Cruel caso de bullying en Alem | Tiene 6 años, un compañero le produjo traumatismo genital y denuncian inacción de las autoridades escolares

La madre del pequeño, quien tiene una discapacidad en sus piernas y debe usar silla de ruedas, asegura que se tratan de agresiones sistemáticas y que desde el establecimiento educativo le solicitaron que retirara la denuncia del cruel caso de bullying en Alem, cuyo expediente ya fue derivado a un Juzgado de Oberá. 

Santiago es un niño de Leandro N. Alem de seis años (6) de edad que tiene una discapacidad motriz en sus piernas, por lo que debe utilizar silla de ruedas hasta tanto pueda ser operado. Según cuenta su mamá, estaba emocionado por compartir junto a sus compañeros de la Escuela n°62, pero allí lo esperaba lo peor.

 

El pasado 29 de octubre Laura Dos Santos, madre de ‘Santi‘, socorrió al pequeño luego de que fuera violentamente golpeado dentro del establecimiento. Fue trasladado al hospital de Alem, donde la pediatra que lo atendió le diagnosticó traumatismo genital luego de que uno de sus compañeros le propinara un rodillazo en la entrepierna.

 

 

«Tu hijo sufre de terrible bullying. Si no haces la denuncia, la hago yo», fueron las palabras que la médica le dijo a la madre tras lo ocurrido. Es que, previamente, Santiago era agredido con forcejeos y puñetazos debido a su discapacidad, por la que tiene que usar vendajes en ambas piernas.

 

«Mi hijo fue golpeado sistemáticamente. Él empezó la escuela en agosto por el problema que tiene en sus piernas, pero puede caminar. En la escuela pregunté si podía llevar su silla de ruedas, pero la directora me dijo que no porque no podían pasarse el día cuidándolo, llevándolo al baño y que las rampas son muy altas», relató Laura.

 

Ante la aparente negativa del establecimiento a que asista con la silla, la médica que lo atiende le indicó a su mamá que le realice un vendaje especial en las piernas para que así pudiera asistir a clases. «Santiago estaba contento porque no había podido ir al jardín», manifestó sollozando.

 

Cruel caso de bullying en Alem
Los vendajes y golpes en el cuerpo de Santiago.

 

 

La pesadilla comenzó una noche cuando Laura preparó al pequeño para ir a dormir y, al internar abrazarlo, nota que se queja por dolores en el cuerpo: «Le pregunté qué le dolía y me señaló su costado. Me dijo que un nene lo golpeaba porque no le gustaba que use su vendaje», contó.

 

Ante esta situación decidió comunicarse con la familia del niño que lo agredió y le señaló sobre los problemas de Santiago, pero no obtuvo respuestas concretas. A partir de allí trascurrieron dos semanas hasta que recibe un llamado urgente, por el que debe ausentarse de su trabajo.

 

«El compañero lo agarró de ambos brazos y le pegó con la rodilla en la zona genital. Cuando lo llevo al hospital, la pediatra me dijo que él sufría bullying y que tenía que hacer la denuncia. Ahora él orina con sangre, tiene fiebre y vómitos, está con antibióticos y calmantes. Santi me decía ‘mami, me pegaron en los huevitos’«, sostuvo.

 

Contó que esta mañana tenía una citación en Oberá, donde está el Juzgado donde derivó el expediente de la denuncia realizada en Alem. Sin embargo no pudo asistir ya que su hijo se encuentra aún inestable y requiere de sus cuidados: «Nadie sabe lo que sufrí este fin de semana». 

 

Tras lo ocurrido, recibió un llamado desde la Escuela n°62 para una reunión, donde según comentó esperaba por una solución. Estaban presentes la supervisora, directora, la vicedirectora, además de los padres del niño que agredió a Santiago. En el encuentro le plantearon cambiar de grado al pequeño.

 

«Él no hizo nada, quiere estar con su maestra y compañeros. ¿Por qué siento que está sufriendo una represalia o un castigo? El otro nene que le pegó puede quedarse y mi bebé tiene que irse a otro grado. La supervisora golpeó la mesa y dijo que si yo no lo cambiaba, no se iban a hacer cargo si terminaba con alguna contusión, que los directivos se quedarían exentos y no harían nada por él», relató.

 

Pero no terminó allí: «Me dijeron que como condición tenía que retirar la denuncia porque el nombre de la institución debía estar ‘limpio’. Por mi hijo yo accedí pero en la comisaría me dijeron que ya la habían derivado a Oberá y me hicieron una nota donde quedaba asentado un acuerdo y que Santi pueda seguir el primer grado».

 

 

Laura contó que el 08 de noviembre fue citada por las autoridades del establecimiento para una reunión junto a los padres del otro menor, a la que asistió además un efectivo de la Policía: «El efectivo se rió de mí y me dijo que yo estaba lejos de saber lo que era el bullying, que no tenía que hablar si no sabía. Según mi abogado, el policía estaba ahí para intimarme».

 

«Necesito una solución porque estamos en fin de año, va a llegar la feria judicial y el caso de mi hijo va a quedar impune. Tengo todas las pruebas médicas y denuncias. En la escuela hicieron abandono de persona porque cuando lo golpearon la maestra se fue y se quedó solo», aseguró.

 

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