Hubo gases lacrimógenos, forcejeos y peleas en la zona de vestuarios luego de una serie caliente a partir de la anulación de dos goles al Xeneize (uno en Buenos Aires y otro en Belo Horizonte) a instancias del VAR en otro encuentro por la Copa Libertadores.
Serios Incidentes se registraron en la noche del martes en la zona de vestuarios del estadio Mineirao, de Belo Horizonte, entre la policía local, que lanzó gases lacrimógenos, y los jugadores de Boca Juniors, luego de finalizado el partido en que el conjunto de la Ribera quedó eliminado de la Copa Libertadores por penales (3-1) por el conjunto brasileño, en un cotejo en el que nuevamente como en la ida el equipo argentino fue perjudicado por el VAR.
A través de las cadenas televisivas y en las redes sociales se ve cómo varios integrantes del plantel lanzan objetos contra la policía en respuesta a la agresión y cómo algunos jugadores muestran los efectos de los gases.
En las secuencias se ve como Lisandro Lopez, dentro del campo junto a otros compañeros que reingresaron por la agresión policial, mostraba la molestia en su rostro por los gases, igual que el juvenil Alan Varela, éste a metros del vestuario boquense.
«Los incidentes se iniciaron porque un delegado de Conmebol denunció una agresión y después se debieron utilizar los gases lacrimógenos para disuadir la situación», justificó lo sucedido el miembro de las fuerzas de seguridad locales, Santiago Mayor.
Ese comienzo de los disturbios se produjo cuando los futbolistas fueron a los pasillos del vestuario a reclamarle al árbitro uruguayo, Esteban Ostojich, quien a instancias del VAR anuló un gol legítimo de Marcelo Weingandt a los 17 minutos del segundo tiempo, y luego la policía empezó a lanzar gases hacia la zona del ingreso del vestuario visitante.
En las imágenes televisivas también se ve como el presidente de Atlético Mineiro, Sergio Coelho lanza una botella de agua a los jugadores de Boca que estaban del otro lado del vestuario en el medio de un caos general.
El máximo dirigente del club local hace cinco días se quejó del lugar adonde fue destinada la dirigencia brasileña en la Bombonera, en ocasión del partido anterior, también en la demora que tuvo el plantel en los testeos y anticipó que «ellos -por el plantel de Boca- serán recibidos de la misma forma» en que los recibieron.
En la misma filmación se ve como el integrante del Consejo de Fútbol, Raúl Cascini, estuvo a punto de pelearse con un agente del orden, mientras que detrás suyo trataban de contener la situación su compañero de directiva, Jorge Bermúdez, el técnico, Miguel Russo, y el ayudante de campo, Leandro Somoza.
Posteriormente la delegación boquense se subió al ómnibus que lo iba a transportar al aeropuerto Tancredo Neves para regresar a Buenos Aires, pero la salida se demoró porque las fuerzas del orden se dedicaron a observar las cámaras de seguridad con el aparente objetivo de realizar algunas detenciones, estando entre los principales apuntados el colombiano Sebastián Villa y el peruano Carlos Zambrano, además del expulsado entrenador de arqueros, Fernando Gayoso.
Finalmente ellos tres, junto a los futbolistas Javier García, Carlos Izquierdoz y Marcos Rojo, el ayudante de campo Leandro Somoza y el mencionado Cascini quedaron imputados por los incidentes.
A @BocaJrsOficial le volvieron a anular un gol por medio del VAR y quedó eliminado de la #CopaLibertadores por penaleshttps://t.co/VgSuyYc7ZD
— misionesonline.net (@misionesonline) July 21, 2021
Amenazas de detención
Acto seguido toda la delegación debió trasladarse a prestar declaración a una comisaría, según le indicaron a Télam fuentes vinculadas al plantel «xeneize», previa intervención del cónsul en Belo Horizonte, Santiago Muñoz, para que no se produjeran detenciones pagando las multas correspondientes, a instancias del embajador en Brasil, Daniel Scioli.
Mientras tanto el club Atlético Mineiro acusó directamente a la delegación boquense de provocar incidentes y agresiones contra representantes de su propia institución a través de sus redes sociales, pero aclarando que la intervención de su presidente, Sergio Coelho, según esos tuits, propiciaría que los futbolistas ni cuerpo técnico ni dirigentes queden detenidos.
Justamente Boca tenía previsto emprender el vuelo chárter de regreso a la Argentina a las 23.15 del martes para llegar a Ezeiza a las 2.40 del miércoles, algo que obviamente no se produjo, porque la delegación debió prestar declaración en la comisaría sin poder descender de los ómnibus para no romper la burbuja sanitaria.
Debido a la tardanza en las declaraciones y como el aeropuerto de Belo Horizonte cierra su actividad a las dos de la madrugada, la delegación debió pernoctar en la ciudad, para regresar a Buenos Aires en horas del mediodía de este miércoles.
Pero esta saga comenzó en realidad apenas la delegación boquense llegó el lunes al aeropuerto paulista y fue demorado de manera abusiva para revisar si estaban hechos todos los testeos y protocolos sanitarios por el Covid-19.
La última eliminación de Boca en octavos de final fue contra River en 2015, cuando el partido se suspendió antes de comenzar el segundo tiempo porque unos hinchas arrojaron gas pimienta contra los futbolistas riverplatenses. Luego el Tribunal de Disciplina de la Conmebol dio por finalizado el partido y se lo dio ganado a River.
Y bastante más atrás en el tiempo, el 14 de diciembre de 2012, el que sufrió un hecho similar al del martes de Boca fue Tigre, en la final de Copa Sudamericana que disputó ante San Pablo en el estadio Morumbí y al ser agredidos los futbolistas en el entretiempo, no salieron a jugar la segunda etapa cuando perdían por 2 a 0.
Los jugadores de Tigre finalmente debieron cerrar el episodio sin presentar denuncias contra la seguridad del partido, ante la advertencia de una posible sanción que lo podría inhabilitar hasta por cinco años para competencias internacionales.
Boca quedó eliminado el martes en Brasil, por penales (3-1) por Atlético Mineiro, luego de empatar 0 a 0 por la serie de octavos de final de la Copa Libertadores.
Télam