“Nuestro hijo no se animaba ni a matar una gallina”, dijeron los padres del segundo sospechoso por el crimen de Claudia Benítez

En la jornada de este jueves, la Policía de Misiones detuvo a un segundo sospechoso por el crimen de la taxista Claudia Benítez. El implicado se trataría de Franco Jesús Ramos (27), imputado por el femicidio de su pareja en 2013 y, esperando el juicio en libertad.

En un mar de dudas, hipótesis y testimoniales, los investigadores se toparon con el encendido del teléfono celular de Claudia Benítez y por ende, se activo el GPS del dispositivo que se creía desaparecido.

Por esta razón, efectivos de la Dirección Homicidios, Investigaciones Complejas y Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional I llegaron hacía el domicilio de Ramos, quien habría comercializado el celular de la taxista a un adolescente del barrio Itaembé Miní.

Misiones Online dialogó con Marcelo e Isabel, padres del nuevo detenido por el crimen de Claudia Benítez, quienes tuvieron diez hijos, cinco mujeres y cinco hombres, el mayor de ellos es Franco Jesús Ramos.

A medida que avanzaba la investigación y según fuentes consultadas, se conoció que Ramos está imputado por el asesinato de su pareja, Marina Da Silva en 2013, quien fue hallada muerta dentro de un pozo de seis metros de profundidad en el barrio Nemesio Parma.

crimen de Claudia Benítez
Franco Jesús Ramos, junto a Marina Da Silva y la hija de ambos.

 

Un mismo final

“Antes de que él caiga preso por el caso de Marina, a veces nosotros queríamos matar una gallina para comer y él ni se animaba a mirar como se hacía. Era maricón porque no se animaba ni a matar una gallina casera. Es demasiado buenito”, comenzaron diciendo los progenitores de Franco Ramos.

La detención del joven de 27 años se llevo a cabo en la jornada de ayer jueves, mientras se encontraba con su pareja en la vivienda que comparten en el barrio Sol de Misiones II, dentro del populoso Itaembé Miní. “Así como ahora, nosotros quedamos sorprendidos porque un asesinato así es muy grave”.


Marina Da Silva (19) fue hallada sin vida en diciembre de 2013, en condiciones similares a Claudia Benítez, con varias puñaladas letales y dentro de un pozo en Campo Bauer, en Nemesio Parma.

El principal apuntado por el crimen de la joven fue su pareja en ese momento, Franco Jesús Ramos. “Ellos con Marina desde chiquititos se querían, iban juntos a la escuela. Él se escapa de la escuela e iba a dormir en la ventana de Marina porque la mamá no le dejaba pasar porque eran menores”.

Isabel prosiguió relatando que Franco con Marina tenían una muy buena relación. “Yo espero las pruebas y si fue él el que le mató a la taxista, seguramente fue quien asesinó a Marina. Si llega a ser verdad, por más que me duela mucho, que se olvide de mi, va a tener que pagar por lo que hizo”.

Según pudo saber este medio, Ramos fue detenido tras hallarse el cuerpo de su pareja sin vida en 2013. Fue alojado en la Comisaría Tercera sobre la avenida Uruguay de Posadas. El Juzgado de Instrucción que llevaba adelante las investigaciones le dictó la prisión preventiva y casi siete años después, fue liberado por cese de la misma.

Aun así continúa supeditado a la causa y esperaba en libertad el comienzo del debate oral y público, suspendido en 2019. “Por el crimen de Marina le liberaron porque había muchas confusiones con las pruebas, ninguna lo involucraba concretamente a él”. Eran cuatro los implicados, pero uno murió.

“Esto fue una sorpresa muy grande para nosotros. Nos enteramos ayer a la mañana cuando llego la Brigada. Él vino el domingo a casa y había sido que hace tres días ya le venían siguiendo”.

Según los entrevistados, Ramos era seguido de cerca por una camioneta blanca, que rodeaba su vivienda en el barrio Sol de América II. “Tenía miedo, no eran policías porque no le iban a estar vigilando tanto, directamente le iban a llevar preso. Los de la brigada me dijeron ayer que ellos no le siguieron a él, que se mueven en un corsita”.

 

Familia de fe

“Yo le enseñe a mis hijos que estudien y vayan a la iglesia, pero no me hacían caso. Ya son mayores, si hacen macana y van presos, que se arreglen”, fue contundente Isabel.

“Pusimos mucha plata en abogados. Dimos todas nuestras cosas para pagar su defensa cuando fue preso por el crimen de Marina (Da Silva), freezer, una motito nueva que había comprado, quedamos pelados, solamente nos quedó la cama en la que dormíamos”, se lamentaron.

Sumado a los bienes materiales que entregaron como parte de pago a la defensa de su hijo, Marcelo e Isabel tuvieron que juntar en ese tiempo alrededor de $25.000 para el mismo fin. “Teníamos que juntar para pagarle al abogado, entonces trabajábamos en la olería y vendíamos los ladrillos para juntar esa platita”.

Comentaron que cambiaron de defensor en tres oportunidades, porque no tenían novedades del caso. “La última abogada es una conocida mía de la iglesia y me dijo que ella a las pruebas se remite, que iba a ir y fijarse el expediente y que si había algo que lo incrimine a Franco, ella no iba a agarrar al caso”.

A los dos días, la letrada se vuelve a comunicar con la familia, «Isa yo voy a agarrar el caso de tu hijo porque es una injusticia lo que está pasando, el tiene como 70 testigos, todos a favor de él».

 

El día del crimen de Claudia, Ramos estuvo en el barrio

Claudia Benítez fue reportada como desaparecida el pasado martes 17 de mayo, cuando su automóvil fue hallado calcinado sobre el final de la avenida del Té, en Nemesio Parma. Casi veinticuatro horas después, a dos o tres kilómetros de distancia, el cuerpo de la taxista fue hallado sin vida dentro de un pozo de siete metros de profundidad.

“Franco vino caminando el día del paro de colectivo, no nos acordamos si fue el día del censo o el anterior. Todo normal en él, nada sospechoso. Tomó mate con los hermanos, todo bien. Este domingo el vino de nuevo para retirar unos lentes para el gurisito, pero normal, nada raro”, expusieron.

En las últimas horas, se difundió información acerca de un aparente prontuario delictivo de Franco Ramos, quien según sus padres, nunca había sido detenido antes de descubrirse el asesinato de Marina Da Silva. “El sufre asma y tiene alergia, no puede fumar, tomar, no tiene ni un vicio”.

Marcelo, padre de Franco, se dedica a la olería, mientras que Isabel, atiende el kiosco en el frente de su terreno y además, trabaja en un merendero solidario, en Campo Bauer.

“Nosotros nos reventamos el lomo laburando, tenemos un kiosquito que vendemos nafta, golosinas, cigarrillos, hago alfombras y trabajo en el comedor. Para mí es una vergüenza todo esto, no sé con qué cara salir a trabajar. Voy a esperar las pruebas y si tiene algo que ver, que se olvide de mí”, aseguró.

Ahora, el trabajo de los investigadores y el Juzgado de Instrucción Siete se basarán en determinar cómo llegó el teléfono celular de Claudia Benítez a manos de Franco Ramos. “No sabemos cómo llego el teléfono de la víctima a sus manos, el compra y vende celular, se dedica a eso. También compra y vende autos, el Renault 18 rojo viejito él no estaba pudiendo vender”.

Por último Isabel manifestó que “Tengo un nudo en la garganta, no sé si llorar, gritar o reírme de las cosas que me está pasando de vuelta”.

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