El épico relato del remisero de Misiones que fue secuestrado: con las manos atadas y con la cara tapada venció a sus captores

Víctor Miguel Aghelin de 42 años estuvo desaparecido desde el pasado 5 de septiembre. En horas de la madrugada de ayer, el hombre fue hallado con vida, a pocos kilómetros de la Localidad de Jardín América.

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El hombre era intensamente buscado por la Policía de Misiones desde el momento justo en que su hija Ángela, realizó la correspondiente denuncia, dando aviso de su desaparición. “Ahora estoy bien porque estoy con mi familia después de ese momento dramático y de mal gusto que viví” comenzó diciendo Victor Aghelin a Misiones Online.

 

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Desde el momento de su hallazgo en Colonia Flora, ubicada a unos seis kilómetros al norte de Jardín América, en inmediaciones de la ruta Nacional 12 y la provincial 8, el hombre manifestó que lo habían secuestrado, maltratado y que logró escaparse por sus propios medios. “Anoche después de muchos días pude ir al baño, pero no pude pegar un ojo por el miedo y la desesperación al escuchar el ruido de la lluvia, me despertaba a cada rato. Pero, hay cosas que lentamente las voy a ir superando, espero”.

 

Victor Aghelin es padre de siete hijos, los últimos tres son fruto de su última relación. Además, es remisero desde aproximadamente 14 años, siendo muy reconocido en el municipio. Cumple servicio de noche, comenzando su jornada laboral a las 18 horas y, finalizando a las 6 horas del día siguiente. “Tengo muchos clientes, que siempre colaboran con nuestro pan de cada día”.

 

 

Días previos

 

Perseguido, acorralado y con miedo, fueron las tres palabras con las que el hombre de 42 años describió sus sentimientos los días previos a su desaparición. “Los días antes fueron feos, me sentía muy perseguido y espantado por algo o alguien, y eso se lo había comentado a mi hija, por esa razón siempre salía antes de mi horario de trabajo”.

 

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Víctor Aghelin

 

El drama y el calvario según expreso Aghelin, lo vivió desde el momento de su separación. Me sentía perseguido desde que me separé de mi pareja en el mes de agosto. El mes de julio fue muy dramático por la separación, empecé a sentir miedo por lo que había pasado con ella”.

 

Las amenazas recibidas por su expareja, las había denunciado previamente ante la Policía de Misiones. “Mi expareja me decía que me cuide porque yo trabajaba de noche, que podía tener una visita de cualquier pasajero. Que me cuide yo y a los autos”.

 

«Pensé que me iban a matar»

 

El pasado sábado 4 de septiembre, Aghelin ingresó a trabajar en su horario normal, de 18 a 06 am. Debido a la lluvia torrencial de la que fue víctima la Localidad de Jardín América, el servicio de remisería se multiplicó. “Me informaron que tenía un servicio en Colonia Oasis, fui y volví. Traje gente a Sol de Mayo, hice como cuatro viajes consecutivos desde que salí de mi casa”.

 

Aghelin se movilizaba constantemente en un Renault Sendero. Tal como lo había manifestado su hija de 22 años a este medio, el hombre se sentía perseguido y amenazado y es por ello que dejó estacionado su vehículo en el domicilio de su mecánico.

 

En palabras textuales, el hombre se refirió al comentario que un colega de la remisería le hizo días previos. “Un colega me comentó que un vehículo paso por la remisería en horas de la madrugada preguntando quien estaba manejando cual y que auto. El muchacho le comentó que yo estaba en el sendero”, todo esto horas antes de la desaparición.

 

Recordó que aquel domingo 5 de septiembre en horas de la madrugada, volvió antes a su domicilio debido al aviso de su colega, había una persona sospechosa preguntando por su paradero. Este hombre es conocido en el Municipio como “Tito”.

 

Exhaustiva búsqueda de Víctor Aghelin

 

“Tito trabajaba conmigo anteriormente, teníamos buena relación pero, cuando el dejo de trabajar conmigo me entere de muchas cosas, andaba en andanzas raras”.

 

Según lo expresó el entrevistado, lo secuestraron afuera de su vivienda, cuando estaba llegando luego de dejar el auto en el taller. “Venia con el auto y veo que hay dos personas sospechosas a unos metros de mi casa, giro y doy un par de vueltas a la manzana, hasta que le llamo al mecánico y le pregunto si podía dejar mi auto en su casa”.

 

 

La vivienda del mecánico queda ubicada a pocos metros de la morada de la madre de Aghelin, siendo ese su hogar desde que se separó de su pareja. “Desde el mecánico fui caminando hasta mi casa y al llegar a la vereda, los hombres me acorralan con un arma de fuego, me agarraron de la remera y me tiraron al suelo. Me preguntaban por el auto”.

 

Dijo “Mi pensamiento en ese momento es que me iban a matar ahí”. Siguió con su relato recordando el momento en que lo suben a un auto, aparentemente un Fiat Uno color blanco. “Lo reconocí porque lo manejaba antes cuando era chofer del dueño del auto. Me resulto familiar el ruido de las puertas y el andar del auto”.

 

Lo subieron al coche, golpeándolo casi todo el camino, amenaza tras amenaza. Desde un primer momento reconoció a sus captores pero, por secreto de sumario se reserva la identidad. “Recocí el principio del camino, por ejemplo acá a cien metros hay una zanja que hay que fijarse como la encaras. De ahí dobló a la derecha y luego, nuevamente a la izquierda”.

 

En el lugar donde estuvo privado de su libertad, en todo momento su visión se imposibilitaba debido a las vendas que tapaban sus ojos y además, su locomoción estaba limitada por la atadura de sus manos. “De vez en cuando me daban agua, pan y pedazos de mandioca, pero no fui en ningún momento al baño”.

 

Recordó las primeras horas secuestrado como las peores. “Me sentaron en el piso y me golpeaban en la boca del estomago con una remera o toalla mojada”, para así no dejar marcas. “Todo el tiempo me pedían el auto”.

 

“No hay plata, la patrona no aparece, ese no era el trato”

 

Dentro del auto en el cual se efectuó el secuestro denunciado por Aghelin, había tres hombres. Horas o días después, otra persona aparece en escena. “Lo que pude lograr detectar es que hubo otra persona, lo sentí porque tenía un tic nervioso, escupía a cada rato. También logre darme cuenta que había otro porque siempre me golpeaban de la misma manera, con el paño mojado, pero ese día no”.

 

El móvil del secuestro se podría tratar en un principio del automóvil Renault Sendero, propiedad de Aghelin. “Querían si o si el auto o me iban a hacer boleta. Estaban mandados por una persona, que se quien fue, porque le nombraron algunas veces”.

 

Al momento de la capción por parte de los delincuentes, la víctima llevaba consigo una suma considerable de dinero, producto de la recaudación de los distintos viajes que realizó en la semana a bordo de su remis. “En mi billetera tenia la recaudación de toda la semana, entre 30 y 35 mil pesos  más o menos”.

 

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La gorra y billetera de Aghelin fueron halladas por sus compañeros de trabajo

 

Aparentemente, los primeros días el hombre permaneció secuestrado en el mismo lugar pero, los planes debieron cambiarse debido a que no había contacto con “La Patrona”. “Me cambiaron porque no había contacto con los captores, ellos se sentían olvidados y estafados por la persona que les había mandado a hacer esa macana. Se sentían nerviosos y repetían ´la patrona no aparece, no hay plata, no hay comunicación, no hay nada, el trato no era ese´. Se peleaban entre ellos”.

 

“Come, esta puede ser tu última cena”

 

Según comentó Aghelin, la persona que está detrás de todo esto es alguien con recursos, pero su nombre permanecerá en anónimo para no entorpecer el proceso, al menos por ahora.

 

“Me trasladaron de un lugar a otro y, ese día me sentía que me moría. Me dieron un pedazo de pollo casero y me dijeron esta puede ser tu ultima cena”.

 

 

Pasados exactamente 7 días de su desaparición, el hombre de 42 años logró evadirse de sus secuestradores y ver por fin la luz del día. “El día que me pude liberar, me encomendé a Dios para que me de fuerzas. Los secuestradores tenían miedo de que alguien les venda”.

 

Los minutos parecían horas y las horas se convertían en días. Sin noción del tiempo, todo indicaba que los segundos estaban contados. “Me dijeron subí y quédate piola, vamos a dar una vuelta. Logre sacarme un poquito la venda de los ojos y golpee a uno de ellos,  al otro en los testículos y así logré escaparme”.

 

Noche y día escondido en el monte, a pasos del lugar donde estuvo secuestrado, sin mirar hacia tras por miedo a los secuestradores. “Salí a la ruta, levantaba la mano pero nadie paraba. Saque fuerzas de donde no tenia para seguir caminando y llegar a una casa, donde dieron aviso a la policía”.

 

La cuestión judicial

 

La Policía de Misiones arribó al domicilio del remisero con la citación del juez en horas de la mañana y, el hombre fue trasladado hacia el Juzgado de Instrucción de Puerto Rico para brindar declaración testimonial.

 

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Comisaría de Jardín América

 

En simultáneo, efectivos de la Unidad Regional IX continúan recabando datos y pruebas para dar con los presuntos delincuentes y corroborar la veracidad de los hechos.

 

“Di nombres y apellidos de los involucrados a la policía”, cerró Víctor Aghelin.

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