Hoy es el Día Mundial de la Anestesia y del Anestesiólogo: misterios alrededor de la anestesia

El 16 de octubre de cada año se celebra el Día Mundial de la Anestesia y del Anestesiólogo con el objetivo de rendir un homenaje especial a una profesión que ha traído tantos logros a la medicina y a la humanidad en general.

 

 

El Día Mundial de la Anestesia y del Anestesiólogo se celebra cada 16 de octubre recordando uno de los hechos históricos más importantes en la medicina. Y es que fue el 16 de octubre de 1846 cuando se define el nacimiento oficial de la anestesia y la anestesiología.

 

La anestesia revolucionó de manera definitiva la práctica de la cirugía y la medicina en todo el mundo. El uso del éter y del cloroformo ha dado paso a grandes avances en este campo.

 

Hoy, es crucial el uso tanto de anestesia local como general, la cual puede ser aplicada de forma inhalada o por vía intravenosa para evitar a los pacientes mayores traumas quirúrgicos y no representan mayores riesgos, siempre y cuando las personas estén en las manos de verdaderos especialistas en la materia.

 

 

Uso de elementos de protección para anestesiólogos
16 de octubre, Día Mundial de la Anestesia y del Anestesiólogo.

 

¿Cuál es la tarea de un anestesiólogo?

 

El anestesiólogo es un especialista de la medicina, que no sólo se limita a dormir al paciente, sino que también, tiene la misión de regular y velar por el correcto control y funcionamiento de las funciones vitales durante una cirugía dentro del quirófano.

 

Así mismo, este profesional se encarga de realizar valoraciones médicas durante la intervención quirúrgica. Otra de sus funciones es la preparación previa a la cirugía, así como el control, vigilancia de cualquier cambio o eventualidad que tenga el paciente durante la etapa postoperatoria.

 

Feliz Día del Anestesiólogo!
16 de octubre, Día Mundial de la Anestesia y del Anestesiólogo.

 

Día Mundial de la Anestesia y del Anestesiólogo: Un poco de historia

 

Fueron muchos los experimentos que tuvieron que llevarse a cabo en la búsqueda del perfeccionamiento de la anestesia. En 1772, se descubrió el óxido nitroso; y en 1798, Sir Humphry Davy describió que dicho óxido hacía reír, por lo que lo llamó “gas hilarante”, agregando que además podía eliminar el dolor físico y ser utilizado en cirugías.

 

Mucho antes, a fines del siglo XIII en Mallorca, Ramón Llull, alquimista, polifacético y visionario, obtuvo un líquido volátil al que llamó vitriolo dulce. En el siglo XVI, Paracelso en Suiza notó que este dormía a algunos animales, quienes al inhalarlo no sentían dolor. Sin embargo, ninguno de ellos lo usó en humanos. Con la llegada del 1740, el alemán Frobenius lo denominó éter.

 

En 1842, el Dr. Crawford Long extirpó sin dolor un tumor de la nuca a un paciente usando una toalla embebida en éter. Él trabajaba en una zona rural de Georgia y lo publicó recién años después, en 1849.

 

En ese mismo año, un estudiante de Medicina, William Clarke, ayudó a extraer una muela a una amiga usando una toalla con éter. Su mentor, el Profesor Moore, lo desalentó de continuar esos experimentos.

 

A fines de 1844, Horace Wells, un odontólogo de Connecticut observó cómo una persona que estaba bajo la influencia de óxido nitroso –el ya mencionado “gas hilarante”– se había hecho unas heridas pero no sentía dolor. Esto lo llevó a probarlo en sí mismo extrayéndose una muela, con la ayuda de su asistente. Como no sintió dolor, buscó demostrar este hecho en el Massachusetts General Hospital. No obstante, la presentación fracasó, el paciente se movió, se quejó y Wells hizo el ridículo.

 

Un año y medio después, surgió la figura de Thomas Morton, a quien se suele atribuir el mérito de instaurar la anestesia en cirugía.

 

Morton estudió bajo la tutoría del mismo Horace Wells, se dedicó a las prótesis dentales y a extirpar raíces dentarias. Los pacientes le pedían un tratamiento sin dolor y él probó sin éxito con vino, licores y opio (láudano). Siguió los consejos de su profesor Charles Jackson e hizo pruebas con éter, lo que a su vez había sugerido Faraday en 1818. En esa época, el éter y el óxido nitroso eran usados por estudiantes por placer y para tener experiencias de intoxicación.

 

Experimentó en animales y luego lo usó para extraer una muela a un paciente, quien no sintió ningún dolor. Posteriormente, diseñó la primera máquina de anestesia con un globo de vidrio que contenía una esponja embebida en éter. El paciente aspiraba el vapor de éter que se dejaba salir del globo de vidrio y así se le ponía en estado de intoxicación para que no sintiera dolor.

 

Morton pidió al cirujano del Massachusetts General Hospital, Dr. Warren, hacer una demostración. Así se hizo, y Warren, entusiasmado, exclamó: “¡Señores, esto no es un truco!”. Este episodio se considera como el nacimiento de la anestesiología moderna. La sala donde se hizo esa presentación, el “ether dome”, se conserva aún como un monumento histórico.

 

Thomas Morton | 16 de octubre, Día Mundial de la Anestesia y del Anestesiólogo.

 

Misterios alrededor de la anestesia

La anestesia es uno de los mayores misterios de la neurociencia. A pesar de que los profesionales de la salud lo usan todos los días desde hace más de 150 años, el mecanismo molecular, por el cual los anestésicos generales producen sus efectos, no está claro.

El hombre, con el transcurrir de los años, ha sido capaz de develar muchos misterios, sin embargo, hay muchos otros, que se han transformado en grandes enigmas, siendo la anestesia uno de ellos.

Esta potente sustancia química opera en el organismo de manera misteriosa, colocando al individuo en un estado de letargo e inconsciencia, en el cual puede estar desconectado totalmente del mundo que le rodea por un período de tiempo relativamente prolongado.

Después de horas, es capaz de despertar, de forma casi milagrosa, sin que los médicos ni los científicos sepan a ciencia cierta qué experimentó, sintió o qué ocurrió con la persona durante el tiempo que estuvo bajo los efectos de la anestesia.

Varios estudios muestran que la sustancia actúa en el sistema que regula el sueño en el cerebro y que, de cierta forma, es similar al funcionamiento de una píldora para dormir.

Pero son pocos los detalles que se tienen pese a que se trata de un procedimiento médico

El problema es que tiene que ver con la pérdida de la conciencia, que ha sido durante mucho tiempo uno de los grandes misterios de la vida.

Todos la experimentamos pero aún no entendemos como ese pequeño saco de gelatina que es nuestro cerebro toma datos brutos sobre el mundo y los transforma en la sensación de estar vivo.

 

 

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