Reflexión del Pastor Guillermo Decena: “El rechazo y la incredulidad”

En una persona las necesidades emocionales básicas se satisfacen por medio del amor, el respeto, la aceptación y la seguridad. El rechazo es el arma maestra del enemigo para desanimar, para debilitar el mundo interior y para apagar todos los sueños que la persona tiene. Veamos lo que nos dice la Palabra de Dios.

 

Los daños por el rechazo son múltiples, diversos y muy profundos. Entre todos ellos están la falta de confianza en sí mismo y en los demás. Esto trae acarreada falta de interacciones con los demás, lo que le impide crecer en la fe. La persona desconfía de todo lo que le dicen, se encierra en conceptos y no quiere cambiar de posición.

 

Cuando la persona acepta a Cristo en su corazón y decide vivir una vida en Cristo, hay cosas que le cuestan y virtudes espirituales que no fluyen. Hay muchos cristianos que están tan heridos por el rechazo, que cuando vienen al camino del Señor no resulta tan fácil de sanar. Muchas veces tienen un pensamiento muy cerrado y esto les puede perjudicar la fe. Pero Dios es bueno y sabe las heridas que puede haber en nuestro interior (Lamentaciones 3:22-23).

 

 

Dios es bueno

Y esto hace que podamos tener esperanza de que el proceso de sanidad sea completado. Un ejemplo del pensamiento de Dios hacia sus hijos: en algún momento Juan el Bautista dudó como dice en Lucas 7:20 RVR ¿Por qué sucedió que aquel que anunció al Cordero de Dios que quita los pecados del mundo dudara de él? La vida de Juan el Bautista, fue sin dudas muy especial y absolutamente dedicada a hacer la voluntad de Dios, todo su sacrificio fue hecho por amor a Dios. Pero la duda de Juan no fue duramente reprendida por Jesús, todo lo contrario. El ser humano es pasible de ser influenciado por el enemigo a través de las duras circunstancias, pero el Señor lo respaldó con sus palabras y le dijo: no se ha levantado profeta como éste sobre la faz de la tierra.

 

Si vemos la Palabra de Dios, grandes siervos en algún momento dudaron, en algún momento fallaron en su fe y le pidieron a Dios milagros, señales y Él no se ofendió. Esas dudas finalmente los acercaron más a Él. Dios no nos rechaza por más que tengamos dudas o que haya cierta incredulidad, porque hay dudas que nos llevan a Dios de acuerdo a la actitud que tenemos para con el Señor. Por eso enseñaba Jesús que algunos darán fruto con persecuciones. Si nuestra fe decae sigamos firmes al autor y consumador de la fe, y recordemos esta gran verdad en Salmos 86:5.

 

 

El débil en la fe

Hay un tipo de cristianos que el Nuevo Testamento llama débiles en la fe. No es ningún pecado solo falta de crecimiento espiritual y tal vez son apenas los comienzos en la vida cristiana. Esto sería serio si se extiende indefinidamente en el tiempo. A los que somos fuertes en la fe, no nos escandaliza ver una persona que proclame a Cristo y que tenga alguna mala actitud. No nos vamos a debilitar por eso, porque tenemos años en la fe, hemos aprendido y hemos sido sanados de muchas heridas, pero al débil en la fe le hace muy mal.

 

Hay personas que son muy sensibles frente a otros que fallan. Sufren viendo el mal testimonio, escuchando críticas y la forma de actuar de algunos cristianos sin sabiduría. Esto es fatal para quienes tienen una fe muy frágil, y esto lamentablemente lo usa el diablo. Es a lo que se refería Jesús cuando dijo que no seamos piedra de tropiezo. Somos llamados a resplandecer, no genera contiendas, no busca la división. Tenemos que ser de testimonio, de ayuda a los más débiles en la fe. El débil en la fe y que ha padecido rechazo, es a menudo una persona desconfiada, que estudia a los demás, que no se abre fácilmente, le cuesta creer, le cuesta afianzarse en la fe. Dios necesita personas llenas de paciencia y amor, personas que sean fuertes en la fe, que hayan transitado el camino de la sanidad y se hayan fortalecido para que tengan paciencia con aquellos que todavía son débiles en la fe. Dios necesita personas fuertes que sepan edificar la fe del débil, que pueda enseñar, inspirar, guiar en el camino de la fe (Gálatas 6:2-4 (NTV).

 

 

La desesperación por el amor y la fe

Lucas 14:26 RVR ¿Por qué Jesús nos impacta con estas palabras? Se puede dar una situación emocional que hay que sanar. La persona rechazada puede caer en graves errores de decisión, por ligaduras emocionales que le limitan emocionalmente, y aun con personas con las cuales teje lazos emocionales enfermizos. Esto se da porque busca el cariño, el amor, la contención que nunca tuvo.

 

Por este motivo muchos caen en los pecados sexuales, porque hay muchos que son rechazados y tienen un deseo irrefrenable a buscar el amor de cualquier manera y en cualquiera que se le presenta. Si quiere crecer en la fe jamás lo logrará si practica los pecados sexuales. Jesús nos pide esto porque si bien la familia es contención emocional importantísima, nunca será perfecta como Su amor.

 

Y esto tenemos que creerlo. El Señor le quiere mostrar el verdadero amor, Él lo ama y lo amó hasta la muerte y no hay ninguna persona sobre la faz de la tierra que lo haya hecho, nadie murió por usted, solamente Jesucristo de Nazaret. La mujer samaritana escuchó de la boca de Jesús una tremenda verdad: cinco maridos has tenido y el que tienes ahora no es tu marido. (Juan 4:16-18) Jesús no estaba acusándola, estaba diciéndole la raíz de su problemática, esa búsqueda irrefrenable de amor sincero que no conseguía por ningún lado, ningún marido que había tenido, podía dárselo.

 

 

El rechazo, los sacrificios y la fe

Mateo 19:21 RVR El problema del joven rico era su orgullo religioso, según su propia opinión el cumplía todos los requisitos para ser salvo y eso no es así. Cuando el joven rico vino a Jesús, éste: anda, vende todo y dáselo a los pobres. Este joven se puso muy triste porque tenía muchas posesiones. Dios le va pedir a cada uno lo que tenga que pedirle. Tu fe va crecer, pero si hay una disposición a sufrir algunas cosas que Dios te va exigir. A nadie le gusta sufrir. El mismo Cristo pidió que si podía ser, que pase el sufrimiento que tenía que enfrentar, pero lo hizo por amor al Padre y a los pecadores. Para crecer en la fe hay que estar dispuesto a sufrir, porque negarse a sí mismo nos hace sufrir. El rechazado que cae en victimizarse no le gusta la idea de sufrir, pues considera que ya sufrió demasiado. La fe va fluir cuando esté dispuesto al sacrificio que Dios te pide. Porque Dios te va pulir en la fe, te va hacer crecer en la fe, te va probar para ver si confías en El y cuando pasas la prueba, tu fe se fortalece y crece (1Pedro 1:7).

 

 

El rechazo, la paternidad y la fe

La ausencia del padre terrenal acrecienta la duda y la inseguridad en el cristiano. Y puede suceder que es un cristiano sincero, que persevera, pero hay algo que no lo deja confiar totalmente en Dios Padre. Tal vez tuvo un padre que lo abandonó, que fue violento o que no le brindó cariño y esa es la imagen que tiene de padre y la va proyectar hacia Dios y no le va permitir que la fe fluya en su corazón.

 

La paternidad mal ejercida, o ejercida con poca o nada de sabiduría deja una marca en la vida de las personas. En esta sociedad tan progresista satanás quiere desvirtuar la paternidad, para que las personas no puedan entender la paternidad preciosa de Dios. Dios es un padre bueno y perfecto que nos ama. El término “engendrar” hace referencia a una paternidad iniciada desde antes de la conversión. Se emplea también en Filemón 1:10: “Te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendre en mis prisiones”.

 

Es bastante difícil que quien tenga problemas que no ha solucionado con sus padres, acepte fácilmente la paternidad, otros entendiendo la obra de Cristo se dejan sanar siendo los padres espirituales sustitutos establecidos por Dios. El evangelio consiste en la existencia de Dios, un Dios que tiene amor por la humanidad. También consiste en la existencia del Salvador Jesús, un Jesús que viene a sufrir, que lo rechazan, que carga con toda la enfermedad y maldición de la humanidad sobre su vida.

 

Jesús vino a identificarse con nosotros, a cargar lo que nosotros hemos tenido que cargar en la vida, por eso Él se identifica con usted, no hay motivo de guardarle rencor al Señor porque Él vino a sufrir y a romper toda esa maldición, ese yugo diabólico.

 

Que Dios te bendiga, te guarde de todo mal y tengas una semana de completa victoria!

Pastor Guillermo Decena

Centro Familiar Cristiano Eldorado

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas