Misiones | Video: Así se arma el Bairuzú, el gigante remolino del Paraná, que tragó embarcaciones y los aborígenes adoraban

 

¿Dónde se forma? Se  forma sobre el Río Paraná,  a unos 5 km aproximadamente de la isla Caraguatay que se encuentra frente a la localidad de Montecarlo, Misiones.

¿Cómo se forma? El primer remolino se forma a 7 metros de la orilla, el segundo remolino inicia a unos 15 metros de la costa y el otro viene desde el medio del Paraná, y cuando los 3 remolinos se unen, forman el famoso Bairuzú.

Explicación: los remolinos en los ríos se suelen formar debido a los los espacios estrechos y que el agua que fluye rápido choca contra corrientes más lentas, la definición más sencilla para los remolinos es que son agua que se mueve con un movimiento rápido y circular, y con frecuencia que causan una espiral descendente llamada vórtice.

Aunque la mayoría de los torbellinos formados en la naturaleza son causados por corrientes opuestas que se encuentran entre sí, pueden formarse de otras maneras. Los remolinos tampoco son la fuerza mítica y destructiva que a menudo leemos en la literatura, ya que no producen la fuerza suficiente para aspirar un barco y destruirlo como estamos acostumbrados a ver. Los remolinos pueden ser de distinto tipo según el origen de las corrientes opuestas.

 

Así que, aunque los cuentos exageran sobre el poder destructivo que experimentan los grandes barcos y tripulaciones que son succionados por los remolinos y son, básicamente, falsos, sí es cierto que los remolinos muestran una gran cantidad de energía natural (no tanto como las destructivas trombas marinas) a la que hay que tenerle el respeto que se merece. (Fuente: Pronóstico de Misiones)

El Bairuzú, el más famoso de los remolinos

El famoso fenómeno está ubicado en proximidades de Montecarlo y su ferocidad no se altera según los estados del gran río. Ni siquiera la escasez de agua afecta al Bairuzú, ni afecta la leyenda que genera.

Marcos Hödl es el concesionario del Club de Pesca de esa localidad y un hombre de río. “El Bairuzú está y va a estar siempre, y no importa la altura del río. Solo cambia el tamaño y la potencia que tiene, según la cantidad de agua que baje”, explicó.

Y sorprendentemente en esta época de sequía en toda la región, Hödl contó que “el Paraná tiene mayor caudal de agua ahora que a comienzos de año, cuando muchos aseguraban que en distintos lugares, como en Montecarlo, se podía cruzar caminando a Paraguay”.

Así está el Paraná hoy martes 24, frente a Montecarlo

El Bairuzú

Bairuzú es un fenómeno que se produce en el río Paraná, un remolino peligroso, que según cuentan los pobladores se tragó hasta barcazas. La alteración sobre el río se forma cerca de la isla Caraguatay, en cercanías al puerto de la localidad de Montecarlo.

Hace un tiempo se difundió un video donde Ramón Sorondo, presidente de la Federación Misionera de Pesca y Lanzamiento (FeMiPyL), se encontraba al mando de una embarcación acompañado de Juan Ramón Riveros, un kayakista de la provincia  y ambos se aproximan al famoso “Bairuzú”.  “El ruido que genera el remolino se puede escuchar desde lejos, es muy impresionante y a la vez muy peligroso”, cuenta Ramón a Misiones Online.

 

Bairuzú

Estacionados sobre el remolino, Sorondo menciona que están a 57 metros de profundidad, donde en el fondo del río habría embarcaciones que han sido “tragadas” por el fenómeno. Asimismo, el hombre cuenta que la profundidad siempre dependerá del caudal que tenga el río.

Bairuzú o Voiruzú es un manifestación que asombra a todos los misioneros, se denomina “Bairuzú” lugar donde se forman remolinos con las aguas que chocan entre sí, se producen turbulencias y finaliza dejando un pozo que se torna peligroso para los amantes de los deportes acuáticos. 

Si un dia decidis ir al río a navegar con una embarcación chica, con alguna piragua o con un kayak, lo más conveniente es que vayas preparado, sabiendo nadar. Cuando los remolinos se unen, es muy peligroso, no sabes dónde te puede tirar, lo más que seguro que la vas a pasar mal”, manifestó Ramon Sorondo.

 

Antiguamente, según relató Sorondo, los aborígenes que habitaban la zona lo denominaban y aseguraban que en ese sector del río había una víbora grande que se tragaba a las embarcaciones.

 

En esa línea, también contó Ramón que anteriormente -había charlado con un colono que ya partió de la tierra- y que él había manifestado que el “Voiruzú” (como le decían antiguamente los aborígenes)  era como un Dios para ellos, ya que todo fenómeno que no tenía explicación decidían adorarlo, así se formó un respeto hacia el torbellino

 

Los primeros guías lo conocían como el Voirusú, que era una víbora grande que se comía a las canoas, todo lo que la madre naturaleza tenía y se manifesta era exponente para ellos, lo convierten en un Dios, son mitologías que año tras año van tomando más fuerza”, dice Sorondo

Sobre el Bairuzú peligroso, el pescador cuenta que “habitualmente son tres remolinos grandes que se unen y forman un remolino solo, tranquilamente eso se traga una embarcación. Si te vas con un Kayak la vas a pasar muy mal”, reiteró y aconsejó que para ir a navegar en esa zona es fundamental saber nadar.

 

Continuando con la entrevista, Sorondo explica que el primer remolino se forma a 7 metros de la orilla, el segundo remolino inicia a unos 15 metros de la costa y el otro viene desde el medio de Paraná y, cuando los 3 remolinos se unen, forman el famoso Bairusú.  Además expresa que “recorre un tramo en forma circular y revienta en el agua, se pone calmo por unos minutos y nuevamente se vuelven a formarse los remolinos, es algo hermoso para ver, pero peligroso”, dice Sorondo en diálogo con Misiones Online.

De izquierda a derecha Margarita Bischoff, Martín Bischoff y Anita Widmann de Bischoff
Foto gentileza:  Carolina Bischoff

 

El sonido es ensordecedor, cuando revienta el agua suena como unas olas gigantescas, pero antes el sonido en la zona se podía oír desde lejos”, recuerda.

 

La zona sin dudas es peligrosa por sus mitos y también por los inconvenientes que generan los remolinos, pero los que viven en cercanías al río lo aprovechan, ya que en ese lugar es muy común que los pescadores saquen piezas enormes de peces.   

 

Hay muchas historias de pescadores que cayeron al agua, tengo un alumno, soy profesor en una escuela de adultos, que falleció años atrás y un día en la escuela me había contado que cayó al agua mientras estaba pescado, él se pudo salvar, pero su compañero no. Son historia que quiero contar porque sino la historia desaparece”, añade Sorondo, presidente de la Federación Misionera de Pesca y Lanzamiento

“A mí personalmente también me agarró estando en una embarcación chica, ese día no sé cómo hice pero pude salvarme, había pensado tirarme de la lancha  e ir nadando hasta la costa, por suerte no tomé esa decisión y aguante con el motor que tenía” , relata.

Isla Caraguatay, muchos años atras

 

 

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AR/Foto: Club de pesca Montecarlo

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