“Lo gratificante es encontrar a ese niño que educaste siendo adulto”: el testimonio de Beatriz Luna, una maestra con más de 30 años de trayectoria

En el Día del Maestro, Beatriz Luna una maestra misionera con más de 30 años de aporta a la educación pública, nos cuenta sus comienzos, experiencias y su vocación aún intacta por enseñar

 

Hoy es el Día del Maestro, una buena oportunidad para homenajear a las maestras y los maestros misioneros que día a día, transitaron y transitan, el sinuoso pero satisfactorio camino de la docencia: sin dudas, una de las labores más loables del mundo.

 

Este es el caso de la docente misionera Beatriz Luna, que con más de 30 años como maestra, contó a Misiones Online su historia: una vida dedicada a la educación.

 

Beatriz o “Graciela” como también la conocen sus amigos y seres queridos, se desempeñó en sus inicios como maestra en la escuela 721 de Villa Cabello y después en la Escuela 53 del barrio Yohasá, donde hasta el día de hoy ejerce.

 

Casi siempre se desempeñó en los primeros años de la primaria: 1° 2° y 3° por tanto, le tocó enseñar a leer y a escribir a muchas generaciones que pasaron por el aula y ahora por la virtualidad.

 

La docencia: una profesión que se lleva en el corazón

 

“Desde chiquita me gustaba enseñar a las nenas, cuando jugaba de niña siempre jugaba a ser maestra, es algo que siempre estuvo en mí” contó Beatriz, sobre los inicios de su vocación.

 

Para ese entonces, fue muy necesario el apoyo de su mamá Elba, que no tuvo reparos en apoyarla, en su decisión “Ella me decía que la docencia es una carrera muy noble, que te deja muchos premios, satisfacciones: el deber cumplido de educar a muchas generaciones” señaló Graciela recordando a su madre.

 

De sus primeras épocas como maestra recordó que, como toda nueva profesional, la teoría le pareció muy diferente de la realidad y que los niños mismos son los que te van enseñando a ser docente, mediante sus inquietudes “Por ahí vos vas preparada para dar un tema y ellos te manifiestan sus inquietudes, entonces salís totalmente del tema” contó entre risas Graciela.

Por otro lado, siempre estuvieron presentes algunas dificultades, contó esta maestra, como por ejemplo los bajos recursos y las carencias de los niños: el querer brindarle al alumno las cosas materiales y hasta el afecto que a veces necesitan.

 

“Antes la Escuela 53 era muy precaria, y las calles no estaban asfaltadas por lo que me tocaba ir en colectivo y llevar un zapato para ponerme allá” confesó Beatriz, e hizo referencia a que hoy tienen un edificio nuevo, y calles asfaltadas.

 

Asimismo, la pandemia por el COVID 19 fue otro de los grandes golpes que recibió esta maestra, como todos los docentes, ya que dejó en evidencia muchas problemáticas como la falta de recursos necesarios para conectarse a la virtualidad.

 

Tuve que salir de mi casa y a la mitad de los niños llevarle material impreso porque sus padres no tenían los recursos necesarios” señaló, mostrando así, su empatía y su amor por la docencia.

 

A pesar de todas estas vicisitudes, confesó que sin dudas volvería a elegir ser maestra “Lo gratificante es encontrar a ese niño que educaste siendo adulto y que te reconozca, que te diga “hola maestra, ¿usted se acuerda de mí?”

Fue así que Beatriz recordó una anécdota muy especial, cuando un hombre ya adulto se le acercó en la Fiesta Nacional del Inmigrante y la reconoció.

“Es una gratificación de ver a ese niño adulto, o a ese profesional que un día fue niño “ dijo entre risas

 

 

Un mensaje para las nuevas generaciones

 

En cuanto fue consultada por las diferencias entre su generación y la nueva camada de docentes que recién se inician, Graciela, por el contrario, destacó las similitudes “Creo que todos los docentes hacemos lo humanamente posible, todos tenemos diferentes didácticas y creo que las nuevas generaciones entran también a la educación con el mismo temor que entré yo”

 

Finalmente, ya por iniciar los trámites para su jubilación, Graciela no escatimó en dejar un fuerte mensaje de optimismo y esperanza a los nuevos educadores y a los que están pensando en elegir ese camino.

 

 “Todo lo que emprendan háganlo con amor, la docencia no es un trabajo fácil pero los logros son inmensos”

 

Foto tomada antes de la pandemia

 

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