El cetáceo pudo ser devuelto al mar con la ayuda de sogas y maniobras especiales para no lastimarlo. El ejemplar fue identificado como un juvenil de la especie yubarta, también conocida como ballena jorobada.
Una ballena jorobada apareció este lunes varada en un balneario del centro de la localidad bonaerense de Villa Gesell y, tras un arduo trabajo, personal de Prefectura Naval, bomberos voluntarios de ese distrito, guardavidas y vecinos pudieron regresarla al mar.
El operativo, informó la fuerza naval en un comunicado, duró varias horas y requirió de la ayuda de sogas y eslingas. Según precisaron los rescatistas, se trataba de un cetáceo juvenil, de 3,5 metros de largo y de unas cuatro toneladas, varado desde la mañana en la intersección de 116 y playa.
La ballena jorobada, también conocida como yubarta, es una especie que posee una forma corporal distintiva, con aletas pectorales largas y cabeza nudosa. Es un animal acrobático que con frecuencia se impulsa sobre la superficie para luego golpear el agua.
No es la primera vez en el año que ocurre un rescate de esta especie en la costa. El mes pasado, dos ballenas jorobadas fueron devueltas al mar por una treintena de personas. Uno de los casos tuvo lugar en Nueva Atlantis: el animal tenía 9,8 metros de largo y aproximadamente 8 toneladas de peso. El otro, en tanto, ocurrió en La Lucila del Mar. En ese último caso, se trataba de un macho de 8,5 metros de largo y aproximadamente 7 toneladas.
Fuente: Página 12
El calentamiento de los océanos amenaza a la ballena franca austral
Una investigación reciente describe por primera vez el efecto del cambio climático sobre la supervivencia de las hembras de ballena franca austral en etapa reproductiva, al disminuir el krill antártico, su principal alimento.
«Analizando cinco décadas de datos de foto-identificación de ballenas francas australes de Península Valdés, investigadores del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), Ocean Alliance y un equipo internacional de colaboradores describieron por primera vez el efecto del cambio climático sobre la supervivencia de las hembras de la especie», dice el informe.
Según la reciente publicación en la página oficial del ICB, «la mortalidad aumenta luego de eventos de El Niño, pudiendo retrasar o incluso impedir la recuperación de las poblaciones».
Ocurre que luego de amamantar a su cría durante algunos meses, las ballenas pierden al menos un 25% de su volumen corporal y necesitan recuperarlo con grandes masas de krill antártico, lo cual las hace altamente vulnerables si su alimento principal disminuye.
«Luego de intensos eventos de El Niño, un alto porcentaje de hembras identificadas no volvieron a ser vistas en sus áreas de cría lo cual podría ocurrir porque las hembras reproductivas, luego de un año de gestación seguido de otro año de lactancia, serían las más vulnerables frente a la menor disponibilidad de krill«, se indica en el trabajo académico.
El estudio -publicado además por la revista Science Advances– fue liderado por la bióloga Macarena Agrelo, investigadora del ICB y estudiante de doctorado del Programa de posgrado en Ecología de la Universidad Federal de Santa Catarina en Brasil, y contó con la colaboración de investigadores de Argentina, Brasil, Reino Unido y Estados Unidos.
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— misionesonline.net (@misionesonline) July 9, 2019