Arbolado urbano: en Aristóbulo, Harbol se escribe con “H” de hacha

"Como movimiento ecologista, a muchos les consta, hemos trabajado largo tiempo en la valorización del Arbolado Urbano. Sin duda ninguna gestión municipal ha comprendido el valor para la calidad de Vida de los habitantes, el paisajístico, ambiental, ni hablar del hecho urbanístico que significa", señala Rulo Bregagnolo (*).

Después de casi 30 años de pregonar, plantar árboles nativos en distintos espacios del Municipio, capacitar en tratamiento del Arbolado urbano, traer especialistas y hasta de trabajar en la Ordenanza 07/94 que lo regula, desde el Grupo Ecologista Cuña Pirú, ver a esta altura de la existencia que en octubre, noviembre se poden árboles (2020) y ahora en invierno ya llegando a la primavera del modo que se los trata, carece de lógica. La irracionalidad y el desinterés son los que imperan.

Varios son los ejemplos a lo largo de los años. Ya han muerto muchos de ellos como consecuencia de malas podas. Y las preguntas se suceden a funcionarios y vecinos… ¿Qué sentido le dan a las bestiales podas? ¿Se dan cuenta que es un ser vivo? ¿Miden cuál es la necesidad de hacerlo? ¿Saben qué hay una época para el tratamiento del arbolado? ¿Saben qué hay técnicas para tratar a un árbol? ¿Qué no siempre se debe podar? ¿Saben que hay una ley municipal que regula la tarea?.

Como movimiento ecologista, a muchos les consta, hemos trabajado largo tiempo en la valorización del Arbolado Urbano. Sin duda ninguna gestión municipal ha comprendido el valor para la calidad de Vida de los habitantes, el paisajístico, ambiental, ni hablar del hecho urbanístico que significa.

 

El Árbol ha sido un “elemento”, una “cosa” más. En oportunidades se priorizó un poste de energía eléctrica o de telefonía o un cesto de residuos a un Árbol. La propuesta del posible desvío de una calle para dejar en pie a un ejemplar antaño en medio, como en varias ciudades del mundo, fue para que se abran ojos de sorpresa o miradas de irritación de algún funcionario.

En invierno los hombres del machete furtivo y el concepto de que “hay que podar porque es invierno”, lo único que han generado, ha sido deterioro para cada árbol mal tratado. Al llegar el verano, hasta discusiones entre vecinos por ocupar lo poco de sombra que apenas ha formado aquel maltrecho árbol en el invierno pasado.

Hay una responsabilidad ineludible en el Ejecutivo Municipal de todo Pueblo y es el cuidado del Arbolado. Bien, acá nunca se han enterado de eso, ni siquiera saben que existe una Ordenanza y mucho menos la voluntad de trabajar en forma conjunta con la Cooperativa de Electricidad, otra institución que podría sumarse mucho más al esfuerzo que debería ser compartido. Más allá de que su prioridad son las líneas y se entiende.

Hace una par de años, se ha promovido un curso de Capacitación de poda con una profesional especialista en el tema, perteneciente a la Facultad de Ciencias Forestales. Una buena iniciativa de la Ong y la Cooperativa de Electricidad local, pero otra vez, la falta de entendimiento del Municipio con las Instituciones, cercenan la continuidad de la propuesta, que esquilma al ya baqueteado arbolado urbano.

 

No solo hace falta voluntad, sino compromiso y acción

En octubre pasado, sin ninguna explicación ni sentido, se podaron con todos los desconocimientos y los “no se debe hacer esto”, ejemplares sobre la calle Yapeguay. Los mismos no amenazaban al tendido eléctrico y generaban sombra a la cuadra. ¿Alguien multó? ¿Alguien se hizo cargo?. Acá se hace lo que se quiere, desde plantar cualquier ejemplar en una plaza Pública, hasta voltear en un terreno todos los árboles para construir y luego plantar otros y encima pretender flores y frutos urgentes.

Genera impotencia y angustia la falta de visión de las autoridades. Hoy para algunos, es más fácil juntar unos pesos y comprar un aire acondicionado, que plantar Árboles adecuados en los patios y veredas.

Acá se tumban árboles cargados de frutas porque molestan las hojas a la pileta. Luego se cocinan debajo de las sombras artificiales generadas por las lonas o sombrillas.

No me cansaré de repetir el mensaje, porque además de estar convencido, la realidad muestra y el calentamiento global exige, la suma de aportes para no llegar a límites impensados. Comencemos por Casa y cuidemos al Arbol que está en nuestro patio, en la vereda, que lo plantamos pero ES DE TODOS. Seamos responsables al plantarlo y tratemos al mismo como a un miembro más de nuestra familia. El Árbol nos regala beneficios en silencio y no merece ninguna agresión.

Aquí, mientras una gestión no haga las cosas bien con el arbolado, seguiremos escribiendo Harbol con “h” de hacha. Aún así, mientras, seguiremos plantando Arboles!

 

 

 

Por Rulo Bregagnolo (*)

Grupo Ecologista Cuña Pirú – Frente Ciudadano Ambiental Kaapuera.

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