Caraguatay | “Siento que todos se ríen de mi”, la tristeza de una mujer tras el constante robo de cabezas de ternero de su campo

Desde principios del año pasado, el municipio de Caraguatay sufre el constante robo y asesinato de cabezas de ternero. Delincuentes armados ingresan a los campos, disparan a los animales y los faenan para luego comercializarlos.

robo de cabezas de ternero

Caraguatay es un pequeño municipio ubicado dentro del departamento de Montecarlo, en el interior de la provincia de Misiones. Este lugar, se caracteriza por ser netamente zona rural, con muy pocos habitantes.

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Karina Meier se contactó con este diario para poder contar y expresar la tristeza que vive desde hace aproximadamente dos años. Vive con sus dos padres jubilados y, el casco de su estancia se encuentra ubicado entre medio del Centro Cívico y un pequeño núcleo urbano conocido como Turumá, a diez kilómetros del pueblo de Caraguatay.

 

Todo comenzó hace dos años, cuando la familia tenía un pequeño emprendimiento de piscicultura pero, lo tuvieron que abandonar debido a las desgracias que sufrían constantemente. “Comenzaron con pequeños hurtos de uno o dos pescados, hasta el punto de que en la madrugada ponían red y vaciaban las piletas. Nos dejaron sin nada”.

 

Históricamente en el pueblo, el robo de hacienda vacuna se lo toma como algo normal, los vecinos denuncian estas situaciones pero aún así no cesan. Según datos aportados por la denunciante, se prevé el robo de cinco cabezas anuales.

 

En noviembre del año pasado, las malas noticias incrementaron y pasaron del hurto de peces al robo y faena de animales, para así luego comercializarlos en el pueblo. “Primero entraban a la casa del vecino, pegado a nuestro campo. Yo siempre escuchaba los tiros y hacía las denuncias porque él no vivía allí”.

 

 

Los robos no cesaron y, los delincuentes ampliaron su raid delictivo. “Aparentemente como a los ladrones les molestó que yo este constantemente controlando el campo de mi vecino, se mudaron a nuestro campo y ahí empezó el desastre en nuestras tierras”. Hasta la semana pasada, la mujer contabilizó la pérdida de aproximadamente treinta animales, entre robos y asesinatos. “Lo que no se llevan, dejan tirados, muertos en el campo”.

 

En cifras

 

No se sabe exactamente el total de la pérdida por parte de la familia Meier. Pero, para tener una idea aproximada habría que hacer el siguiente cálculo: primero habría que tener en cuenta el precio del kilogramo de ganado en pie en la provincia de Misiones ($238 aprox.). De allí, contabilizar los animales robados o faenados y multiplicarlos por un total de doscientos kilos por cabeza, para luego volver a multiplicar por el precio del kilo de ganado en pie.

 

 

“Los ladrones entran al campo completamente armados, disparan a la tropa, si caen se lo llevan, pero sino mueren a la semana por las heridas”. Los animales que mueren asesinados no entran dentro del robo, pero sigue siendo pérdida para la familia víctima.

 

Según la denunciante, al ser una comunidad chiquita, con pocos habitantes, todos saben exactamente quienes son los delincuentes que ingresan a los campos ajenos y faenan los animales, pero nadie quiere hablar para así evitar tener problemas. «Nadie quiere denunciar porque dicen que esta gente es pesada, nos dejan solos por miedo. No es mi trabajo investigar al ladrón, sino de quien se dedica a eso”.

 

El destacamento policial se encuentra ubicado a ocho kilómetros del pequeño pueblito y, cada vez que hay un episodio, la Policía de Misiones se acerca al lugar, controla por varias horas, pero luego nuevamente se repite la misma situación. “Incuso se han realizado despliegues espectaculares de policías, recorren el campo pero, son más de cien hectáreas, con serranías intermedia, más cien y pico de animales, con cinco o seis efectivos no van a recorrer todo el predio en dos horas”.

 

 

“Los tipos disparan al animal, los dejan tirados muertos, termina el operativo policial y siguen faenando, llevándose la carne. Lo que hay que hacer es un trabajo investigativo y casar a esta gente”, manifestó enfurecida.

 

Aparentemente, en el pueblo circula el nombre de los delincuentes que faenan animales ajenos, pero por miedo, no lo denuncian. “Me siento como que toda la comunidad se ríe de mí, porque a mí me matan los animales, la policía dice que todo el mundo murmura quien es, pero nadie dice nada concreto”.

 

La mujer recordó que este fin de semana le faenaron dos terneros y le pegaron un escopetazo a otro animal, dejándolo tirado porque era un “toro feo”, y no les servía para consumo de carne. “Los ladrones sacan los terneros en el lomo calculo, a upa. Matan al animal, lo despostan, lo cortan en trozos y se lo llevan con cuero y todo”, cerró.

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