Hidratación en invierno: síntomas que indican que te falta tomar más agua

En invierno el consumo de agua es uno de los hábitos que más afectado se ve, ya que con las bajas temperaturas tendemos que ingerir más alimentos y bebidas calientes, como infusiones, principalmente mate y café, dejando de lado el agua sola y jugos naturales, lo cual puede desencadenar deshidratación en distintos grados. Hidratación en invierno

 

Es importante prestar atención a ciertos signos y síntomas que pueden indicar que nuestro cuerpo está necesitando más agua diariamente, los cuales pueden ser:

  • Fatiga
  • Mareos
  • Piel seca, con pliegues, flácida, incluso con escamas. Escalofríos.
  • Calambres musculares
  • Orina poco frecuente, de color oscuro.
  • Estreñimiento
  • Dolores de cabeza
  • Halitosis (mal aliento)
  • Labios secos
  • Dolores de espalda y articulaciones
  • Cambios del estado de ánimo.

¿Qué podemos hacer para hidratarnos adecuadamente?

Ante estos episodios siempre se debe consultar a un médico para llegar a un diagnóstico certero y su respectivo tratamiento. Es muy importante consumir al menos 8 vasos diarios de agua, sin contar las infusiones, ya que estas no hidratan.

Además, no olvidemos los alimentos que nos aportan agua como las frutas y hortalizas, especialmente los cítricos, pera, ciruela, tomate, zapallito, berenjena, entre los que se pueden encontrar en esta temporada. Lo ideal es entre 4 y 5 porciones diarias de los mismos, distribuidos en las comidas principales y alguna colación, de ser necesario.

 

A quienes les cuesta tomar agua sola, se puede optar por aguas saborizadas naturales, que resultan una opción saludable y de buena aceptación. Las mismas se preparan con agua segura y agregado de trozos de alguna fruta y/o condimentos como menta, jengibre, etc.

 

Debemos prestar atención especial a los niños y adultos mayores, quienes son más propensos a la deshidratación.

 

Con ello, aparece el deseo de tomar infusiones como te, café, mate, el consumo de panificados como chipas, galletitas, facturas, masas, reviro, entre otros, o bien, el consumo de comidas calóricas, como guisados, sopas y ensopados, etc. Como contrapartida a esto, en general, solemos disminuir el consumo de alimentos de mejor calidad nutricional y se dificulta, muchas veces la práctica de actividad física al aire libre.

 

 

Invierno: hábitos alimentarios que debemos reforzar

Es importante tener en cuenta que durante todo el año debemos llevar una alimentación saludable, balanceada y variada en cuanto a nutrientes, realizar actividad física, al menos 3 veces por semana y mantener los controles médicos de rutina, no sólo en el verano, ya que no debe ser una cuestión de estética sino de salud, propiamente dicha.

Hay tres hábitos muy importantes que solemos descuidar cuando bajan las temperaturas y debemos prestar atención:

El consumo de frutas frescas: recordemos que la recomendación para la población general es ingerir de 2 a 4 frutas diarias, debido a sus aportes nutricionales: vitaminas, minerales, fibras y agua. Es importante incorporarlas a las comidas diarias, ya sean solas, en ensaladas de frutas, licuados, con gelatina o yogur, en compotas, asadas al horno, en tartas o budines, como opciones para consumirlas cuando hace mucho frío y nos cuesta comerlas frescas.
El consumo de verduras: la ensalada es la forma más clásica de comer verduras, y cuando hace frío, las vamos dejando de lado, y más aún, a aquellas cuyos vegetales se encuentran crudos. Debemos consumir verduras diariamente, sin importar la estación, pero sí podemos optar por otras preparaciones como ensaladas cocidas, tortillas, budines, soufflés, tartas, revueltos, vegetales rellenos y/o al horno, de manera que nos resulte más agradable la temperatura de las mismas al consumirlas.

Es muy importante el consumo de frutas y verduras de estación (cítricos, frutilla, hojas verdes), las cuales nos ayudan a reforzar nuestras defensas especialmente para esta época del año.

 

El consumo de agua: es muy común que con el frío disminuyamos la ingesta de agua pura, ya sea porque nos guste más beberla fría cuando hace calor, porque consumimos más infusiones, lo cual desplaza al agua, transpiramos menos o, simplemente, porqueno sentimos tanta sed con el cambio de temperatura. Pero, no obstante, debemos prestar mucha atención a la hidratación diaria, nuestro organismo necesita del agua para sus funciones normales. Podemos saborizarla, por ejemplo, con cítricos, aprovechando que son propios de la estación, o hierbas a gusto, y complementar con jugos naturales cuidando el agregado de azúcar.

Debemos tomar concienciade la importancia de la incorporación diaria de una variedad de nutrientes, sobre todo de aquellos alimentos que comúnmente perdemos de vista cuando cambia el clima. Recordemos que la salud es lo más importante y debemos cuidarla desde todos los pilares fundamentales, y la nutrición es, sin dudas, uno de ellos.

*Lic. Romina Krauss-Nutricionista. M.P. n°147. Turnos: 376 5041351

 

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