Análisis semanal: La plaza de Cristina, el FMI de siempre y Misiones defiende su yerba

Pocos días después que Alberto, Cristina también tuvo su plaza. Con la excusa de celebrar la democracia, el kirchnerismo dejó en claro que no piensa asistir de brazos cruzados a la construcción del albertismo. La vice abandonó por un momento la comunicación epistolar pero no la costumbre de marcarle la cancha al presidente con órdenes directas y en público.

Completado el trámite electoral, el gran tema que le queda por cerrar al Gobierno nacional es la renegociación del préstamo de 57 mil millones de dólares que el FMI le otorgó a la Argentina contra sus propios estatutos y con la reelección de Mauricio Macri como único objetivo.

Frente a una convocatoria multitudinaria engalanada con la presencia de Lula y el Pepe, dos figuras centrales de la centroizquierda latinoamericana, Cristina responsabilizó al Fondo por las salidas tempranas y caóticas de los dos últimos presidentes radicales y le exigió a Alberto que no firme ningún acuerdo que conspire contra la recuperación de la economía.

“Tranquila, Cristina, no vamos a negociar nada que signifique poner en compromiso el desarrollo social en la Argentina”, respondió el mandatario al momento que le tocó el uso de la palabra.

Con los máximos representantes del Gobierno nacional repitiendo más o menos lo mismo desde hace casi dos años, la novedad llegó por el lado del FMI que por primera vez emitió un comunicado en el que afirma que hubo “avances en el trabajo técnico” en torno a la renegociación de la deuda argentina.

El comunicado resume las conclusiones de una serie de reuniones realizadas en Washington de las que participaron por el FMI, Julie Kozack, subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental, y Luis Cubeddu, jefe de la misión para las negociaciones con Argentina y un equipo técnico del Gobierno nacional encabezado por el ministro de Economía, Martín Guzmán.

El comunicado del organismo de crédito deja algunas frases generales al gusto del Gobierno: pidió apoyo nacional e internacional a la negociación, caracterizó a la inflación como un “fenómeno multicausal” y reconoció que la recuperación tanto de la producción como de la inversión en Argentina están resultando “más rápidas de lo esperado”.

Pero a la hora de ponerse más concretos, la comunicación evidencia que en los planes del FMI no existe la posibilidad de una renegociación que no incluya algún grado de ajuste, que no solo conspiraría contra el bienestar de la población sino también contra la reactivación de la economía, algo que el presidente juró que no permitiría.

Entre otras cuestiones, el FMI consideró que Argentina debería reducir el déficit fiscal en forma “fuerte y sostenida”, recortar la emisión monetaria, “corregir” su sistema cambiario, acumular reservas internacionales y adoptar una política monetaria “adecuada” con tasas reales positivas.

el FMI consideró que Argentina debería reducir el déficit fiscal en forma “fuerte y sostenida”, recortar la emisión monetaria, “corregir” su sistema cambiario, acumular reservas internacionales y adoptar una política monetaria “adecuada” con tasas reales positivas.

El Fondo habrá cambiado sus modales pero no modificó las recetas que prescribe para sus deudores.

Reducir el déficit y la emisión y aumentar las tasas por encima de 55% (lo mínimo para que sean positivas en el contexto inflacionario actual) equivaldría a congelar el consumo interno y “corregir” el sistema cambiario no sería posible sin mediar una devaluación de shock.

Como siempre, el FMI impulsa un plan de austeridad que convierta a Argentina en un país atractivo para inversores y competitivo para los exportadores, al precio de un mercado interno deprimido. Un país que recibe dólares por exportaciones e inversiones y gasta poco, es un país que puede pagar sus deudas.

El modelo cierra, pero con la gente afuera.

Aunque desde el Gobierno se esfuercen en resaltar que hubo avances en la negociación con el FMI, el problema es que prácticamente todo lo que plantea el organismo multinacional choca de frente contra la línea discursiva que vienen sosteniendo tanto el presidente como su vice, lo que lleva a dudar en la posibilidad real de un acuerdo rápido.

 

(No tan) Juntos por el Cambio

El liderazgo indiscutible de Cristina parece haber reacomodado los zapallos dentro del carro del Frente de Todos después del sacudón electoral, exactamente lo opuesto a está ocurriendo en la carreta de Juntos por el Cambio, donde no está claro quien lleva las riendas.

En la UCR  la rebelión de Martín Lousteau terminó fracturando al bloque radical en Diputados para beneplácito de sus socios del PRO.

Gerardo Molares, que ya se prueba el traje de presidente de la UCR, está que trina con la jugada pergeñada por el exministro de economía de Cristina, a quien señala como una marioneta movida por Horacio Rodríguez Larreta y el siempre activo Coti Nosiglia.

Lejos de amilanarse con las acusaciones del gobernador jujeño, Lousteau publicó una carta incendiaria en la que acusa a la UCR de pensar siempre en salvar los privilegios y prebendas de las minorías antes que en construir mayorías. “Son minorías en la sociedad argentina pero mayoría en la estructura partidaria. Es una paradoja cruel, pero así funciona el partido nacional desde hace veinte años”, sentenció.

El economista jura que su objetivo es disputarle el poder al PRO dentro de su bastión principal, la Cuidad de Buenos Aires, pero desde la conducción del radicalismo ortodoxo lo acusan de ser funcional al proyecto presidencial de Larreta que devolvería a los de boina blanca al rol de partenaire que ya supieron ocupar durante la presidencia de Macri.

 

Misiones redobla la apuesta

La resolución 170 del INYM, impulsada con mucha fuerza por el Gobierno provincial, abrió viejas disputas entre Misiones y Corrientes en torno al negocio yerbatero. Después del recurso de amparo que otorgó la justicia federal correntina y que suspendió la vigencia de esa resolución, Misiones creó un régimen de pago a cuenta de Ingresos Brutos que grava con una alícuotas de 3,31% a 4,5% a la salida de yerba de Misiones.

Durante los casi 20 años de gobierno renovador, la Provincia persigue dos objetivos centrales: garantizar la rentabilidad del sector primario y lograr que toda la materia prima producida en Misiones sea industrializada y envasada dentro de su territorio.

En pro de lograr esas metas, choca bastante seguido con el Gobierno de Corrientes, siempre muy atento a defender los intereses de la molinería de esa provincia, que depende del abastecimiento de los productores misioneros.

La Tierra Colorada concentra más del 80% del total de la producción de hoja verde, de cuyo cultivo dependen de manera directa los más de 9.000 misioneros que la cultivan, más de 8.000 tareferos que la cosechan y más de 200 pequeños industriales que la secan.

Después de la nefasta experiencia de los 90, cuando toda la rentabilidad del negocio se puso en manos de la industria en detrimento de los productores, el por entonces flamante gobierno de la renovación entendió que lo más beneficioso no solo para el sector yerbatero sino para la economía de Misiones era resguardar la rentabilidad de esos 9.000 productores por el efecto dinamizador que ello genera en todos los demás rubros.

De allí que el Gobierno provincial históricamente respaldara al sector primario en todas las concertaciones de precios y buscara mecanismos de regulación para evitar que el negocio termine concentrado en pocas manos.

En ese sentido se entiende el respaldo irrestricto a la resolución del INYM que pretende limitar nuevas plantaciones a efectos de evitar las recurrentes crisis por sobreoferta de materia prima que irremediablemente terminan con pequeños productores vendiendo sus chacras a grandes terratenientes por imposibilidad de vivir de ellas.

Al Gobierno correntino, en cambio, más que la rentabilidad del productor le interesa la rentabilidad de la industria, por el simple hecho de que en esa provincia la molinería tiene mucho más peso que la producción.

La provincia vecina alberga a dos grandes empresas, Las Marías y la cooperativa de Colonia Liebig, que adquieren en Misiones la mayor parte de la yerba que procesan y envasan. Entonces cuando la materia prima vale menos de lo que debería, se produce una transferencia de recursos de Misiones a Corrientes.

No es de extrañar entonces que Corrientes haya rechazado la limitación de plantaciones y que un juez federal de esa provincia haya suspendido esa medida en respuesta a un recurso de amparo presentado por una de las grandes empresas del rubro.

La intervenciones del Gobierno misionero, del INYM y del juez federal posadeño Luis Casals hicieron que el caso terminara en manos de Corte que deberá resolver si el instituto yerbatero tiene atribuciones para regular la oferta de materia prima mediante una limitación de nuevas plantaciones.

El otro gran objetivo que persigue el Gobierno misionero es lograr que la mayor cantidad posible de la yerba producida en Misiones sea industrializada y envasada en su territorio a efectos de que una mayor proporción de la enorme rentabilidad que deja el negocio yerbatero quede dentro de la provincia.

Con ese norte, la Legislatura provincial sancionó en su momento una ley de envasado en origen que fue judicializada por molinos correntinos y luego considerada inconstitucional por la Corte Suprema.

Con el mismo espíritu, ahora dispuso un régimen de pago a cuenta de anticipos de Ingresos Brutos que aplicará a todos los envíos de yerba con destino a secaderos, molinos, fraccionadoras y envasadoras radicadas fuera de la provincia.

La medida no persigue un fin recaudatorio sino que pretende otorgar a la industria provincial una ventaja frente a las compañías extraprovinciales.

 

Nuevos aires a la política

Con la asunción de los legisladores nacionales electos en noviembre, quedó conformado el bloque Provincias Unidas integrado legisladores de Misiones, Neuquén y Río Negro. Desde el Frente Renovador indicaron que hay posibilidades reales sumar nuevos integrantes, pero por ahora se priorizó cerrar un grupo con coincidencias profundas en las ideas y proyectos.

Aclararon que de todas maneras se establecieron “vínculos muy estrechos” de “diálogo permanente y diario” con los bloques que responden a Lavagna, a Randazzo, con el cordobesismo de Schiaretti e incluso hubo contactos con el sector que lidera Lousteau. “Se puede dar una sorpresa y crecer de golpe, siempre que se mantengan las ideas fundantes”, sostuvieron.

La premisa fundacional del nuevo bloque de Provincias Unidas es escaparle a la grieta que proponen el Frente de Todos y Juntos por el Cambio y a la batalla de egos y la lucha por los cargos que impera en esos dos frentes.

“La gente votó esperando soluciones y ahora se encuentra que los votados solo están peleando por cargos en los dos frentes nacionales. El ciudadano no está entre las prioridades. A la gente no le consultaron para hacer todo este espectáculo de peleas, a la gente le pidieron el voto y ahora le están decepcionando, una vez más. Contra todo eso fue que armamos este nuevo bloque”, explicaron desde el oficialismo provincial.

Consideraron además que la salida para superar “la grieta” no puede pasar por los mismos que hace 20 años abandonaban el gobierno dejando al país en la peor crisis económica que le tocó atravesar, con muertos en las calles, caos social, desempleo y pobreza. “Ahora quieren volver al poder de Misiones, a través de sus hijos o ahijados políticos, algunos de los que fueron responsables de aquella ruina. Otra vez en una alianza entre radicales y la derecha, se presentan como jóvenes con ideas nuevas, pero detrás se esconden sus mentores con las ideas viejas que causaron aquella catástrofe social”, advierten.

El viernes asumieron los nuevos concejales y diputados electos el pasado 6 de junio, cuando la renovación ganó por más de 20 puntos las elecciones.

Además esta semana asume en Oberá el intendente Pablo Hassan, en reemplazo del diputado nacional Carlitos Fernández. Asume con la imagen de un joven comprometido y con mucho apoyo popular y que viene a dar un necesario recambio en el ejecutivo obereño.

En la Legislatura provincial hasta la oposición votó por Carlos Rovira como presidente luego de un año en el que se destacó la aprobación de 91 leyes, de ámbitos como la salud, la educación, innovación tecnológica, economía, producción, generación de empleo, entre otras. Además el hecho de que la mitad de las leyes aprobadas fueron de diputados opositores, lo que resalta la convivencia y el diálogo constructivo.

Pronunció un discurso que estuvo atravesado por el posicionamiento de la provincia en el escenario nacional, el vertiginoso ritmo legislativo que le imprimió a su gestión y su objetivo de continuar con la reconstrucción institucional “de un poder que es vital”.

Al momento de analizar la coyuntura, mencionó el presidente de la Cámara que los misioneros, “vivimos momentos actuales significativamente diferentes. Vivimos una crisis sanitaria mundial a los cuales debo decir sin tapujos, que debo agradecer la labor del gobernador de la provincia junto al vicegobernador que no es un mero espectador y tampoco una personalidad política que intente disociar la labor del gobernante sino todo lo contrario”.


Carlos Rovira mostró su satisfacción porque “hoy Misiones desde este recinto, luce con un liderazgo indiscutido en la agenda legislativa, tanto de las provincias como de la Nación. Sigue habiendo innumerables cuestiones que los misioneros hicimos trascender por nuestra labor desde aquí. Con leyes, proposiciones, con diferentes posicionamientos que son voces que fueron tallando nuestra opinión”.

Se refirió a la cantidad de leyes en 2021, “y nos enorgullece porque este año hemos batido un récord de 91 leyes sancionadas, no hay recinto en la Argentina, legislativo, que haya sancionado tantas leyes en cantidad y en calidad”.

Ponderó que “cuando la mayoría del país discute casi en términos de una tristeza enorme de haber casi perdido ciclos escolares, Misiones avanza con la educación disruptiva, robótica, educación emocional, creativa, capacitaciones para nuestros jóvenes para darle la mochila tecnológica del momento, para salir a trabajar. El Silicon Misiones, todas realidades”.

Aclaró que cada iniciativa, “estuvo apoyada con leyes. Ese liderazgo no nos saca nadie a los misioneros, porque se pensó aquí y desde aquí estamos alumbrando, también en el deseo de que, a nuestro país y a los hermanos de otras regiones, compartamos estos productos”.

En el plano cultural, la gestión municipal de Posadas logró hacer brillar como nunca antes el tradicional festival del Litoral, que se ubicó al mismo nivel que Cosquín, con grandes actuaciones y un anfiteatro colmado todas las noches.

Hubo reconocimientos nacionales de los medios y especialistas en cultura. Justamente, era un ámbito difícil para la Renovación que desde la flexibilización de la pandemia lo han sabido llevar de la mejor manera. Después de este año, Cosquín y la Fiesta del Litoral pasan a formar parte de la agenda nacional de festivales trascendentales.

 

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