Estafas de la construcción: cuando tener una piscina se convierte en pesadilla

“Quedate en casa”. Esa consigna de las autoridades sanitarias y del Gobierno Nacional a comienzos del 2020 cuando comenzaba la pandemia del Covid19, fue una invitación a crear comodidades dentro del hogar, realizar ampliaciones, quinchos o piscinas para poder paliar el encierro y hacer más llevadero el distanciamiento social y la falta de vacaciones y contacto social. Así fue que muchas familias decidieron  construir una pileta que, lejos de ser el lugar de diversión y encuentro familiar que habían soñado,  resultó una interminable pesadilla.

La realización de piletas de hormigón es un negocio que viene en alza desde el año pasado y que supone una gran inversión para el sector de la construcción.  Aunque lamentablemente no todos tuvieron la suerte de contratar a trabajadores honestos y responsables para responder a esta demanda.

“CyC Constructora Construir”,es el nombre de fantasía que promocionaba en Facebook la realización de una piscina familiar de hormigón, el Orlando Acosta de la ciudad de Oberá Misiones.

Dicha constructora aseguraba tener sede en Posadas y prometía concretar en 45 días la pileta que el cliente elegía previo pago de un anticipo del 50 % que variaba entre los $150.0000 y $300.000 a comienzos del año pasado dependiendo el tamaño de la pileta.

El supuesto constructor captó a sus clientes desde su página  de Facebook  haciéndose pasar por un “eximio constructor de piscinas de Hormigón”, ya para ello exhibía fotografías y  videos de sus mejores trabajos.

De esa forma convenció a  varias personas que compartían el anhelo de tener una piscina en su casa, que ante la diferencia de precios con las empresas más conocidas del mercado, contrataron  sus servicios a un precio notoriamente más económico.

Otro elemento que proponía dicha firma era ofrecer un trabajo con técnicas modernas y de mayor durabilidad que las piletas convencionales, garantía de “treinta años” y seis  servicios de mantenimiento de las piscinas en forma gratuita a partir de finalizada la obra.

CyC Constructora firmaba contrato con sus clientes dejando por escrito los plazos, tamaños jardín y calidad de la piscina a construir para atravesar la pandemia en el jardín de la casa.

Pero varias personas que aseguran haber contratado a esta empresa comenzaron a quejarse por las demoras y algunas de ellas incluso presentaron demandas. Los denunciantes aseguran que la empresa demoró hasta un año en iniciar obras y nunca avanzó.

Hasta ahora se conoce por las manifestaciones en redes sociales y en grupos de whatsapp que fueron creando los propios dañificados más de 10 denuncias por estafas y varias exposiciones  policiales por acoso y  amenazas.

Los denunciantes afirman que el supuesto constructor mantenía comunicación permanente con su clientes relatando siempre problemas familiares y cuando los damnificados se ponían insistentes con la realización de la obra que habían pagado se tornaba furioso y amenazador.

Testimonios de los afectados

Martin Esteche vive en Posadas, de profesión viajante independiente, desde hacía un tiempo venía ahorrando dinero junto a su familia para construir una pequeña piscina en el patio de su casa.

«La idea era poder disfrutar con los chicos este verano, ya que por la pandemia no se nos permitían viajar, entonces decidimos apostamos nuestros ahorros en hacer una piscina de material. De hecho, decidimos después de comparar varios precios y forma de trabajo de diferentes empresas, cerrar trato con Orlando A. quien estaría a cargo de la supuesta Constructora de Piletas CyC. Le hicimos entrega del 50% del monto total, que era lo que nos pedía para comenzar con la obra”. Además argumentó: “Hace dos años, aproximadamente, me operé de un tumor en el páncreas y gracias a Dios y a la dieta estricta que tuve que aplicar, zafé. Pero desde que comenzaron los problemas con esta persona se me despertó la Diabetes TIPO 2. Pasé muchos nervios y me dijo el Dr que esa situación de estrés fue la detonante».

Al igual que Martín hubo otras personas enredadas en la misma situación que, lamentablemente, padecieron las estafas típicas de la temporada de la construcción de piletas. Un delito que se dispara todos los años previos a la estación de verano.

Mariana relató “me hostigaba por teléfono y de manera presencial, ha llegado a venir a mi domicilio sin avisar para pedirme dinero con argumentos de toda índole, luego desaparecía y no realizaba el trabajo pactado. Me decía mentira tras mentira y ponía miles de excusas… he llegado a llorar y a descomponerme  de la impotencia que me generaba la situación. Es entonces que sentí que todo se había tornado un verdadero fastidio. Lo denuncié tres veces durante un periodo de 8 meses pero la justicia no realizó ningún movimiento hasta el momento”.

De la misma manera la situación se repite en los relatos de cada persona perjudicada por este sujeto. Hay por lo menos diez personas estafadas con idéntica metodología pero, por diferentes fuentes, se sabe que podrían ser muchas más.  Ya que este individuo se mueve además, por la provincia de Corrientes y todo el interior de Misiones realizando la misma actividad de la construcción.

Modus operandi

La estafa que denuncian los supuestos damnificados se basa en hacerse pasar por gente idónea de la edificación y de porte profesional. Todas las personas que fueron víctimas de esta maniobra coinciden en la manera en que fueron seducidas, tanto por el precio como por el tiempo prometido de finalización del trabajo.

“En octubre del 2020 empezamos la obra con la constructora  CYC. Le hicimos una entrega de $168.000 y el plazo convenido para su terminación fue por seis semanas. Entre la primera y tercera semana empezaron a faltar, no aparecía nadie, venia uno o dos ayudantes y no avanzaban con el trabajo. Pasó el tiempo y tuvimos que salir a buscar a otra persona para que nos termine la pileta, además de comprar más materiales y artefactos que ya estaban pagados con las entregas de dinero. Se nos fue de las manos el presupuesto”, manifestó Hugo Álvarez de Posadas, otro damnificado.  “Terminamos haciendo una denuncia pero quedo en la nada” recalcó.

“Necesitábamos tener otra entrada de dinero y vi la posibilidad de construir una piscina en un terreno que tengo. Soy mamá de dos niñas y las crio sola con mucho esfuerzo, y lo cierto es que pensé en crear un lugar de fin de semana para alquilar en el verano. Viéndolo como una oportunidad para alivianar la economía en casa. Era Octubre del 2020  y empecé a contactarme con diferentes empresas constructoras para realizar el trabajo, pero todas estaban ocupadas y me daban turno recién para febrero o marzo del año siguiente. Dentro de esa  búsqueda es cuando conozco en el Facebook a Orlando Acosta quien me hace una “muy buena propuesta” con lo que accedo y firmamos un contrato. Finalmente le entrego $3000.000 como adelanto estipulado y convenido, ahí empezó mi martirio”.

Corría mayo de este año e Iván lee un anuncio en el Facebook donde buscaban albañiles para la terminación de una obra: “Justo esos días estábamos sin trabajo, vimos la publicación e inmediatamente nos contactamos con la persona, un tal Orlando Acosta. Tengo 17 años y desde hace un tiempo ayudo a Cristobal, mi padrastro, en tareas de la construcción ya que  es necesario para aportar dinero en casa y ayudar a mi mamá con los gastos” nos contaba Iván, un adolescente responsable y trabajador que ayuda a su familia haciendo grandes esfuerzos por seguir estudiando y no aflojar.

La experiencia de ellos tuvo varios sinsabores.  Según Cristóbal e Iván, Orlando los habría contratado verbalmente para trabajar en la obra de una piscina que debía ponerse al día desde hacía tiempo, pactando el pago total del trabajo a cargo del mismo contratista. El objetivo era que trabajasen por un periodo de dos semanas o hasta la finalización de la piscina en materia de albañilería y él haría el resto, plomería, colocación de luces etc.

Terminada la primera semana de trabajo, en consecuencia, la gente tenía que cobrar sus honorarios por lo cual recurren al Sr Acosta. Según Iván, Acosta se habría negado a pagar lo prometido y mediante engaños telefónicos los intrincó creando gran incertidumbre.  Haciéndole cargo del pago a la dueña de la propiedad y la piscina donde estuvieron trabajando, cosa que ellos mismos aseguran “no fue lo pactado al principio por el sr. Orlando”. Cristóbal e Iván, lamentablemente, aún hoy siguen a la espera de que este sujeto les pague el dinero acordado.

 

 

 

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