Octubre Rosa: conocé la historia de Alberto, el misionero que le ganó la batalla al cáncer de mama

En esta edición del Octubre Rosa nos sumamos nuevamente a la campaña de sensibilización junto a dos especialistas misioneros, los doctores Carlos María Álvarez y Esteban Pereyra, ambos Ginecólogos y Mastólogos, y te relatamos en primera persona una historia de lucha y superación contra el cáncer de mama.

 

Con el paso de los años cada vez toma más relevancia la idea de que nos vamos aproximando a una pandemia, que en este caso tiene como protagonista a la enfermedad del cáncer de mama. Muchos han sido los avances en torno a las campañas de sensibilización que buscan incentivar los controles y el diagnóstico temprano, pero aun queda mucho por hacer ente la incidencia de la enfermedad.

 

Informar sobre lo que ésta implica y derribar los mitos y miedos que rondan en torno a la patología son dos cuestiones fundamentales, y entendiendo su importancia es que nuevamente fuimos en búsqueda de la voz de dos especialistas en la cuestión, los Dres. Carlos María Álvarez (M00286) y Esteban Pereyra (M02256), ambos especializados en Ginecología y Mastología.

 

En notas anteriores te contábamos acerca de la prevención, el diagnostico y el tratamiento de la enfermedad. Hoy te presentamos una entrevista exclusiva a Alberto, el hombre que se enfrentó al cáncer de mama, lo venció y hoy se anima a relatar su vivencia.

 

cáncer de mama

 

¡Te compartimos la entrevista completa!

 

Ezequiel Bermejo: Yo debo confesarles que este año me enteré que los hombres podíamos tener cáncer de mama. Me enteré y me sorprendí, es una enfermedad que normalmente la tenemos muy pegada al concepto y la identidad de las mujeres. Entonces, quería empezar a conversar con ustedes acerca de por qué hemos tardado tanto, a nivel población, en informarnos y enterarnos que el cáncer de mama también puede afectaros.

 

Carlos María Álvarez: Quizás tiene que ver un poco con la frecuencia en relación al cáncer de mama en la mujer. Estamos hablando de 1 cáncer en el hombre por cada 100 cánceres de mama en la mujer. En ese sentido, ya hace que parezca inusual, ínfimo. Y la otra cuestión es que está un poco ligado al género, es decir, es difícil pensar que un hombre pueda tener un cáncer de mama. Estas dos cosas potencian quizás el hecho de desconocer e ignorar de que puede existir.

 

Hablando con el doctor Pereyra, a raíz de un par de casos que tuvimos la oportunidad de diagnosticar y tratar, nos pareció interesante incluir en las charlas que tienen que ver con la concientización del cáncer de mama, y qué mejor que con un paciente que relate en primera persona lo que vivió desde el momento en que tuvo que pensar en esa posibilidad hasta el tratamiento al cual fue sometido.

 

Alberto: Hace 3 años, de casualidad, me estaba bañando y sentí una dureza en la mama derecha, casi en el esternón, como un granito. Entonces, digo, bueno “se va a ir, que se yo, parece un forúnculo” … un forúnculo más o menos a los 10 días ya revienta. Y este no, dije “algo raro tiene que haber acá”.

 

E.B.: ¿Cuántos días pasaron hasta que dijiste “algo raro tiene que haber acá”?

 

Alberto: y más o menos una semana. Entonces decidí ir al hospital, al servicio de oncología, y ahí me atiende una doctora. Le comento mi problema, ella me palpa y me dice “ahí hay una dureza, vamos a hacer la mamografía”.

 

E.B.: ¿Qué te pasó por la cabeza en ese momento cuanto te dijeron que te iban a hacer una mamografía?

 

Alberto: Yo ya estaba preparado, porque ya había leído, porque me informé.

 

E.B.: ¿Te informaste en el momento que sentiste eso o antes?

 

Alberto: Me informé antes. Entonces concurrí, me hicieron la mamografía, y ahí salió un pequeño quiste, muy chico, de 16 milímetros. Entonces la que hizo la mamografía dijo que había que hacer un estudio más profundo, y vamos a la ecografía. Y ahí, en la ecografía, salió más claro… era un tumor.

 

 

E.B.: Vos ya estabas preparado para esto. ¿Habías llegado con esa idea o a medida que te decían “hay que hacer otro estudio” se te complicaba la cabeza?

 

Alberto: Tenía la esperanza de que sea un quiste nomas. Pero no, me diagnosticaron un tumor. Entonces me dicen que había que hacer otro estudio más, más complejo digamos, más completo, una biopsia. Se hace la biopsia y sale que es carcinoma ductal in situ, que según me dijeron es el cáncer más jodido, el más bravo que hay, porque hace metástasis, puede atacar a los otros órganos (…)

 

E.B.: Contame, antes de seguir, qué te pasaba a vos adentro, qué sentías anímicamente, espiritualmente, desde el mismo momento que te dijo que estabas grave.

 

Alberto: Estaba tranquilo, tenía esperanza, porque el médico me dijo “te vamos a curar”. Y hoy en día la ciencia está muy avanzada, hay muchos médicos. El asunto, la clave está en ir de forma temprana con el profesional, al oncólogo, y seguir estrictamente lo que te dice el, no dejarse estar ni abatirse. Ocuparse, no tener miedo, tener esperanza. Por eso yo le quiero transmitir a las demás personas que pueden tener cáncer, que tengan esperanza.

 

E.B: Vamos a convenir que nosotros los hombres somos un poco especiales con este tipo de cosas, somos más amantes del tabú que las mujeres por ahí. Para un hombre, hacerse una mamografía, o ya en el mismo momento del idioma, decir que tenemos mama; nosotros los hombres solemos decir que tenemos pectorales, no solemos decir que tenemos mamas. ¿Cómo lo ven?

 

 

Esteban Pereyra: En el desarrollo natural de la especie humana, los hombres y las mujeres, tenemos en un momento de nuestro desarrollo, glándulas mamarias. Después, por la situación en el género de cada uno, obviamente se atrofian en el caso del hombre (…), y en el momento en el que hormonalmente despierta la mujer, hace que aparezca ese crecimiento de las mamas.

 

Entonces, obviamente que hacerle una mamografía a un hombre está por fuera de un concepto de control habitual, y el hombre de por sí es más reacio a los controles periódicos. Nosotros también nos tenemos que hacer otros controles que, si son periódicos, y por ahí no los hacemos tampoco. Imagínate una mamografía, más raro (…).

 

E.B.: Alberto ¿cómo es tu familia, en la vida quienes te rodean?

 

Alberto: Yo soy casado, tengo 4 hijos, 1 varón, 3 mujeres, y entre ellas un par de mellizas.

 

E.B.: ¿Qué pasó cuándo volviste a casa con el diagnóstico?

 

Alberto: No dijeron nada, al contrario, me apoyaron. Hay que andar, hay que andar de un lado para el otro, hay que hacer turno para uno, sacar esto, lo otro. Y más que yo soy de Candelaria, tenía que ir y venir a Posadas todo el tiempo.

 

E.B. ¿Cuáles fueron los primeros pasos que ustedes determinaron que había que dar con Alberto de acuerdo al estado en con el que él llegó?

 

Carlos: Primero se hicieron todos los estudios, y una vez que tenemos el diagnóstico se estudia el resto del cuerpo para descartar enfermedades, secundarismo, metástasis, son todos sinónimos. Una vez que comprobamos que todo eso no era así, planteamos el tratamiento quirúrgico.

 

Se le hizo la cirugía con una buena evolución, después esperamos el resultado de la anatomía patológica, y lo último que se le hizo a Alberto fue un estudio genético. Como bien decía el doctor Pereyra, se sabe que en el hombre existe un 20% de posibilidades de que exista una mutación genética puntual, y eso convierte a cualquier ser humano, en referencia a esta enfermedad, en un riesgo mayor, en las cuales nosotros deberíamos tomar una conducta para el mismo paciente, incluso para los familiares.

 

E.B: Ese 20%, ¿es un porcentaje alto?

 

Carlos: Ese 20% es un poco, entre un 5 y un 20% de mutación genética es un porcentaje de consideración, porque, hoy en día, estamos hablando mucho de la madre de los riesgos, que tiene que ver con la mutación genética.

 

Se sabe que la presencia de una mutación genética en determinadas personas y cómo lo podemos sospechar, generalmente son personas jóvenes que tienen cáncer de mama, que lo pueden tener en forma bilateral; hay otros parientes en la familia que pueden tener tumores del mismo tipo, o relacionados a través de esa mutación genética.

 

Entonces, ya constituye un grupo de pacientes con el que hay que tener cuidado especial y tomar alguna conducta. Sea que tenga que ver con el seguimiento estricto, o con lo que aparece hoy en día y que cada vez se pone más de moda, las cirugías de reducción de riesgo, y hasta incluso hablamos de tratamientos que quizás todavía no están estandarizados, pero que se utilizan, con resultados que se empiezan a ver, y que se habla de la quimio prevención.

 

 

Cuando hablo de la quimio prevención es tomar un comprimido, tratamientos anti hormonales, entre otros, todo con el objetivo de reducir la posibilidad de expresión de esa mutación genética. Y, volviendo un poco a la incidencia de la enfermedad en aumento que habíamos hablado, esto tiene que ver con lo que dijo recién Esteban, la epigenética, es decir, nosotros podemos tener una mutación genética, pero todo lo que nos rodea, que tenga que ver con la contaminación ambiental, los malos hábitos higiénicos y dietéticos, es decir, lo que tiene que ver con el hecho de no hacer actividad física, el sedentarismo, la alimentación hiper grasa, el alcohol, el tabaquismo, son todos factores que van a facilitar esa expresión de la mutación genética, y eso es todo lo que se conoce como epigenética.

 

Es por eso, y no necesitamos explicar mucho cómo vivimos todos, que las enfermedades hoy son más frecuentes. Bueno, en el hombre hay un 20% de esta mutación, por lo tanto, estamos obligados, cuando encontramos un hombre, que gracias a Dios son pocos por las frecuencias muy bajas, pero no hay que subestimarlo, obligarlos a buscar esta mutación genética. El dato bueno es que Alberto no la tiene.

 

E.B: ¿Te había tocado en tu carrera anteriormente tratar a un hombre de cáncer de mama?

 

Carlos: Si

 

E.B: ¿Y a vos Esteban?

 

Esteban: si, varios. Un poquito lo que dice Carlos, con respecto a esto de, en conceptos generales, cuando uno busca la causa del cáncer de mama, hay un alto porcentaje que se dice que es de una causa esporádica.

 

El 70%, es sumarle factores a algo, pero no tenés una causa directa. Porque por ahí el que viene te dice “¿qué hice yo para tener un cáncer de mama?, y hay que entender que, de 10, 7, por dar un estimativo, son esporádicos, habrá 1 y medio, 2, en los que habrá una carga genética.

 

 

Después, como decía Carlos, hay un 10, un 15% que son los que tienen la mutación, contra esos no hay nada. Eso fue cuando se formó ese individuo, viene mutado, viene con una determinación. Por eso, en los cánceres que son más agresivos, se trata de estudiar a todos, y descartar que no sea esa causa genética. Porque en esas causas genéticas es en donde uno por ahí tiene que hacer un tratamiento mucho más amplio.

 

Si una persona tiene una tía que sufrió un cáncer, se le hace un estudio a la tía y está mutada, y esa persona sana se estudia, y ella también está mutada, por más que no tenga absolutamente nada, es el tiempo que va a determinar que va a tener ese cáncer, porque esa persona ya está mutada.

 

Carlos: quiero recalcar lo que dijo Alberto recién. De alguna manera inculcando a los hombres que se revisen la mama, que hagan una consulta, porque, si bien no existe una pauta de control o de diagnóstico tan bien establecida como en la mujer, el problema que tenemos con los hombres, y eso está demostrado estadísticamente, es que los tumores se diagnostican en un estadio más avanzado.

 

E.B: Cuando me dijiste que habías tratado a hombres anteriormente, me preguntaba un poco cómo es en general la reacción del hombre.

 

Esteban: El hombre generalmente va a la consulta, no tanto por el nódulo, sino por algo que le dolía, algo que le mantiene ese dolor, así que el principal motivo de esa consulta es el dolor.

 

 

E.B.: Pero… ¿hay una instancia en la que duele?

 

Esteban: Si si.

 

E.B.: (Alberto) pero a vos no alcanzó a dolerte.

 

Alberto: no, solamente estaba esa dureza, era muy chiquito, muy pequeño, y la consulta temprana me ayudó.

 

Carlos: El motivo de consulta más frecuente del hombre en nuestro consultorio es la ginecomastia, que es el aumento del volumen de la mama, y que la consulta tiene que ver más con una cuestión estética en principio, y es la oportunidad nuestra de pedirles una mamografía, una ecografía, descartar patología, y en el caso que descartemos patologías ya hablamos con el equipo de cirugía plástica para el tratamiento de la reducción del volumen.

 

E.B: ¿Cómo es ese momento en el que se le dice a un hombre que se tiene que hacer una mamografía?, ¿cómo suele responder?

 

Esteban: Yo en la experiencia te diría que el hombre que decide ir a ver un médico que haga esto, o un mastólogo, es como que vos ya vas preparado. Acordate que es como que no va solo, alguien lo derivó como el caso de él (Alberto) que ya lo derivaron. Como que ya va un poco más convencido y sabiendo que le va a tocar.

 

Carlos: No deja de ser una sorpresa, pero no ponen resistencia. Es decir, en ese sentido nunca alguien dijo “no, esto no me voy a hacer”.

 

E.B: Alberto ¿tuviste miedo?

 

Alberto: Tuve miedo cuando fui al quirófano. Ahí si sentí incertidumbre, pero el doctor que está acá presente se acercó y me habló, me habló de futbol que justo jugaba Rosario con Gimnasia. Después salió que él era de River y yo soy de Boca. Y le dije “bueno doctor, no me vaya a dejar seguir durmiendo”. Pero él me habló y me tranquilizó, y me explicó todo lo que me iba a hacer. Porque al principio era un corte de 3cm, entonces él me dijo “nosotros actuamos por consenso, estudiamos su caso, y hemos decidido sacar los ganglios centinela, que son los que impiden que la metástasis vaya a la cabeza o a otro lado. Y, “a usted le conviene” me dice, y yo le digo “si doctor, haga todo lo que sea necesario”. Me dieron mucha confianza, tranquilidad.

 

E.B: ¿Y cómo fue tu post operatorio?

 

Alberto: Tranquilísimo. Al otro día vino el doctor, me visitó, y me dijo “vení a mi consultorio el lunes”. Bueno, voy y me dice “te vas a operar el jueves, el miércoles te vas a internar, y el jueves te vas a operar”. Pero eso era lo que yo quería, porque si no es muy largo, y estas enfermedades se complican, y era justamente lo que yo quería.

 

E.B.: ¿Cómo es tu vida hoy?

 

Alberto: Normal, continuamente, 2 veces al año, hacemos un control. Continuamente, los dos (Carlos y Esteban), son una maravilla, me van acompañando.

 

E.B.: ¿Cómo hay que hacerse el control? ¿a partir de qué edad hay que empezar a controlarse?

 

Carlos: Como te dije, no hay algo convencional preestablecido como en la mujer, pero algo muy importante es tener en cuenta los antecedentes familiares, en primera instancia, el hecho de que existan tumores genéticamente relacionados, en eso podríamos hablar del páncreas, de la próstata, melanoma, ovario, mama, siempre estamos hablando de ambos géneros.

 

Estar atento primero a eso. Segundo, existen otras patologías, de orden hepático, cirrosis, patologías a nivel testicular, que tienen que ver con una disminución de la producción de hormonas, y eso impacta o aumenta el riesgo o las posibilidades de que una persona pueda tener un problema en la mama.

 

Tratamientos médicos previos, el hecho de haber recibido radioterapia por otra causa, linfoma, todo eso primero ya lo ubica al paciente en una posición diferente hablando en términos de riesgo. Siempre, y esto también lo trasladamos a la mujer, tiene que ver con el examen físico, estar atento a si uno a veces no tiene un derrame por el pezón, si no tiene alguna tumoración. Generalmente uno, en el hombre actúa sobre el síntoma, y en lo que hacemos hincapié en la mujer es “háganse los controles, aunque no sientan absolutamente nada”, porque sabemos que acá aumenta la posibilidad, por ser mujer, por la edad, por toda una serie de factores. Por eso no está preestablecido cómo, pero esto es una buena oportunidad, puedo estar seguro de que más de un hombre que vea esta charla en algún momento va a ir y se va a tocar la mama.

 

Alberto: El mensaje que yo les quiero dar es que acudan al profesional, apenas sientan algo acudan, no dejen estar, eso me salvó a mí. Yo ni siquiera hice quimioterapia o radioterapia, por lo rápido que se detectó. Por eso es el mensaje ese que vayan, no tengan miedo, tengan sobre todo esperanza, hay muy buenos profesionales, excelentes profesionales, la atención ahí es extraordinaria.

 

 

Octubre, Mes Rosa.

Divulgar para concientizar.

Concientizar para prevenir.

 

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