Los chats del líder de Los Monos, en los que ordenó acribillar a un testigo frente al colegio de sus hijos

En el último juicio contra Ariel Máximo “Guille” Cantero por la serie de atentados a la Justicia los fiscales Miguel Moreno, Matías Edery, Aníbal Vescovo y Gastón Ávila demostraron que el líder de Los Monos, uno de los narcos más sanguinarios de la Argentina.

El rosarino detenido planeó y dio directivas de varios ataques desde prisión. Uno por uno, los miembros de la organización criminal que los ejecutaron.

En el último juicio contra Ariel Máximo “Guille” Cantero por la serie de atentados a la Justicia los fiscales Miguel Moreno, Matías Edery, Aníbal Vescovo y Gastón Ávila demostraron que el líder de Los Monos, uno de los narcos más sanguinarios de la Argentina, había ordenado desde prisión balaceras a domicilios vinculados a los jueces que lo condenaron en 2018 y el ataque a tiros a un empresario que fue testigo en la causa contra Mario Segovia, conocido como “El Rey de la Efedrina”.

En el debate, los funcionarios del Ministerio Público de la Acusación exhibieron los chats que demuestran que el jefe narco instigó las balaceras y que utilizó a tres bandas -afines a Los Monos- para ejecutarlos: “la banda del barrio Alvear”, compuesta por Daniel “Teletubi” Delgado, Lucía Uberti, Leonel Fernández, Damián Oscar Chávez y un menor de edad; “la banda de Quintana”, integrada por Matías César y “la banda de Olivera”, de Leandro Olivera.

“Es Guille. Me dijo que lo pongan”. “Me imaginé. Jajaja, vos sabés”. La conversación entre Olivera (”Chulo” o “Chuli”) y Uberti, pareja de César, es clara acerca de quién impartía las directivas.

El 18 de septiembre, el empresario Andrés Gerardo Lamboy fue baleado en la puerta del colegio al que asistían sus hijos. El hombre que declaró en el expediente que terminó con la condena de Segovia por traficar efedrina a México, debió guarecerse de los tiros debajo de su camioneta. Logró salvar su vida, pero fue gravemente herido por las balas en las piernas, el tórax y el abdomen.

El ataque narco a un empresario frente al colegio de sus hijos

“Colegio calle Wilde 1149 turno mañana 7.30 a 8 am camioneta ram negra. Después de dejar los pibes al celegio (sic) toma café en la estación de servicio AXION. Listo”. El mensaje, acompañado de una fotografía del hombre que sería baleado, fue enviado el 3 de septiembre de 2018 a Matías César. “Solo al negrito ok”, la aclaración se dirigía a mantener a salvo de los disparos a los menores.

Seis días más tarde, se reanudó la conversación cuando “Miljaus” (Guille Cantero, que también usaba el alias “Lokito”) le envío el usuario que la víctima usaba en Facebook. “No, no me olvido. Ya anduve averiguando dónde queda”. César, bajo el apodo de “Señor La Muerte”, respondía así a un reclamo del jefe narco.

Lamboy fue baleado el 18 de septiembre de 2018 cuando salía del colegio San Bartolomé, de Fisherton. Los sicarios, que lo esperaban en un VW Gol, lo atacaron con balas 9 mm. De los más de 20 tiros, unos 10 impactaron en el cuerpo del empresario del rubro inmobiliario.

Entre los chats que lograron recuperar los investigadores, los integrantes de Los Monos conversan sobre los traslados de “Guille” Cantero y el acceso que el líder de la banda tenía a celulares para seguir comunicado. “El Loko donde va lo reciben bien”, remarcan sobre los beneficios que tenía el líder dentro de los penales (a quien también identificaban con un emoji con lentes), sean de la órbita provincial o federal.

En el celular de Lucía Uberti, encontraron más pruebas de los tiroteos: “Amor, tengo una (emoji de pistola) en la casa de papá de Kevin. ¿No lo mandas a Mati a rescatármela?”, le pide Teletubi, preso en Piñero. “Chulo”, le escribe: “Decile a Tel si después le paso el número para que llame. Porque ayer una gente de él fue la que tiró en la previa”. “Me dicen que los patovas (la policía) saben quiénes fueron, que estaban a cara descubierta”, le responde Uberti.

En uno de los aparatos que utilizaba, Cantero tenía agendado a César como “Ma”. En uno de los mensajes recuperados le envía la dirección de los domicilios de los jueces que serían baleados. Por su parte, el novio de Uberti, se hace cargo de la autoría de los ataques. “De mayo de (sic) vengo saliendo en el noti”, en clara alusión a la serie de atentados que comenzaron el 29 de mayo de 2018, tras el traslado del capo narco a la penitenciaria federal de Chaco.

En uno de los teléfonos que usaba Cantero, los detectives también encontraron capturas de pantalla de las noticias que daban cuenta del ataque a dos domicilios vinculados al juez Ismael Manfrín el 29 de mayo, sobre la calle Montevideo e Italia. También se reenvían informaciones sobre la visita de Patricia Bullrich a la ciudad, tras la ola de atentados.

Manfrín fue uno de los jueces que condenaron a los jefes de Los Monos 22 años de prisión por asociación ilícita y homicidios. En el aparato también hay fotos del magistrado y sus colegas en el estrado del Centro de Justicia Penal de Rosario durante el histórico juicio de 2018.

Los ejemplos expuestos por los fiscales en los alegatos, con capturas de los domicilios con Google Street View y el envío de direcciones precisas, continuaron. También los audios en el que ultiman detalles de la logística para conseguir autos, motos y las armas con los que cometerían los atentados, entre ellos, la imagen del cartel que dejaron en una propiedad relacionada a la familia de la jueza Marisol Usandizaga: “Con la mafia no se jode”, la leyenda que se convertiría en la marca de la organización.

“Hagan un cartel que diga así: Dejen de meter en cana giles”, ordena Uberti a Claudio “Churro” Canavo. “Y le pongo porque la próxima va a ser peor”, el “tiratiros” de Los Monos.

“¿Le mandaste (emoji de pistola) anoche?”, pregunta Uberti, buscando asegurarse que la orden se había ejecutado, tal como lo habían pedido. “Sí”, le responde “Churro”. “¿A qué calle fuiste?”, inquiere la joven. “La de Pelegrini bs aire (sic)”, específica el tirador. “La dirección exacta”, insiste la mano derecha de Teletubi. “La k vs me dijiste. Si no vamos en tu auto k te muestro los corchasoo amiga me extraña (sic)”, da por terminada la charla Canavo.

Los miembros de Los Monos condenados por balear a los jueces y al empresario

Ariel Máximo Cantero, de 33 años. Apodos: “Guille”, “Gui”, “Miljaus”, “Loko”. Condenado a la pena de 22 años de prisión efectiva por los delitos de Amenazas coactivas agravadas por ser anónimas, por la utilización de un arma de fuego, y por tener como propósito alguna medida o concesión de un miembro del poder público en concurso ideal con Daño calificado en calidad de instigador (4 hechos); Amenazas coactivas agravadas por ser anónimas, por la utilización de un arma de fuego, y por tener como propósito alguna medida o concesión de un miembro del poder público en concurso ideal con daño calificado, en calidad de instigador (3 hechos). La misma se unifica con la pena de 6 años de prisión efectiva por el delito de Coacción agravada; siendo la pena única la de 28 años y 8 meses de prisión efectiva, con declaración reincidencia.

Los chats del líder de Los Monos
Los chats del líder de Los Monos

Matías Nicolás César, de 24 años. Apodos “Ma”. Condenado a la pena de 20 años de prisión efectiva por los delitos de Amenazas coactivas agravadas por ser anónimas, por la utilización de un arma de fuego, y por tener como propósito alguna medida o concesión de un miembro del poder público en concurso ideal con daño calificado, 10 hechos en concurso ideal, el último agravado a su vez por la participación de un menor de edad. Absolviéndolo por un hecho de Amenazas coactivas agravadas por ser anónimas, por la utilización de un arma de fuego, y por tener como propósito alguna medida o concesión de un miembro del poder público en concurso ideal con daño calificado.

Lucía Estefanía Uberti, de 27 años. Condenada a la pena de 20 años de prisión efectiva por los delitos de Amenazas coactivas agravadas por ser anónimas, por la utilización de un arma de fuego, y por tener como propósito alguna medida o concesión de un miembro del poder público en concurso ideal con daño calificado. Nueve hechos en concurso real en calidad de instigadora. Dos de ellos a su vez agravados por la participación de un menor de edad. Extorsión agravada por el empleo de un arma de fuego y por la participación de un menor de de edad. Se absolvió por un hecho de Amenazas coactivas agravadas por ser anónimas, por la utilización de un arma de fuego, y por tener como propósito alguna medida o concesión de un miembro del poder público en concurso ideal con daño calificado y Tenencia de arma de guerra.

Daniel Alejandro Delgado, de 31 años. Apodo: “Teletubi”. Condenado a la pena de 12 años y 6 meses de prisión efectiva por los delitos de Amenazas coactivas agravadas por ser anónimas, por la utilización de un arma de fuego, y por tener como propósito alguna medida o concesión de un miembro del poder público en concurso ideal con daño calificado. 3 hechos en concurso real; unificáandola con condena anterior por Homicidio agravado por la participación de menor de edad en calidad de partícipe primario; siendo la pena única de 33 años y 6 meses de prisión efectiva con declaración de reincidencia.

Leandro Daniel Olivera, de 31 años. Apodos: “Chulo, “Chuli”. Condenado a la pena de 11 años de prisión efectiva por los delitos de Amenazas coactivas agravadas por ser anónimas, por la utilización de un arma de fuego, y por tener como propósito alguna medida o concesión de un miembro del poder público en concurso ideal con daño calificado. Tres hechos en concurso real en calidad de partícipe primario.

Leonel Alejandro Fernández, de 24 años. Condenado a la pena de 8 años de prisión efectiva por los delitos de Amenazas coactivas calificadas por el uso de arma de fuego, por ser anónimas y por tener como propósito alguna medida o concesión de un miembro del poder público en concurso ideal con daño calificado por ejecutar el hecho con el fin de impedir el libre ejercicio de la autoridad y agravado por el uso de arma de fuego, en concurso real con atentado a la autoridad calificada, agravado por uso de arma de fuego, y con portación de arma de fuego de guerra sin la debida autorización legal, y Resistencia a la autoridad. Todo agravado por la participación de un menor de edad.

Damian Oscar Enrique Chávez, de 25 años. Condenado a la pena de 7 años de prisión efectiva por los delitos de Amenazas coactivas calificadas por ser anónimas y por tener como propósito alguna medida o concesión de un miembro del poder público, agravado por la participación de un menor de edad, en calidad de instigador.

Una por una, las condenas que recibió “Guille” Cantero

Marzo de 2014: dos años de prisión por tenencia ilegítima de arma de guerra.

Abril de 2018: 22 años por homicidio y como organizador de una asociación ilícita que cometió múltiples delitos.

Diciembre de 2018: condena a 15 años por comercio ilegal de estupefacientes en la causa conocida como “Los Patrones”.

Octubre de 2019: sentenciado a 10 años de reclusión por ordenar desde la cárcel un secuestro extorsivo.

Diciembre de 2019: otra condena por narcotráfico, con una pena de siete años de prisión.

Julio de 2020: seis años y ocho meses por amenazas a un juez que le negó un traslado de cárcel.

Septiembre de 2021: condena a 22 años como instigador de siete casos de balaceras a domicilios de magistrados y edificios judiciales. El Tribunal que lo condenó por las balaceras unificó la pena con la última condena (seis años y ocho meses), por coacción agravada a un juez, que es la sentencia que está firme, y le dictó una pena única de 28 años y ocho meses.

 

(TN)

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