Día del Amigo | Natalia Dressler, médica de Salud Pública trasplantada del hígado: “Un homenaje a mi amigo invisible que me regaló esperanza de vida”

Hoy se conmemora y se celebra como todos los 20 de julio el día del amigo , en este contexto traemos la historia de la Dra. Natalia Dressler, que un 20 de julio de 2014 recibió uno de sus mayores regalos, un trasplante de hígado de un amigo invisible. “Nadie me quita las ganas de saber quién fue mi donante, mi amigo invisible el que este 20 de julio se cumple 7 años de haberme regalado su hígado y darme la oportunidad de seguir viviendo y disfrutar de mis padres y de mi amado hijo. Siempre le estaré agradecida a mi donante y a su familia porque en ese momento tan doloroso decidió hacerme feliz a mí y a mi familia”, relato emocionada Natalia Dessler.


En retrospectiva: cuando Natalia cursaba sus últimos años de la carrera de medicina comenzó a tener mucha picazón “ me picaba todo el cuerpo y pensé que era estrés, me vio un clínico y ahí me derivo a un hepatólogo, me hicieron una biopsia hepática y ahí me sale una hepatitis autoinmune. Era re sana, deportista, hacia Hockey, gimnasia pero a partir de ese diagnóstico me transforme, porque me medicaron con corticoides. Pase de ser re flaquita a hincharme todo, así que quede un bicho, la cara de luna llena, lo bueno que no cursaba más porque yo no quería salir de mi departamento, no podía usar zapatos porque tenía todo los pies hinchados la pase mal, muy mal, mi vida había cambiado en un segundo”.

 

 

Así me recibí a duras penas porque me costó mucho las ultimas materias, mi mamá se mudó a vivir conmigo a Corrientes y mi novio en ese momento me acompaño en todos esos cambios de vida. También le habían dicho a mi mamá que yo no iba poder ser mamá y ella me contó eso mucho tiempo después para que yo no tuviera que cargar también con esa frustración”.

 

Natalia Dressler.

 

Después de su diagnóstico de hepatitis autoinmune, el panorama para la doctora no era el mejor su estado de salud tenía altos y bajos pero aun así no desistía de sus sueños:“ Paso el tiempo, me fueron bajando la dosis de los corticoides y de los inmunosupresores, en el Hospital Italiano siguieron con el tratamiento para la hepatitis , así le fui llevando.
Comencé con mi residencia en tocoginecologia en el Hospital Madariaga y fui volviendo a mi vida “normal”, pero de tanto en tanto me desmejoraba y aun así fui mamá tuve un bebe hermoso nació prematuro con 32 semanas; un embarazo muy complicado, mi bebe estuvo 40 días en neonatología y a partir de ahí no sé si fue eso cambios hormonales que empecé con todas las complicaciones y a empeorar mi estado de salud paulatinamente”, comentó Dressler.

 

Todavía lo peor no había pasado

 

Cuando mi bebe tenía dos años mi estado de salud empezó a estar mal y cada vez peor, no me daba el puntaje para lista de espera, la pasaba mal, llego un momento que yo atendía en el consultorio, no podía ni estar parada, estuve postrada, comunicándome con el Hospital Italiano para ver si existía la posibilidad de un trasplante”.

 

Un amigo es una luz brillando entre tanta oscuridad

 

Hasta que un día “se va mi amiga Mariela Fontana que es cardióloga a visitarme porque yo ya no salía más y me ve así y me dice asombrada:- vos no podes respirar, ¿qué estás haciendo acá?- Eso fue a la noche y entonces me dice:- yo mañana te vengo a buscar y te llevo a internarte porque vos no podes estar así y ahí faltaba pocos días para que mi hijito cumpla 4 años”, relata Natalia con mucha emoción y lágrimas en los ojos.

 

El Desenlace: en el juego del amigo invisible a mí me toco el mejor regalo en el día del amigo

 

Al otro día mi amiga me va buscar para internarme me despido de mi hijo, nunca pensé que de ese momento lo volvería a ver tres meses después. Mi amiga Mariela me dijo:- vamos te drenamos un poco y volvés – me fui al sanatorio y ahí me vieron y me dijeron: ¡vos estas graves!, ahí ya me quede en el sanatorio dos semanas internada, me derivan al Italiano ( el día del cumpleaños de mi hijo cumplía 4 añitos). Llego al italiano pensando que ya me iban hacer el trasplante, no me hace un TIPS, ahí biopsia, estudios de acá de allá. Parecía que se arrimaba la esperanza de un trasplante; había aparecido un donante para el trasplante, un día me preparan todo para ir a quirófano yo ya estaba vestida para ir a la cirugía, y de repente me dicen: -no, se suspende, volver otra vez a cero, llegue a estar tan mal que me movía en sillas de rueda” comenta la Doctora Dressler.

 

Hasta que en víspera del día del amigo llega esa llamada mágica y ese regalo de un amigo invisible

 

Un día a la noche me llaman del hospital y me dicen venite porque tenemos tu donante un 19 de julio y eso de las 10.30 de la noche me interne y al otro día a las 6 de la mañana del 20 de julio entre a quirófano. La sensación fue no saber que iba pasar, yo estaba solamente en compañía de mi mamá en Buenos Aires que es una Leona nunca me dejo sola se banco hacer todo ese papelerío tedioso”, cuenta Natalia con lagrima en los ojos.

 

Los padres de Natalia y su hijo, Pablo.

 

Después del trasplante, recién a los dos días me desperté, estaba en terapia intensiva intubada, no pude hablar por un buen tiempo no me salía la voz, pero mi hijo fue mi motor y empecé a caminar enseguida, quería recuperarme y volver a ver a mi hijo. Después del trasplante estuve un mes en Buenos Aires y ahí le dije a la doctora yo me quiero ir a Misiones a verle a mi hijo ya no aguanto más las ganas de verlo y me dejo volver con la condición de que cada 15 días tenía que volver a control, después cada mes cada, 6 meses y cada año por suerte encontré un hepatólogo que también me hace el seguimiento desde acá”, finalizo Natalia Dressler.

 

La doctora Natalia Dressler disfruta de su vida junto a su hijo Pablo que ahora tiene 11 años, su mamá Tila, su Papá Bruno, sus 6 perros y sus amigos; trabaja en un sanatorio privado y también cumple funciones en Caps y Hospitales de Salud Pública cuando finalice la pandemia.

 

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