Sin agua, sin verde sin rojo

Por: Ricardo Barrios Arrechea

El Planeta Tierra. Tiene 4 mil millones de años de existencia; los primeros indicios de existencia más de mil millones: las bacterias, varios millones después las algas que por fotosíntesis produjeron oxígenos y estalló la vida: plantas y animales. El Hombre de Cromañón (nosotros) sólo una gota de tiempo, 100 mil años, de los cuales nuestros ancestros convivieron armoniosamente con la naturaleza el 99% de ese tiempo. El uno faltante son los 150 últimos años a partir de la Revolución Industrial, donde unas pocas generaciones nos apropiamos del futuro y comenzamos a cavar la fosa nuestra y de las generaciones y venideras que tiene un inocente nombre: Cambio Climático…pero detrás furiosas tormentas, sequías interminables que agrietan la tierra, incendios por doquier, ríos que muestran su cauce seco, o bombas de agua produciendo inundaciones brutas donde nunca las había, lagos que lo fueron, la pérdida de la biodiversidad o deshielo de los casquetes polares que levantaran el mar ahogando ciudades.

 

 

Hace ya muchos años que gente anuncia con cine esta “Verdad incómoda”, o que escribe para ojos que no leen o hablan para oídos que no escuchan. O reuniones Cumbres de Naciones que terminan en compromisos que suenan a empate. Los que contaminan no ceden y las víctimas de la metralla climática no tienen poder; sí catástrofes, muertos y enormes pérdidas económicas

 

 

No será posible resolverlo desde abajo haciendo cada uno lo que tiene que hacer

 

 

El Planeta Misiones. Es probable que la actual grave sequía sea un anuncio de un futuro cercano. Es tomada con alta preocupación por los agricultores que la sufren, por los pueblos del interior que padecen la falta de agua en sus canillas, por los que se angustian y saben que lo del Cambio Climático es muy en serio. Pero la inmensa mayoría  de la gente, como siempre que llovió paro y siempre que paró después llovió, lo toma como un tema pasajero de los tantos anteriores.

 

 

Lo grave de ésta situación es ignorar lo que se viene indefectiblemente y no tomar precauciones y accionar en consecuencia. El pronóstico climático es sombrío para nuestro futuro, de subtropical lluvioso a Tropical seco para Misiones; como el Planalto brasilero.

 

 

Entonces si no llueve o llueve poco hay que ahorrar agua. Pero primero es necesario tomar conciencia y las autoridades  deben inducirla, como la vacunación…

 

 

Misiones tiene tres caudalosos ríos que la limitan y contienen: el Paraná que nace en el inmenso Pantanal en Brasil y Bolivia; el Iguazú que surge en Brasil en un humedal cerca de Curitiba y por la pendiente de la Serra do mar se desliza por Brasil hasta tronar en las Cataratas y el Uruguay que también nace en Brasil y en cerrada curva se vuelve límite y nos hermosea con el Moconá.

 

 

Pero nuestros arroyos, los interiores que serpentean desde la cresta de la Sierra Central, desde la ruta 14 para que se entienda mejor, caen en fuerte pendiente, con numerosos y hermosos saltos de por medio, hacia el este desaguando en el rio Uruguay. Y hacia el oeste en trechos más largos y menos escarpados, aunque con saltos de igual belleza, desaguan en el Paraná. Esos magníficos arroyos que hoy llorar lágrimas secas, nacen en Misiones y mueren en sus límites, nadie les presta agua, dependen del cielo, de las lluvias, de los humedales, de la selva (de lo que queda) en su cuenca (donde se junta como en una palangana el agua) que como esponja retiene la retiene y  derrama pausadamente al cauce de los arroyos. Si no hay lluvias no hay arroyos, si llueve poco y no restituimos la naturaleza anterior, si no la copiamos como en su origen el agua se pierde en veloz carrera llevándose el manto de tierra y la ilusión de que todo iba a ser como siempre.

 

 

Lo primero es detener el Desmonte con auténtico control. No alcanzan la Leyes que mueren el día de su aprobación, son cada vez más exigentes y de ilusorio acatamiento; el que va por derecha sucumbe en el intento y a la vista de todos, sin papeleo alguno ni consecuencias la gente desmonta y ni siquiera toma precauciones para evitar la erosión. Pan para hoy, pedregal para mañana. No sirve seguir acumulando Instituciones para el mismo fin.  Hoy existen herramientas tecnológicas que permiten controlar con precisión los desmontes en el mismo momento que ocurren. No hay excusas.

 

 

Reponer lo perdido. Por dónde empezar, por la cuenca de los arroyos que han sido peladas de sus árboles y de sus acolchados suelos. No importa si son nativos o exóticos, los que crezcan rápido, hagan sombra y cobijen flora y fauna. Si son pinos hacen renovales con enorme facilidad y se multiplican sin necesitar de nadie. Pinos guachos de viejas forestaciones ya explotadas hacen hijos y nietos gratis. En diez años máximo, tenemos esponja nuevamente. Eso sí, a los arroyos que perdieron sus galerías de árboles es necesario reponer.

 

 

Sembrar agua. En la angustia de ésta gran sequía recordé un seminario en Brasil “Sembrando y cosechando agua”. Parecía una fantasía agrícola pero no lo era. Como se siembra agua?: abriendo heridas en la tierrapara que el agua no se escurra y penetre en sus entrañas. En cada calle del yerbal en curva de nivel pasar un arado de rejas volteando del lado de la caída formando taipas. Lo mismo en los potreros, cortar la caída y hacerle una trampa al agua para que penetre en el suelo. El agua formará napas y hará florecer vertientes, humedales y arroyuelos. Algunos bañados se pueden convertir en pequeños lagos sin ir muy profundo con retro o topadoras. En las plantaciones plantar árboles de copas grandes (timbó que además fija nutriente al suelo) que pulverizan las gotas de lluvia e impiden su escurrimiento al llegar al suelo. Además de la sombra y colchón de hojarasca.

 

 

Cosechar agua. El agua busca la pendiente y hace su propio camino vistiendo de rojo arroyos y ríos desnudando el suelo. No es complicado en lugares estratégicos cortar la corriente y formar tajamares o pequeñas lagunas (También haciendo canales o caños que desvíen agua de los arroyos para formar reservorios o mover ruedas o arietes que bombeen agua) que servirán para el riego o bebederos sin privar de agua el curso inferior del arroyo, que sigue su curso. Sólo se trata de una retención. Todas estas experiencias las hice en mi chacra y puedo dar fe de su mucha utilidad para tener agua cuando no la hay. Últimamente abordé un bañado grande para transformarlo en laguna/reservorio. Desde su inicio prácticamente no llovió, pero como canillas abiertas las vertientes siguen día y noche juntando agua y esperando lluvias.

 

 

Reciclar agua. Desechar el agua potable de la ducha, el lavatorio o el inodoro hoy tan normal, es un disparate. Lentamente pero de manera sostenida la legislación obliga a reciclar. Agua del lavatorio al inodoro, el inodoro con dos botones uno para menores y otro para mayores. En nuevas construcciones el agua de lluvia a reservorios para nuevos usos (Brasil) Frentes de edificios con jardines verticales que retienen agua. Terrazas con paneles solares (obligatorios) que alimentan con energía propia a los edificios. Y lo último en Barcelona, están levantados el asfalto de algunas avenidas y calles opara poner pavimento permeable al agua y alimentar árboles de calles y parques…!!!

 

 

 

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