La música de la crisis del 2001: las canciones argentinas que hablaron de aquel estallido

Aquellas horas del 19 y 20 de diciembre de hace 20 años durante la famosa crisis del 2001 en Argentina fueron la inspiración de artistas de rock que contaron lo ocurrido a través de su música.

Con el ya clásico «se viene el estallido», Bersuit Vergarabat comenzó a anunciar -sin saberlo- tres años antes lo que sería la caída del Gobierno de Fernando de la Rúa, crisis institucional que fue retratada por varias bandas de rock en distintos temas que tocaron, de lleno o de costado, aquellas horas del 19 y 20 de diciembre.

 

Otro de los que pudo «preanunciar» la crisis fue Fito Páez, que un año antes sacó el disco «Rey Sol», que incluía «El diablo de tu corazón»: «Aquí y en todas partes hay/ Pibes en el balcón/ También hay pibes en un cajón/ Y hay mucha rabia suelta y angustia, nena/ Y hay mucha, mucha desesperación», escribió el rosarino sobre el cierre del tema que rápidamente se convirtió en uno de sus clásicos.

Tal vez una de las letras más representativas de esas 48 horas que se fusionaron y dieron nombre a uno de los episodios más tristes de la historia argentina sea «Dientes de cordero», de Los Piojos.

El tema, editado en el disco «Máquina de Sangre», de 2003, habló sobre ese levantamiento popular y el escenario que llevó a esa situación. «Dientes de cordero, sobre la ciudad/ Árboles de fuego, para Navidad/ Ollas que destellan, en la noche azul/ Abollada estrella, vieja Cruz del Sur», arranca a cantar Andrés Ciro Martínez, tras la introducción musical de los guitarristas Gustavo «Tavo» Kupinski y Daniel «Piti» Fernández, el bajista Miguel Ángel «Micky» Rodríguez y el baterista Sebastián «Roger» Cardero.

«Y ahora quién se viene/ Y ahora quién se va/ Dientes de cordero, muerdan sin soltar», lanzan Los Piojos, en alusión a aquella seguidilla de presidentes que subieron y bajaron en un lapso fugaz.

Esa singularidad que tuvo la crisis del 2001, también quedó reflejada en «Ay, qué Dios Boludo», de Divididos: «Aquelarre de presidentes, un ratito cada uno», sintetizó Ricardo Mollo en la canción incluida en «Vengo del placard de otro», de 2002.

León Gieco optó por centrarse en un caso particular, en el de Claudio «Pocho» Lepratti: el joven militante social se desempeñaba como auxiliar de cocina en una escuela de Rosario y que fue asesinado por la Policía de Santa Fe mientras reclamaba que cesara la represión. La canción «El ángel de la bicicleta», editada en el disco de 2005 «Por favor, perdón y gracias», no da vueltas y es una clase de historia, con minúscula, de la historia de «Pocho» Lepratti.

«¡Bajen las armas que aquí solo hay pibes comiendo!», entona Gieco, retomando las palabras del joven santafesino, que integra la lista de las 38 víctimas fatales de aquel caos en todo el país.

En tanto, Kapanga abordó aquella crisis con un mensaje hacia los antepasados inmigrantes, en alusión a los miles de argentinos que optaron por emigrar hacia Europa. «Ahora me voy del país/ Y, ¿por qué?/ Porque está todo mal, no puedo trabajar/ Por eso me tengo que ir/ Querido bisabuelo, si vivieras no entenderías/ Por buscar un futuro mejor/ A tu tierra natal yo me fui», cantó Martín «Mono» Fabio en «Bisabuelo», editado en el disco «Botanika».

En el álbum «Karmagedón, de 2007, Attaque 77 también tuvo como inspiración esos días complicados para el país y de allí salió «Buenos Aires en llamas», uno de los clásicos de la banda liderada por «Ciro» Pertusi: «Buenos Aires fue, arde en medio del infierno/ Y seguimos acá avivando el fuego más/ Buenos Aires fue, arde en medio del infierno/ Yo me voy de acá antes de que me empiece a quemar».

Fuente: Minuto uno

 

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