Reflexión del Pastor Guillermo Decena: «Las señales que nos seguirán»

En Lucas 18:1 Jesús les enseñaba a sus discípulos a buscarle a Dios en oración, sin desmayar. Necesitamos orar con fervor, y veremos los milagros, porque Dios no hace distinción de persona. Una búsqueda intensa, con interés genuino, verdadero. Darle la importancia que los milagros se merecen sobre la tierra, y pedirle a Dios que se manifieste de manera sobrenatural.

«Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán» Marcos 16:14-18 RVR.

Los discípulos de Cristo fueron comisionados con una misión clara, llevar el mensaje de salvación y milagros. La salvación se concreta por la misericordia de Dios. Cuando llegamos a los milagros la situación se torna difusa y lejos de desanimarnos deberíamos entender que hay factores determinantes para que los milagros del Espíritu Santo ocurran.

1) Creer de todo corazón en la importancia de los milagros.

«Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales y prodigios, no creeréis» Juan 4:48 RVR.

Si analizamos este pasaje, debemos tomar conciencia de la importancia de las manifestaciones sobrenaturales del Reino de Dios, ya que marcarán la vida de muchas personas. Transformaciones en el ser interior, liberaciones, sanidades y bautismos del Espíritu Santo. Esto marca el destino de las personas. Debemos creer en los milagros, proclamar la importancia de los milagros que van de la mano con el evangelio. Para que Dios nos use con milagros y para que las señales nos sigan, tenemos que proclamar, sentir y creer que los milagros y señales se producen en la tierra.

Nunca debemos dejar de ser conmovidos en un profundo agradecimiento y también tener un temor reverente frente a la misteriosa y amorosa forma de obrar del Espíritu de Dios. A lo largo de los años hubo liberaciones y muchos milagros físicos, estos no deben pasar desapercibidos. Aunque vemos personas que palpan de cerca manifestaciones sobrenaturales, y no por esto se arrepienten o toman decisiones sabias en sus vidas. Lamentablemente muchos creyentes no toman en cuenta la misericordiosa manifestación del Señor. Hay tal vez un acostumbramiento a lo milagroso que hace que no lo valoren ni se consagren a Dios (Juan 4:48 NVI).

Hay personas que creen solo viendo milagros, y gracias a Dios por esto. Sin embargo, hay personas, que creerán sin ver milagros. Jesús dijo al respecto “Bienaventurados los que no vieron y creyeron” (Juan 20:29 RVR)

Dios valora en forma muy especial a los que creen sin ver, porque son como niños que aceptan la palabra de su Salvador y eso les basta para creer de corazón (Mateo11:23 – 24 RVR)

La oración de la iglesia, debe tener un componente de milagros, que el evangelio sea acompañado por señales, prodigios y milagros (Hechos 4: 29-30 RVR).

 

2) Búsqueda intensa.

«Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón» Jeremías 29:13 RVR.

Buscarle de todo corazón, implica voluntad, animo, enfoque, fuerzas, deseos. Como lo más importante de nuestra vida, equivale a amarle con todo nuestro ser, como dice la palabra de Jesús: Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Marcos 12:30 RVR

Esto se constituye el principal de los mandamientos por que debe ser el Creador la principal persona de nuestra vida. Dios quiere el primer lugar en nuestro corazón, si lo buscamos intensamente, veremos sus milagros, señales y prodigios. A Él le impacta cuando le demostramos el amor puro de nuestro ser. Los milagros son frutos de personas que buscan a Dios con tremenda intensidad. Es como si Dios dijera: ¿lo quieres o no lo quieres?

La intensidad de búsqueda determina la seriedad de nuestro interés. Y por lo menos así lo demuestra el Señor en su Santa Palabra (Salmo 63:1- 2 NVI-S). Nosotros tenemos que luchar con nuestra naturaleza carnal y pecadora que nos distrae para que relativicemos las cosas espirituales, como algo inalcanzable y no tan importante en este tiempo.

«Cuando dijo esto, se produjo disensión entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividió. Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; pero los fariseos afirman estas cosas. Y hubo un gran vocerío; y levantándose los escribas de la parte de los fariseos, contendían, diciendo: Ningún mal hallamos en este hombre; que, si un espíritu le ha hablado, o un ángel, no resistamos a Dios» Hechos 23: 7 -9 RVR.

Los saduceos eran exponentes de los intelectuales de las Escrituras, eran pura lógica y pura tradición, descartaban lo sobrenatural. Los fariseos eran místicos, aceptaban el mundo espiritual y apoyaron a Pablo porque ellos sabían que los reinos invisibles existían. Pero los fariseos no tenían amor verdadero y esto muchas veces los convertía en hipócritas.

El apóstol Pablo sabía que por pura Gracia estaba para predicar la Palabra de Dios, y que era el más pequeño de los apóstoles. Trataba de practicar el amor puro de Dios con todo su amor. ¿Por qué es importante esto? Porque la búsqueda de la persona es importante. Sin la Gracia no viene el Espíritu Santo. No debemos olvidar que el que nos ayuda a buscar en lo profundo de Dios es El Espíritu Santo. Cualquier mala actitud hace que se apague y de esa manera no vamos a experimentar búsquedas profundas como las que mueven la mano de Dios.

“En el arranque de nuestra búsqueda intensa por Dios nos ayuda nuestra actitud, pero en el avance es el Espíritu Santo que nos conduce de la mano a las profundidades del Altísimo” (Ap. Guillermo Decena). Y esta es la clave de los que de alguna manera se acercan a Dios, pues si no contamos con la ayuda del Espíritu Santo, será imposible ir mucho más allá (1 Corintios 2:10-11 RVR).

La vida de Asa A. Allen venía de muchas luchas con la vida, pero cuando se convirtió sintió inmediatamente que debía predicar el evangelio. Tenía muchos dones naturales, pero no sobrenaturales. Su vida es un ejemplo de búsqueda y luchas espirituales tremendas. Pero Dios le reveló un día lo que tenía que hacer para vivir los hechos sobrenaturales del Espíritu Santo. Y toda esta revelación fue posible por su determinación de buscar una respuesta del Señor, que Dios le contestó. Un día se encerró en un closet o vestidor y le dijo a su esposa que cerrara del lado de afuera y que no le abriera hasta que encontrara la respuesta de parte de Dios.

Esta búsqueda intensa es lo que hace falta en la tierra, necesitamos determinación, Dios está buscando a aquellos que indagan con fervor. Él va a premiar y dará la recompensa sobrenatural a aquellos que le buscan (Hebreos 11:6).

Hay dos factores fundamentales en la búsqueda ferviente. Primero, las pasiones carnales que batallan contra las cosas espirituales, y segundo necesitamos de todo corazón para no desanimarnos por la tardanza producida por las batallas espirituales que se pelean en las regiones celestes.

Hay sin dudas misterios que se dilucidan solo en el mundo espiritual (Daniel 10:12- 13 RVR). Este es uno de los pasajes más importantes en cuanto a la realidad de la lucha espiritual y la necesidad de seguir la batalla en el tiempo. Porque la batalla es sobrenatural, necesitamos ver un ministerio sobrenatural, no puede ser de otra manera.

En Lucas 18: 1 Jesús les enseñaba a sus discípulos a buscar a Dios en oración, sin desmayar. Necesitamos orar con fervor, y veremos los milagros, porque Dios no hace distinción de persona. Una búsqueda intensa, con interés genuino, verdadero. Darle la importancia que los milagros se merecen sobre la tierra, pedirle a Dios que se manifieste de manera sobrenatural.

Que Dios te bendiga, te guarde de todo mal y tengas una semana de completa victoria!

Pastor Guillermo Decena

Centro Familiar Cristiano Eldorado

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