Posadas | Denunció que su expareja abusaba de su hija y que lo descubrió años después

Todo sucedió en barrio Giovinazzo de Posadas. Mientras su madre trabajaba, el hombre abusaba casi todos los días de su hijastra de ahora 9 años. Ambos hijos declararon en Cámara Gesell y contaron con detalles las escenas, pero el hombre sigue libre.

expareja abusaba de su hija

Karla Márquez tiene ahora 26 años, estuvo por varios años conviviendo con una persona a quien creía conocer, pero la realidad era completamente diferente a lo que ella pensaba. “El papá de mi nena falleció cuando ella era bebé, me acompañé con este hombre y tuvimos un hijo, que ahora tiene 7 años”.

 

Acostumbrada a ser víctima de violencia por parte de este hombre, pero nunca tomó la iniciativa de denunciarlo ante la Policía de Misiones. En febrero del año pasado, presenció una morbosa situación que le hizo “abrir los ojos” y terminar de una vez por todas con este calvario. “Le vi a mi pareja en la cama con mi hija”.

 

La misma escena se repetía con frecuencia, dos o tres veces por semana, el hombre empezaba a tomar alcohol pasados algunos minutos de los mediodías, agredía tanto a su pareja y a los dos niños, sin razón “Tomaba, se ponía violento y nos golpeaba. Me rompió el diente una vez, pero no lo quise denunciar”.

 

Karla era quien trabajaba y llevaba el pan de cada día a la mesa familiar, es empleada doméstica y vendía productos de limpieza por la calle. El hombre hacia changas, de vez en cuando, pero ese dinero se lo gastaba en pocas horas a través del consumo de alcohol.  “El no trabajaba, yo era la que lo hacía. Él tomaba por mi plata y a veces él hacia 500 pesos de changa y en una misma noche gastaba todo”.

 

 

El 15 de febrero del año pasado, en horas cercanas a la medianoche, Karla se fue a acostar en su habitación que compartía con el abusador, sus niños dormían en la habitación lindante, mientras que el hombre se quedó en el sector de la sala, sentado en la mesa, con una botella de alcohol en las manos.”Veo que se levanta y va directo a la habitación de mis niños, voy para allá pero el escucho que yo hice ruido con la cama y sale rápido de la pieza de ellos”.

 

Eso había sido solo el comienzo. “Vuelvo, me acuesto y me hago la que estaba dormida. El se vuelve a levantar y con un celular me alumbra para constatar que yo estaba durmiendo y coloca un oso en su lugar de la cama para despistarme”.

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“Yo veo que el nuevamente se va para la pieza de mis hijos y me vuelvo a levantar, como mi puerta estaba recostada no hice ruido”. Fue en ese preciso momento que su mundo se le vino abajo, el hombre del que estaba enamorada y creía conocer no era otra cosa más que un abusador, bajo la fachada de un hombre extremadamente violento.

 

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Karla Márquez

 

“Me paro en la puerta de ellos y veo que este hombre estaba acostado con mi hija y ella estaba con el teléfono de él. Veo que él estaba con la mano abajo de la frazada y abro la puerta. Le dije vos tenes malas intenciones con mi hija y me responde que yo soy una loca, que siempre pensé mal de el porqué el papá está preso por abuso. Me decía que él nunca haría eso porque le crió a mi nena desde bebé. Le digo que agarre sus cosas y se vaya”.

 

Por más que la joven madre de los pequeños nunca antes había presenciado una situación como esa, algo raro sospechaba. “Yo venía sospechando de esto porque él le daba plata a mi nena pero no al varón”.

 

Meses después

 

El nombre propio de este hombre es César Javier S. de 35 años. Quien, según relatos de Karla Márquez, era el que se encontraba a cuidado de los niños, debido a que la joven y trabajadora mujer se ausentaba constantemente de su domicilio, confiando en la persona que tenia al lado, con quien convivió casi una década.

 

“Yo le preguntaba todos los días a mi nena si había pasado algo y ella me decía siempre que no había pasado nada. César siempre les mandaba a ellos a su pieza, con el tiempo me di cuenta que era para que ellos no me contaran nada. Venían mis familiares y hacia lo mismo, no quería que tengan contacto con nadie”.

 

Karla, sin consuelo, decidió acercase a Dios y comenzó a ir a la Iglesia, en búsqueda de un poco de paz. “Como yo me iba a la iglesia, una señora me dijo que no le insista tanto a mi nena con que me cuente, ella sola lo iba a hacer”.

 

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Barrio Néstor Kirchner

 

Pasaron seis meses de ese trágico febrero, Karla junto con sus niños se mudaron al barrio Néstor Kirchner de Posadas.  La madre volvió a consultarle a su pequeña sobre aquella situación y si el hecho se había repetido en otras oportunidades. La respuesta de la niña fue “no mami, no quiero hablar más de ese tema”.

 

Cámara Gesell

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Ocho meses ya habían pasado desde que la madre encontró a su expareja abusando de su hija de ahora 9 años. “El gurisito empezó a llorar porque quería verlo al papá, por eso mi hermano lo busco y le llevó con su padre. Pocos minutos pasaron de que mi niño se fue a casa del papá y la niña comenzó a llorar desconsoladamente, yo no entendía porque”.

 

Esa noche, una torrencial lluvia cayó sobre la capital misionera y eso imposibilitó la vuelta del jovencito a su hogar, con su madre. El niño paso la noche con su padre y eso angustió fuertemente a las mujeres de la familia. “Al otro día me levanto temprano, pero no pude dormir en toda la noche. Le pregunto a mi nena si no me quería contar algo, porque le veía a ella ir y venir, preocupada por el hermano seguramente”.

 

Karla tomó la decisión de sentarla a la niña en su regazo y volver nuevamente a insistir si había algo que ella le quisiera contar. “Se largo a llorar y me contó que él (César Javier S.) le besaba en la boca y  le baja el pantalón, yo no sabía qué hacer en ese momento. Lo primero que se me ocurrió fue buscarle al varón de la casa de este hombre”.

 

“Le llevo a la salita de la A4 a mi hija y la chica que me atendió me dice que tengo que estar tranquila por ella. Fui el lunes nuevamente y ellos me acompañaron a hacer la denuncia. El comisario le preguntó a mi hija si esto se repetía constantemente y ella le dijo que todos los días cuando yo me iba a trabajar él hacia eso”.

 

“De allí fuimos a la comisaria de la mujer a hacer todo el papeleo. Después al Hospital y ella le contó a la ginecóloga que estos abusos eran desde que teníamos una cama grande, en esa etapa ella tenía 5 años, dormía con nosotros porque no teníamos para comprar otra cama. Siempre eran estas escenas cuando yo me iba a trabajar. Cuando ella cumplió 6 años nosotros compramos una cucheta”.

 

Una vez radicada la denuncia en sede policial, desde el Juzgado de turno en ese momento, se comunican con Márquez, citándoles para Cámara Gesell en mayo pasado. “Mi nena contó todo lo que paso. Él le ahogaba con la almohada para que ella no grite. Contó un montón de cosas. Desde la Cámara Gesell me dijeron que este tipo tiene que estar preso, que vaya al Juzgada a insistir”.

 

El miedo a los hombres

 

La niña de 9 años sufre cada vez que tiene que salir de su casa y más al ver a alguna persona de sexo masculino presente. “Ella no quiere no hablar de ese tema. No quiere subir a un colectivo, le tiene terror a los hombres”.

 

Por decisión de la madre, el hijo varón había sido apartado del caso, presumiendo que el mismo no sabía o no entendía nada de lo que estaba pasando. “Hace un mes me dice la psicóloga que le estaba atendiendo a ella que hable con los dos y le diga que nadie les tiene que tocar en sus partes intimas”.

 

Fue allí cuando Karla Márquez tomó la decisión de juntarlos a sus dos hijos y tener con ellos una conversación que ninguna madre está preparada para tener y más siendo los niños tan jovencitos.

 

“Les siento a los dos y les digo: Jazmín vos ya sabes lo que estamos pasando, nadie les tiene que tocar en sus partes intimas. Joaquín vos también lo mismo, nadie te tiene que tocar. Él quedo pensando y me dice ´ah mami como mi papá le tocaba a Jazmín, yo veía que cuando vos te ibas a trabajar, Jazmín dormía en una cama, papá le levantaba y le llevaba a otra pieza´. Miraba por la llavecita de la puerta y veía que el papa se sacaba la remera y le tocaba a la hermana adentro de la habitación”.

 

Bajo amenaza

 

César Javier S. los tenía amenazado a los dos niños. La madre al cruzar la puerta de entrada de la vivienda, impartiendo viaje para irse a trabajar, el hombre colocaba una vara grande extraída de un árbol de moras sobre la mesa, intimidándolos. “Al varón le daba el celular para que juegue jueguitos”.

 

El niño relató en Cámara Gesell, con detalles, los terroríficos momentos que presenció. “Contó que cuando mi nena estaba dormida él papá le alzaba y le llevaba a la pieza. Yo nunca supe esto porque trabajaba”.

 

“Mis hijos declararon en Cámara Gesell pero nadie nos dijo más nada, nunca lo metieron preso. Ahora me ofrecen ponerme el botón de pánico, pero él a Posadas no va a venir,  porque se escapó al interior”.

 

La fruta no cae lejos del árbol

 

“Desde la familia de él nadie quiere hablar. Hace poco me entero que cuando César tenía 18 años estuvo preso, la propia hermana le denunció porque él le había manoseado. La mamá lo defendió y por eso el salió de la cárcel”.

 

Las hermanas del hombre, al enterarse de la denuncia, se comunicaron con Karla Márquez y le relataron situaciones inimaginables para ella, hasta ese momento. “Cuando las hermanas de él se enteran que yo había hecho la denuncia, se acercaron y me dijeron que él había hecho eso con las sobrinas cuando eran bebés, pero nadie quiere hablar”.

 

Aparentemente, el hombre tuvo y tiene los mis comportamientos morbosos que su padre, quien se encuentra cumpliendo condena por un caso de abuso sexual hacia una menor de 11 años. “Él tiene el papá preso por abuso sexual, le embarazó a una nena de 11 años. Esto fue en el 2014. Yo siempre supe eso pero como él le odiaba al papá yo nunca sospeche. Me decía que los hijos de él nunca iban a saber quién era el abuelo”.

 

“El papá de él también había estado preso anteriormente por haber abusado de su hija cuando ella tenía 5 años. El hombre salió y se hizo pastor, pero ese mismo año nos enteramos que le embarazó a una nena de 11 años”. Esa nena era su hijastra.

 

“La solución”

 

Hasta el momento, “la solución” y única respuesta que le encontraron fue o un botón de pánica “Dos papeles me trajeron por el botón de pánico, no sé si es porque no le encuentran a él o que. Pero él se fue para Cerro Corá, me mandaron mensajes desde ese lugar”.

 

“Hace dos semanas atrás me fui al Juzgado de Familia y me dicen que urgente tenía que entregar los papeles del psicólogo, hice todo como me pidieron y presente, pero nunca más me llamaron. Me están mandando al psicólogo a mí, mis chicos no van a mentir con estas cosas. Mientras tanto el tipo esta allá, libre”.

 

“Quiero que pague por todo lo que hizo, si tengo que hacer un careo con él, lo hago. Si la justicia no es para los pobres, voy a hacerlo por cuenta propia. Yo no tengo plata para pagar un abogado, nunca me ofrecieron uno de oficio”.

 

Aparentemente, el hombre se encuentra a las afueras de la capital misionera y, según datos recabados por Karla, el mismo se encontraría acompañado de una mujer, quien es madre de una niña adolescente.

 

“Sus mismos familiares me dijeron que el abusaba de sus sobrinas. Nunca lo denuncie por violencia y aguante un montón de cosas por el varón, porque no quería criarlo sola, pero en realidad yo era la que trabajaba y les daba de comer a ellos”.

 

Un embarazo frustrado

 

“Yo en el 2013 estaba embarazada, el me pegó un cabezazo cuando estaba borracho y por eso termine perdiendo el bebé que tenia. Estuve una semana internada en el hospital. Yo estaba muy mal, con mucha fiebre, pero él firmo los papeles y me sacó del hospital”.

 

“Tengo mensajes de su ex mujer diciéndome que él le golpeaba, lo cual hace 15 días me entere. Me dijo que esa persona no se merece estar libre por las cosas que hizo”, cerró Karla Márquez.

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