de una familiar de las víctimas.

Las cámaras de seguridad resaltaron el momento en el cual el asesino, sin descender de su vehículo, una camioneta Fiat Toro, extrajo un arma por la ventanilla y sin mediar palabra, abrió fuego en primer lugar contra Débora Elizalde y posteriormente, hacía Gabriela Agüero.

El femicida se dio a la fuga de la escena del crimen y posteriormente, dejó abandonada su camioneta en inmediaciones a una chacra de su propiedad. Desde aquel momento, no se tuvieron más rastros del hombre de 33 años.

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