Maximiliano Guerra y Myriam Barroso llegaron a Misiones para compartir sus conocimientos y evaluar a los alumnos que enseñaron durante la pandemia

Los grandes maestros del ballet argentino, Maximiliano Guerra y Myriam Barroso , están en Misiones compartiendo sus conocimientos y evaluando a sus alumnos, y entre tanto trabajo visitaron los estudios de Misiones Online Tv ara contar como fue su trabajo durante la pandemia y cuáles son sus proyectos.  

Guerra y Barros son ex bailarines, y ex directores del ballet del teatro Colón, y ahora sus proyectos se centran en recorrer, “el país dando seminarios, cursos intensivos, enseñando repertorios y dando clases magistrales”, dijo el reconocido bailarín, y agregó que en esta oportunidad han sido invitados por “dos maestras muy generosas con sus alumnos y con otras profesoras porque han invitado a otras profesoras. Ellas son Lorena Silvero y Marta Arias, sus hijos son alumnos nuestros, y los conocimos en pandemia a través de las plataformas virtuales, y tuvimos ahora la posibilidad de conocerlos presencialmente”.

 

Por su parte, Barroso contó cómo ha sido trabajar y contactarse con nuevos alumnos a través de distintas plataformas durante toda la pandemia, “era todo un tema, lo del delay, que se cortaba internet, y más con nuestra actividad donde lo presencial es fundamental. Tenemos que ir indicando los músculos, las combinaciones de los pasos. Nos fuimos rearmando, como todo el mundo en cada trabajo, y hoy conservamos alumnos del interior, como los chicos de aquí de Misiones que todos los días pueden tomar clases online”.

 

 

Por su parte Guerra reconoció que, durante la pandemia, “tuvimos que aprender mucho, y eso es lo positivo, tuvimos alumnos de Misiones, Córdoba, Rosario, Miami y Brasil, que previo a la cuarentena para tener esos alumnos, uno tenía que viajar, había otros costos, otros tiempos y demás. y esto fue positivo para todos, pero si tuvimos que aprender”.

 

Y agregó que, “hoy gracias a Dios podemos volver a viajar, podemos estar con ellos, los pudimos conocer personalmente y exigirles más, para que avancen”.

 

Vigencia de la danza clásica entre los niños y adolescentes

 

En referencia a la vigencia de la danza clásica entre los más chicos, la maestra Barroso dijo que, “estamos muy contentos porque todavía sigue existiendo esa llamita, permanece esas ganas de estudiar danzas clásicas, porque en realidad hoy en día hay otras danzas. La técnica clásica es la madre de todas las danzas, y es la más disciplinada con respecto a la técnica”.

 

Y agregó que durante la Pandemia en las clases de Zoom observaron el compromiso y la amplia participación de niños entre 8 y 9 años interesados en aprender, “es muy lindo que el arte siga vigente en los chicos”.

 

 

Los maestros también señalaron que esta visita a la provincia está vinculada a la evaluación presencial de esos alumnos que han tenido a través de Zoom, y el dictado de capacitaciones en la capital misionera, Guerra afirmó que, “los chicos que evaluamos estos días, están muy bien, nos hemos sorprendido bien porque están bien avanzados, tienen mucha comprensión de lo que es la técnica y la disciplina”.

 

Además, reconoció el trabajo que vienen realizando las maestras danza misioneras con estos alumnos, señalando que tienen un excelente nivel en la enseñanza.

 

El bailarín también hizo referencia a la invitación que recibió por parte del Ballet del Parque del Conocimiento, “la verdad que vi un nivel maravilloso, con un potencial, me quedé con ganas. Quiero verlos bailar algún día, porque no los vi hacerlo. Son una compañía joven todavía, tiene 6 años y con mucho potencial”.

 

“Como bailarín recorrí toda Argentina”

 

Guerra también recordó un poco de su trayectoria artística, destacando que fue una oportunidad para conocer toda la Argentina, a pesar de vivir en Europa, “yo viví 18 años en Europa y no falte ni un año a la Argentina para venir a hacer una gira por todo el territorio, conozco toda la Argentina, hasta pueblitos chicos. Era una condición que yo siempre tenía con los productores, que en cada gira que yo haga haya un pueblito nunca haya llegado la danza, así sea un pueblito de 3 mil habitantes. Y lo logré”.

 

Y agregó que, “la Argentina a mí me dio mucho y yo pienso que los artistas somos una consecuencia de nuestra sociedad y y siempre fue el primer público que me aplaudió, que me empujo, ‘dale para adelante pibe que vos podes, y ahora devolvérselo es una obligación moral y un placer enorme”.

 

Por su parte Barroso, dijo que la danza le da la oportunidad a las personas de llegar hasta donde quieran, y los sacrificios que esta exige, “tiene que ver con el objetivo personal de cada uno, del estudiante a donde quiere apuntar, si va a ser de esto una profesión, si hay que estar con mucha disciplina, descansar, cuidar su cuerpo, estudiar muchísimo, informarse, estar en contacto con ahora que tenemos toda esta tecnología aprovechar que pasa en otras compañías, que pasa en otras escuelas”.

 

Y agregó que, “también creo que la danza es universal y todo el mundo puede bailar, yo tengo muchas alumnas, que son mamás de las alumnas, y las condiciones que tengan no importa pero llegan al momento de la clase y se transforman, porque disfrutan, porque les gusta estar una hora, con la música clásica”.

 

La vida útil del bailarín lo marca el cuerpo

 

Guerra también se animó a comparar el trabajo que realiza un bailarín con el de un futbolista, dijo que “la vida útil del bailarín, lo marca mucho el cuerpo, al igual que los futbolistas, que terminan su carrera más antes o más tarde, tiene mucho que ver el tipo físico, como se cuidó, como se alimentó y demás”.

 

 

Y agregó que, “un bailarín con mucha suerte puede pasar los 50, es difícil que baile haciendo las mismas cosas. Ojo que nos podemos ir reciclando”.

 

Reconoció que a medida que pasan los años, “te vas dedicando un poquito más a lo contemporáneo, a lo que puede ser fusión, entonces te pones en una cuestión por ahí más artística y no dependes tanto de la potencia física, sino un poco más de los artístico”.

 

La incursión en Política

 

Guerra también contó que “la llama política se encendió cuando tenía 14, 15 años más o menos, leía mucho, me informe mucho, me empape mucho de política desde muy chico. Pero siempre creí que un artista cuando está arriba de un escenario, que está en actividad, tiene que tener un perfil hacia el público sin fronteras, sin religión, sin política tiene que ser universal, para no condicionar al público, simplemente mostrar lo que sabes hacer y lo que te gusta hacer”.

 

Pero en la actualidad, y ya retirado de los escenarios, “los dos estamos muy cerca de Patricia (Bulrich), y recorrimos el país para fortalecer Juntos por el Cambio, fortalecer mucho el Pro como partido y poner sobre la mesa otras posibilidades para un Argentina mejor”.

 

Y agregó que, “a la política no hay que mirarla como que uno llega para tener un puesto. Uno llega para modificar, aportar, ayudar. Yo siempre estuve muy cerca de la política social, soy padrino del Garrahan, de la Fundación Favaloro, de Adolescentes por la Vida que es una organización que se encarga de prevenir el Sida, de Casa Cuna y creo que para mí es una necesidad que me nace, poder dar una oportunidad a todos”.

maximiliano guerra

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