Jornada decisiva para Jair Bolsonaro: la Cámara de Diputados podría aprobar hoy el cambio del voto electrónico en Brasil por el impreso

La Cámara de Diputados votará un proyecto del Gobierno que quiere cambiar el voto electrónico en Brasil, amparándose en denuncias de fraude del propio presidente quien, con su popularidad en declive, organizó un desfile militar al que sus críticos consideraron «intimidatorio» hacia el Congreso.

 

Este martes votarán el proyecto de ley del Gobierno para cambiar el actual sistema de voto electrónico por el voto impreso, luego de un polémico desfile militar encabezado por Jair Bolsonaro frente al Congreso interpretado como una advertencia del mandatario de que no acepta su previsible derrota en la votación.

 

El Gobierno necesita una amplia mayoría para modificar la Constitución e implantar el voto impreso, por lo que es muy probable que los diputados acaben rechazando la propuesta.

 

Con su popularidad en declive tras un año y medio de pandemia, el mandatario intensificó las últimas semanas sus ataques contra el Supremo Tribunal Federal (STF), la corte suprema, y el Tribunal Superior Electoral (TSE), a cuyos jueces acusa de querer perjudicarlo de cara a la elección de 2022.

 

Bolsonaro, quien busca la reelección, asegura que hubo fraude en las dos últimas presidenciales y que él debía haber ganado en la primera ronda en 2018, alegaciones que no tienen fundamento según la justicia electoral y numerosos especialistas.

 

El expresidente progresista Lula da Silva, uno de los mayores críticos de Bolsonaro, lidera los sondeos de intención de voto con hasta el 58% de apoyo, lo que le permitiría ganar en primera vuelta, aunque todavía no ha oficializado su candidatura.

 

El respaldo a Bolsonaro, por el contrario, se desplomó, y en algunos sondeos apenas llega al 25%.

 

El presidente pide que las urnas electrónicas, el sistema vigente desde 1996, impriman un recibo de los votos, con el fin de que puedan contarse físicamente, un reclamo que sus seguidores han pasado a defender en manifestaciones callejeras de los últimos meses.

 

Los reiterados cuestionamientos de Bolsonaro a la legitimidad de las elecciones llevaron a la justicia electoral y a la corte suprema a abrir sendas investigaciones en su contra.

 

Bolsonaro llegó a amenazar con la posibilidad de emplear un «antídoto» fuera de la Constitución contra esos procedimientos judiciales, a los que considera ilegales.

 

Junto a los comandantes del Ejército, la Marina, la Aeronáutica y algunos ministros, Bolsonaro observó el paso de un convoy de vehículos militares por Brasilia desde lo alto de la rampa del Palacio de Planalto, con vista al Congreso y la Corte Suprema, en medio de un clima de tensiones institucionales por sus reiterados ataques al sistema electoral.

 

Formalmente, el acto fue organizado para que integrantes de las Fuerzas Armadas entregaran al mandatario la invitación a un ejercicio militar que ocurre anualmente desde 1988 a unos 80 kilómetros de la capital.

 

Pero el desfile de los blindados y otros vehículos militares por la región central de Brasilia, sede de los tres poderes, es apuntado por observadores como algo inédito desde la vuelta a la democracia en Brasil y como un gesto de fuerza de Bolsonaro, cada vez más cercado por investigaciones judiciales y con su popularidad en declive.

 

Durante el desfile, que duró unos diez minutos, decenas de partidarios del Gobierno se concentraron frente a la Presidencia, algunos portando pancartas pidiendo una intervención militar para «salvar a Brasil«, informó la agencia de noticias AFP.

 

La exhibición, aunque prevista desde hace varios meses, fue interpretada por medios locales y por políticos críticos de Bolsonaro como un intento del mandatario de extrema derecha de presionar al Congreso antes de la votación de los diputados sobre su propuesta para modificar el sistema electrónico de votación, centro de sus críticas.

 

Tanto Bolsonaro como la Marina, que organiza el ejercicio militar, negaron cualquier conexión entre el desfile en Brasilia y la votación en el Congreso.

 

«Como la tropa viene de Rio de Janeiro, el paso por Brasilia es obligatorio»

 

«Como ocurre desde 1988, nuestra Marina realiza ejercicios en Formosa, estado de Goiás. Como la tropa viene de Rio de Janeiro, el paso por Brasilia es obligatorio«, había afirmado Bolsonaro la víspera en un mensaje dirigido a los miembros del poder judicial y del Congreso, el cual firmó como «jefe supremo de las Fuerzas Armadas«.

 

«Recibiré el saludo y les desearé buena suerte en la misión«, agregó.

 

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