Hoy es el Día Internacional del Trabajo Doméstico: Un reconocimiento a las personas que se dedican a los cuidados del hogar

Declarado durante el Segundo Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, cada 22 de julio se conmemora el Día Internacional del Trabajo Doméstico.

 

En 1983, durante el Segundo Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, se acordó declarar el 22 de julio como el Día Internacional del Trabajo Doméstico. El objetivo de esta declaración fue contribuir al reconocimiento de la labor de las mujeres dentro de los hogares, en relación a las actividades que se encuentran comprendidas como tareas de cuidado.

 

El 88% de las mujeres ocupadas realizan este tipo de tareas, y le dedican aproximadamente 6,4 horas por día, mientras que el 51% de los varones ocupados las realizan (EPH, cuarto trimestre 2020) y lo hacen por la mitad del tiempo.

 

Por otro lado, diversas encuestas muestran cómo estos tiempos aumentaron durante el aislamiento en el 2020, llegando a sumar un total de 10 horas diarias (Grow, 2020) en las mujeres.

 

Las mujeres ocupadas le dedican más de seis horas diarias a estas tareas, mientras los varones ocupados lo hacen por la mitad del tiempo. Foto: ilustración Shutterstock.

 

¿Qué son las tareas de cuidado o el trabajo doméstico?

 

Para una definición acordada se llegó a concluir que las tareas de cuidado son el conjunto de actividades que se realizan a fin de satisfacer las necesidades básicas para la existencia y el desarrollo de las personas (CEPAL, 2012).

 

Se trata por tanto de todas las actividades orientadas al cuidado personal, el cuidado directo de otras personas, la provisión de precondiciones para que esas tareas se efectúen (como por ejemplo la compra de alimentos, de insumos de botiquín o de útiles escolares) y la gestión y organización de dichas tareas (cocinar los alimentos para satisfacer la necesidad básica de alimentación de todo el grupo familiar, ayudar a la realización de actividades escolares, etc.), administrando el tiempo de las mismas.

 

Cuando existe desigualdad en los fenómenos sociales la tendencia hacia la discriminación de determinados colectivos va en crecimiento. En el caso de las tareas de cuidado, observamos que están atravesadas por construcciones de género en torno a las responsabilidades, roles y funciones que se asignan a varones y mujeres. Históricamente, y con anclaje en la división sexual del trabajo, las tareas vinculadas con lo doméstico-reproductivo fueron establecidas como labores femeninas.

 

El trabajo doméstico y de cuidados no remunerado también implica escuchar las necesidades de niños/as, aconsejar a los/as adolescentes, acompañar a las personas mayores, gestionar sus visitas al médico, son tareas de cuidado.

 

Por otro lado, cuando se tercerizan estas tareas, el 96% de quienes lo realizan son mujeres, y solo el 23% de ellas está registrada, lo cual implica salarios aún más bajos, falta de aportes y de obra social, Esto nos muestra, una vez más, cómo se desvalorizan estas tareas, que son tan importantes para nuestra vida.

 

Reconocer estas actividades, darles el valor que se merecen y promover distribuciones de tareas más equitativas en las parejas y en las familias nos permitiría obtener sociedades donde todas y todos estén en mayor igualdad de condiciones para aprovechar las oportunidades que se les ofrecen.

 

La dedicación a tareas domésticas aumentó durante el aislamiento en el 2020, llegando a sumar un total de 10 horas diarias en las mujeres. Foto: ilustración Shutterstock.

 

¿Qué es la doble jornada laboral?

 

El tiempo que las mujeres destinan a las actividades no remuneradas se traduce en jornadas de trabajo diarias más largas; lo que es conocido como la doble jornada laboral, es decir, la que se desarrolla en las empresas como trabajo remunerado sumada a la de trabajo doméstico no remunerado e invisibilizado.

 

Esta realidad afecta más intensamente a aquellas mujeres que no pueden pagar servicios de provisión de cuidados. Por tanto, esto incrementa las dificultades para conciliar la vida laboral y familiar, reduciendo las posibilidades de dedicar tiempo a otros ámbitos y actividades por fuera del hogar.

 

No obstante, en el actual contexto de pandemia esta doble jornada laboral se ha transformado rápidamente en una superposción temporal de cinco jornadas: a las actividades relacionadas con el trabajo asalariado y el trabajo doméstico que venían ejecutando las mujeres hasta que comenzó la emergencia sanitaria, se fueron sumando las actividades de apoyo escolar de los y las niños/as que han tenido que dejar de asistir a las instituciones educativas llevando las aulas a los hogares.

 

En el mismo sentido, se incorporaron como responsabilidades las actividades recreativas que también se encontraban dentro de colegio, y en muchos casos se le suman también las tareas que anteriormente se podían terciarizar como ser responsabilidades que tengan que ver con animales que convivan también dentro de los hogares, el cuidado de con adultos/as mayores, entre otras.

 

La igual distribución de tareas de cuidado es la base para la igualdad de oportunidades y de trato en el ámbito laboral. La desnaturalización de las actividades que se desarrollan dentro del hogar constituye un aporte fundamental a la hora de promover los derechos laborales de las mujeres y condiciona fuertemente su inserción ocupacional y el desarrollo de carrera, menguando las prácticas discriminatorias y reordenando los parámetros sociales que operan en articulación con la desigualdad y la exclusión de este colectivo.

 

En tu casa se reparten las tareas domésticas de forma equitativa?

 

 

Fuente: argentina.gob.ar

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