El consumo de legumbres es muy frecuente en nuestra región, principalmente cuando el clima se presenta más fresco, no obstante, debemos saber que es importante consumirlas durante todo el año, de diversas formas como guisados o ensaladas frescas, medallones, entre otros, ya que nos brindan grandes beneficios en una alimentación saludable.
Hoy, particularmente, les cuento acerca de los aportes nutricionales de la lenteja:
Contiene fibra, importante para favorecer el tránsito intestinal y evitar estreñimiento, brinda saciedad, ayuda a disminuir los niveles de glucosa en sangre y colesterol.
Son fuente de proteínas vegetales, las cuales contribuyen a la formación de músculo y su funcionamiento, en la formación de enzimas, hormonas y en el sistema inmunitario.
Los hidratos de carbono de las lentejas son los que nos aportan energía para que nuestro organismo pueda seguir llevando a cabo todas sus funciones vitales y además nos permiten desarrollar nuestra actividad física y cognitiva cotidiana.
Posee Vitaminas del grupo B, como la B2, B3, B6, B9, las cuales participan en la formación de glóbulos rojos, células y hormonas, ayudan a prevenir la anemia, problemas en el desarrollo del feto, intervienen en el funcionamiento del sistema nervioso y del inmunológico, combaten el cansancio mental y físico.
Contiene Hierro, fortaleciendo al sistema inmunitario, también participa en la regulación de la temperatura corporal y de la glándula tiroides, previene la anemia y el cansancio, además de mantener la piel, cabello y uñas en buen estado. Es importante sumar vitamina C, como jugo de limón o naranja natural para favorecer su absorción.
El Magnesio y Potasio de las lentejas son imprescindibles para que nuestro sistema nervioso y muscular funcione correctamente. Además, fortalece los huesos y hace que el ritmo cardíaco del corazón sea regular, protege la pared de los vasos sanguíneos. También interviene en el sistema inmunológico para que nuestras defensas nos protejan ante patógenos.
Como podemos ver, la lenteja es un gran alimento, muy rico en nutrientes necesarios para nuestro cuerpo. Cabe destacar que, hay situaciones en las que no se las puede consumir debido a enfermedades digestivas, como gastritis, síndrome de intestino irritable, problemas de hígado o vesícula, por lo cual se debe consultar a un profesional sobre su consumo. No obstante, quienes podemos consumirla, deberíamos incluirla a nuestra dieta, al menos 2 veces por semana.
Lic. Romina Krauss-Nutricionista
M.P. n° 147
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