Falta de combustible | “Se viene trabajando con un costo debajo del original del transporte”, aseguran desde la CEMAC

Aníbal Goichik, presidente de la Cámara de Empresarios Misioneros de Autotransporte de Cargas (CEMAC), se refirió a la escasez de combustible y a las consecuencias que produce en el  sector que las estaciones de servicio no puedan proveer el producto para que los camiones se movilicen.

“Muchas veces se debe esperar en la estación a que el combustible llegue, se entregan cargas parciales y se viene trabajando con un costo debajo del original del transporte”, sostuvo.

Asimismo explicó que este problema ocurre en las zonas más lejanas a los centros urbanos de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. También, señaló que la situación se agrava por el comienzo de la época de cosecha, ya que, el combustible que el sector agropecuario demanda afecta a los cupos de distribución al interior del país.

Con respecto a la provincia de Misiones, resaltó que los problemas se notan sobre las rutas, además del desequilibrio en cuanto a los precios de combustible con los países limítrofes. “Se ven autos y camiones que ingresan al país con los tanques vacíos a cargar el combustible, es más rentable llenar el tanque dentro de la Argentina, hacer su tramo, descargar y volver nuevamente a la frontera con los tanques vacíos”, afirmó.

Por otro lado, agregó que hay países que tienen problemas con el precio del combustible a causa de la guerra, mientras que en Argentina existe un retraso en el precio del combustible. “Sería ideal tener una limitación del uso del combustible para transportes de gran porte. Al ser un mercado de libre abastecimiento, cuando la situación cambiaria beneficiaba a los argentinos, cada uno miraba su beneficio particular”, y agregó que “si los camiones extranjeros cargan un poco en cada estación no habrá límites”.

En este sentido, el lucro cesante que produce tener un camión parado o cargar un combustible de mayor calidad, hace que los precios sean diferentes. También, esperar a que llegue un camión o si se sabe que el abastecimiento es bajo, hace que la ración que se cargue sea menor.

 

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Ante esta situación, los camiones, en lugar de tomar el flete y tener una autonomía de 700 u 800 kilómetros, deben pensar que en 250 o 300 kilómetros tienen que buscar un reabastecimiento. “Un viaje que tomaba 24 a 36 horas, alarga el tiempo de entrega. Además de que las estaciones de servicio cierran de noche por la falta de combustible y los camiones deben parar”, aclaró.

Por otro lado, comentó que “los fletes no son caros en Argentina, pero sí lo insumos para transportar las mercaderías. Están subiendo los costos en varios rubros como cubiertas, repuestos y sí se suma el gasoil, hoy el transporte está trabajando debajo del costo real”.

Goichik también indicó que con el paso del tiempo, el camión queda viejo y le empiezan a faltar cubiertas. “El mantenimiento preventivo de los camiones no se realiza y esto afecta al medio ambiente, si se rompe una caja de cambio, a menos que se tenga un respaldo u otros camiones, es difícil repararlo. Cada vez que un camión entra a un taller se habla de una cifra millonaria”, aseguró.

En esta misma línea, afirmó que la actualización y mantenimiento del flete dependerá de la oferta y demanda, sin embargo, manifestó que dentro del ámbito existe la precariedad y clandestinidad. “Al no haber una economía adecuada, la oferta que presenta la clandestinidad es la mejor opción actualmente”, afirmó.

Asimismo añadió que según las circunstancias, hay fletes más baratos o más caros, dependiendo de qué tipo de productos se transporten. Por otro lado, contó que actualmente una cubierta de tracción de primera marca cuesta $194 mil mientras que una direccional está $165 mil pesos.

“Los tres tipos de cubiertas que se utilizan son direccional, tracción y lineal, con una vida útil de 130 mil kilómetros. Luego se hace un pre curado en los ejes de los remolques, pero actualmente se le hace un segundo pre curado que baja la seguridad vial. Por eso se encuentran rollos de partes de neumáticos; si hay que cambiar todas las cubiertas a un camión, el precio supera los $3 millones”, concluyó Goichik.

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