Reflexión del Pastor Guillermo Decena: «El amor sanador II»

"Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él" 1 de Juan 4:16 RVR. Como iglesia este debe ser un versículo lema para todo lo que hacemos, sirviendo a Dios y al prójimo.

El amor es fundamental y vital, porque desata todo lo que anhelamos como seres humanos. El amor que mostró Jesús provoca una tremenda bendición sobre la tierra.

Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 1 Corintios 13:7 RVR. Hay algunas cosas que este pasaje nos dice. En primer lugar, que no es para todos. Es para gente especial, para todos los que quieren verdaderamente la manifestación de Dios en su vida, y esto es para valientes. En segundo lugar, no es algo natural. Es algo de otra dimensión, porque es el amor del cielo. En tercer lugar, va en contra de la naturaleza humana, ya que ésta está inmersa en pecado. No le gusta sufrir, tampoco cree fácilmente; no espera demasiado y menos aún soporta a nada ni a nadie. En cuarto lugar, nos exponemos a que parezcamos tontos, ya que es un comportamiento que muchos en la sociedad actual tildarían de ese modo, y esto golpeará al orgullo. En quinto lugar, lo que dice aquí es que para amar al estilo de Dios hay que ser como niños en cuanto a la maldad. Es lo que nos enseña Jesús: “si no se vuelven como niños, no pueden entrar en el Reino de Dios” (Mateo 18:3). En último lugar para cumplir este versículo hay que estar sano en las emociones y en el alma, Un cristiano con heridas interiores va a estar lleno de rencores o estará a la defensiva para reaccionar ante cualquier ataque.

El amor todo lo cree, porque es un amor sobrenatural. Aunque sepa que el otro piense diferente, cree en el amor. Cree que las demás personas no tienen malas intenciones. El que ama piensa siempre en positivo.

El amor todo lo espera, siempre piensa cosas buenas y positivas, tiene esperanza, y no juzga de manera anticipada. Dios nos dio la oportunidad de crecer y ser las personas que debemos ser, por eso necesitamos permanecer en el amor del Padre.

El amor todo lo soporta, persevera a pesar de pruebas y decepciones. Dios actúa de esa manera, pues a pesar del maltrato y a pesar de que la persona no sea fiel, Dios permanece fiel.

Hay muchas e importantísimas razones para amar al estilo de Dios. Veamos algunas a través de estas palabras del apóstol Pablo: No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor. Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne. Romanos 13: 8-14 RVR

1- Debemos amar porque el amor no es opcional para un cristiano

Romanos 13:8 RVR. Si realmente hemos recibido el amor de Dios, tenemos una “deuda moral”, debemos amar no solo a Dios, sino a nuestro prójimo. Esto es dar de gracia lo que de gracia hemos recibido, ya que Él nos amó hasta la muerte, hasta su última gota de sangre. O sea, esta deuda de amar a todos porque Él nos amó primero, es una carga santa. Es una deuda que tenemos de por vida. El apóstol Pablo les decía a sus discípulos que estaban desanimados por la persecución: “todavía no han sufrido hasta la sangre” (Hebreos 12:4). Jesús murió derramando su vida por nosotros, por eso ésta es una deuda con el prójimo y con Dios, ya que Él nos amó con amor eterno.

 

2- Tenemos que amar, pues amar es espiritualmente vital

Romanos 13:8 -10 RVR. El que ama, respeta al prójimo y a Dios, de esta manera se cumple con toda la ley de Dios, ya que eso es todo lo que Él exige del ser humano.

En el Antiguo Pacto la gente gastaba y hacia cualquier cosa para sacrificar un animal delante del altar de Dios, pues la ley le garantizaba el acceso a la presencia y protección de Dios de ese modo. Parece decir Dios, al humano religioso, “¿quieres llegar a mí? Cumple con todo esto.” En el Nuevo Pacto todo empieza por amor a nosotros, y lo perfecto concluye cuando nosotros estamos dispuestos a hacer el mayor de los sacrificios. “Amar”, y no solo a todos los amigos sino también amar hasta a los enemigos. La única solución es que creamos en el amor de Dios, que envió a Jesús a sufrir por nosotros pagando por nuestros pecados en la cruz, y a su Espíritu Santo. Él siempre estará para ayudarnos a que podamos amar al estilo de Dios.

 

3- Tenemos que amar, porque la falta de amor aletarga, adormece al cristiano

Romanos 13:11. La falta de amor es letargo espiritual. Debemos despertar, ya que el odio, el rencor, la difamación, etc, hace dormir espiritualmente al más sincero cristiano. Lo paraliza y lo inutiliza. Por lo tanto, la persona que no ama, por más dones que tenga se adormecerá de tal manera que recién al final de sus días, cuando ya no pueda hacer nada, recapacitará del tiempo perdido, pero ya será demasiado tarde.

El amor nos activa, nos enciende, nos enfoca, nos hace prender de la mano de Dios y Él nos lleva con poder hacia nuestro destino.

 

4- Tenemos que amar, porque un día nos presentaremos delante de Dios a ser juzgados

Romanos 13: 11 – 14 RVR. ¿Por qué dice esto? Porque hoy estamos a un día menos de enfrentarnos al tribunal de Cristo. Porque si partimos debemos ser juzgados, pues dice las Escrituras: “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo… (2 Corintios 5:10)

Esto indica que todo el tiempo que pases en el pecado, y que por causa de éste seas inútil para Dios, rendirás cuentas a Él.

El amor puro hacia Dios y hacia el prójimo es el cumplimiento de todo lo que Él exige. Tenemos que amar a Dios de la misma manera que Él nos ama a nosotros. Practiquemos esta clase amor, porque un día Dios nos pedirá cuentas.

Nuestro cuerpo y espíritu es de Dios, por eso debemos amar a Dios de verdad, amemos al prójimo y a nosotros mismos. Él nos compró a precio de sangre. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. 1 Corintios 6: 19 – 20 RVR

Habrá una tremenda revelación que puede revolucionar nuestra vida espiritual si abrazamos esta verdad. “Ama” porque una de las cosas que va a juzgar el Señor en su presencia es si aprendimos a amar y esto definirá toda nuestra eternidad.

«Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición. Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño; Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones». 1 Pedro 3: 8 – 12 RVR. 

Que Dios te bendiga, te guarde de todo mal y tengas una semana de completa victoria!

Pastor Guillermo Decena

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