En Mariupol ya no hay sirenas, solo bombas: “La ciudad está siendo torturada hasta la muerte”, expuso el presidente de Ucrania

El presidente ucraniano dijo que Mariupol quedó completamente destruida por las fuerzas del Kremlin. “Esta inhumanidad y crueldad es la forma en que los militares rusos tratan a la gente”, afirmó.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, dijo este viernes que Mariupol está siendo “torturada hasta la muerte” por las fuerzas rusas, en su intervención en la ONG británica de asuntos internacionales Chatham House.

Zelensky afirmó que la devastada Mariupol, en el sur de Ucrania, es “un ejemplo de tortura e inanición utilizados como arma de guerra”, y añadió que ninguna organización internacional puede entrar en la ciudad.

“Esta inhumanidad y crueldad es la forma en que los militares rusos tratan a la gente. La muerte no es causada por la guerra. Esto no es un acontecimiento militar. Esto es torturar hasta la muerte. Esto es terrorismo y odio”, señaló el presidente ucraniano. “Toda la ciudad ha sido destruida”, agregó en referencia a Mariupol.

Mariupol
Mariupol desde arriba. Se puede observar que la ciudad está desvastada.

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El mandatario aseguró que Ucrania necesita armas y equipos para romper el bloqueo en la planta siderúrgica Azovstal de la ciudad. “Rusia seguirá atacando a Ucrania hasta que los detengamos”, indicó.

Por otro lado, Zelensky mantuvo el jueves una videoconferencia con el ex presidente estadounidense George W. Bush (2001-2009) en la que afirmó que el republicano es un “ejemplo de líder fuerte” y lo ha invitado a realizar una visita al país.

“Es un gran honor conocerlo. Me gustaría dar las gracias al pueblo estadounidense porque he visto cómo nos trata la gente de Estados Unidos en las redes sociales. Salen a la calle, apoyan a Ucrania con banderas”, subrayó Zelensky en un comunicado difundido por la Presidencia de Ucrania.

A su juicio, “los estadounidenses son gente sincera y abierta” y siente que tienen valores en común con los ucranianos. Por su parte, George W. Bush le indicó a Zelensky que Ucrania “ha sido invadido por fuerzas que quieren matar a personas inocentes”.

 

En Mariupol ya no hay sirenas, solo el sonido de las bombas

Mariupol
Las bombas caen sobre la ciudad ucraniana.

“La gente se ha acostumbrado a las bombas, sabe distinguir si va a caer una o lo que se oye es un avión”, explica Olena Hibert desde un refugio.

Marina y Olena llevan dos días en el refugio que una organización ha montado en los sótanos de una enorme fábrica que funciona a medio gas.

Mariupol
Así se vive en uno de los refugios montados por una organización.

Ahora tienen acceso a una cama, luz eléctrica, comida, Internet, agua y otras necesidades básicas que no podían cubrir en Mariupol, una ciudad devastada en la que vivían bajo tierra, excepto cuando salían a recoger agua o comida de alguna tienda de alimentación abandonada.

Llegaron de Mariupol el mismo día que Naciones Unidas logró sacar de la planta de Azovstal a un centenar de personas (algunas de las cuales se quedaron en territorio ocupado), pero ellas no vinieron con los autobuses de Naciones Unidas sino con su coche particular.

“Había mucha gente que quería salir, pero no había autobuses para los que queríamos ir a Ucrania, solo se podía ir a la parte rusa, y las evacuaciones que se anunciaban nunca llegaban”, lamenta Olena.

Al final emprendieron el viaje por su cuenta: les costó 24 horas un recorrido de unos 240 kilómetros, porque tuvieron que hacer noche en Bezimenne, en uno de los puntos de control rusos. Iban seis en un coche: Olena con su hijo y Marina, su marido y sus dos niños.

No les gusta el refugio porque aquí también están bajo tierra, pero están aliviadas de haber dejado el infierno atrás. “En Zaporiyia suenan las alarmas antiaéreas, pero no hay bombas. En Mariupol no hay sirenas, solo bombas. La gente se ha acostumbrado a las bombas, sabe distinguir si va a caer una o lo que se oye es un avión”, explica Olena Hibert con gesto serio pero calmado.

Cuando un misil destruyó parcialmente su casa, se bajó a vivir con los vecinos al aparcamiento del edificio. Cuenta que eran allí unos 200, mucha gente porque su complejo residencial era “bellísimo” y tenía dos bloques y nueve plantas.

 

FUENTE: Infobae.

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