Pasados más de cuatro meses desde la entrada del ejército ruso en territorio ucraniano, este domingo a la madrugada el gobierno ruso denunció a Ucrania por lanzar misiles dirigidos a zonas residenciales de la ciudad fronteriza de Belgorod, cerca de la frontera con Ucrania.
Igor Konashenkov, el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, dijo que el ataque fue retenido en parte por los sistemas de defensa aérea del país, que lograron derribar tres misiles balísticos de tipo Tochka-U provenientes de Ucrania, y al menos dos drones TU-143 “cargados de explosivos”, que se dirigían a la localidad de Kursk.
Konashekov dijo que el ataque “fue planeado de forma intencional y dirigido a una población de civiles”.
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A pesar de las contenciones, el ataque habría igualmente dañado a 39 casas y 11 edificios residenciales. El gobernador de Belgorod, Viacheslav Gladkov, denunció cuatro muertes y cuatro heridos como resultado de la ofensiva, todos civiles.
El gobierno ucraniano respondió a las acusaciones afirmando que no estuvo involucrado en el ataque.
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