El Parque Industrial de Posadas continúa con las pruebas para conseguir hidrógeno para uso domiciliario y vehicular

El Parque Industrial de Innovación de Posadas continúa con el proyecto de producción de hidrógeno que daría las posibilidades de utilización del gas en el mediano y largo plazo. El último avance fue favorable y alentador, ya que lograron conseguir que el gas tenga color y olor, un aspecto fundamental para que sea un combustible seguro.

 

“Venimos experimentando en la utilización del hidrógeno para mezclarlo con gas butano (de garrafa), porque una de las problemáticas que tiene el hidrógeno es que por sí solo el color de la llama es transparente y tampoco tiene olor entonces por problemas de seguridad cuesta mucho porque no se ve la llama y tampoco se siente el olor si hay una fuga. Hoy hicieron la primer prueba de hidrógeno con butano, lo cual salió satisfactoria y con muy poco butano en un 5%, y el resto de hidrógeno, tiene color la llama y tiene olor, así que eso puede ser un avance muy interesante ya que se está planteando la idea de usarlo para uso domiciliario y sería tener planta de producción de gas propio en Misiones a partir del sol y agua”, explicó a Misiones Online, el presidente del Parque Industrial de Innovación de Posadas, Christian Piatti.

 

La denominada Ruta de Hidrógeno es básicamente el desarrollo de todas las acciones que tiene que hacer la provincia desde ahora hasta llegar al objetivo final que puede ser movilidad a partir de hidrógeno, provisión de hidrógeno industrial o para uso domiciliario.

 

 

“Podemos pensar en una red de distribución a futuro pero lo más inmediato es trabajar para el uso domiciliario en garrafas, así que se podría plantear esa posibilidad. Son estudios preliminares que estamos haciendo con el hidrógeno para ver qué camino tomar y qué alternativas nos ofrece este tipo de combustible. Estamos trabajando en el diseño de una planta industrial con gente de Alemania, que ya tiene un presupuesto y queremos apuntar a la movilidad a base de hidrógeno”, agregó Piatti.

 

“Hoy la planta piloto que tenemos tiene una producción en 1,2 metros cúbicos hora y la planta de uso industrial estaría arriba de 100 metros cúbicos hora, pensando en dispensación y trabajar al uso domiciliario con producción industrial”, dijo.

 

El hidrógeno es la eterna promesa de los combustibles alternativos a aquellos fósiles y emisores de gases de efecto invernadero. A pesar de su enorme potencial, se trata de un combustible difícil de obtener, pues no se encuentra de forma aislada en la naturaleza.

 

“Estamos viendo las pruebas de uso domiciliario que fueron las primeras para sacar un porcentaje probable de hidrógeno que se pueda usar en gas e ir detrás de todas las aprobaciones ya que el hidrógeno no está pensado para ese uso, pero la provincia consume alrededor de 15 mil toneladas de gas butano anuales que serían unos 1000 litro mensuales, y si podemos poner un 40% de hidrógeno estamos hablando de 200 kilos mensuales”, explicó  Christian Piatti

 

El hidrógeno como combustible alternativo

 

El hidrógeno es, en principio, la panacea de los combustibles alternativos: puede almacenarse en estado gaseoso o líquido y distribuirse a través de gasoductos, pudiendo ser un sustituto del gas natural, y no emite gases de efecto invernadero en su combustión.

 

El problema hay que buscarlo en el coste y en la dificultad de producción. Para empezar, a pesar de ser uno de los elementos más abundantes de la Tierra, el hidrógeno no es fácil de obtener, pues no encontrarse de forma aislada en la naturaleza, sino que se genera a partir de otras sustancias que lo contienen, entre ellos el agua, el carbón y el gas natural. La forma ideal de producirlo sería obtenerlo directamente del agua –una sustancia presente en el 70% del planeta–, para lo cual sería necesario llevar a cabo un proceso denominado electrólisis, que consiste en la descomposición de las moléculas de agua (H2O), en oxígeno (O2) e hidrógeno (H2). Sin embargo, generalmente es este un proceso costoso para el que se necesita mucha energía eléctrica -que en la mayoría de los casos no procede de fuentes renovables- para alimentar los electrolizadores.

 

La dificultad para obtener hidrógeno 100% limpio ha llevado a los productores a clasificar el producto resultante en función de su valor sostenible. De este modo, el hidrógeno gris, el más utilizado actualmente -por ejemplo, en la industria química o en las grandes refinerías de petróleo- es el menos respetuoso con el medio ambiente, pues su generación sigue requiriendo de combustibles fósiles. Como alternativa, el ‘hidrógeno azul o bajo en carbono’ sigue requiriendo de combustibles fósiles, pero emite menos carbono, pues este se retira con un método llamado ‘captura y almacenamiento’. La opción más ecológica es el ‘hidrógeno verde’, producido a partir de energías renovables, una alternativa 100% sostenible que, sin embargo, es la menos común del mercado.

 

“Lo conseguimos a través de hidrólisis del agua y de electricidad, la idea es que sea producida a través de paneles solares lo que nos daría un hidrógeno verde, captamos la energía solar y la transformamos en hidrógeno para que pueda ser perfectamente almacenable y transportable de energía eléctrica y transporte”, explicó Piatti.

 

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