Las consecuencias que evitó Misiones en los niños al no cerrar las escuelas

En enero de este año, UNICEF recomendó “que las escuelas sean lo último en cerrar y lo primero en abrir cuando las autoridades comiencen a suprimir las restricciones”. Agregó que “el impacto del cierre de las escuelas en 2020 ha sido devastador a nivel mundial, afectando los aprendizajes, la protección y el bienestar de niños, niñas y adolescentes”.

 

Entre las consecuencias que producen las escuelas cerradas, enumeró: la situación emocional de chicos y chicas, cambios en los hábitos de sueño y alimentación en los más pequeños; y angustia y depresión en los mayores, situaciones que afectan el desarrollo emocional y cognitivo.

 

La escuela, más allá de su función primaria en el aprendizaje, tiene un rol central en el bienestar integral de niños, niñas y adolescentes.

 

Estas y muchas otras consecuencias en los niños se evitaron en la provincia de Misiones con la decisión política de abrir las escuelas y cumplir el calendario escolar a rajatabla. Si bien es cierto que hay aulas donde asisten por grupos alternativos y se trabaja en modo de burbuja, la diferencia con mantener las escuelas cerradas es infinita y los beneficios también.

 

Pero para poder abrir las escuelas, además de la decisión política, hay un trabajo muy fuerte detrás, que implica elaborar y hacer cumplir un protocolo, vacunar a docentes y personal educativo, reorganizar el cronograma y los programas escolares, así como distribuir en forma permanente y abundante barbijos y material para higienizar los establecimientos.

 

En el concierto nacional, Misiones es la única provincia que cumplió los programas educativos en todas las aulas de todas las escuelas durante 2021. Las promociones a fin de año serán con exámenes, normales, teniendo en cuenta que el dictado ha sido prácticamente normal.

 

En línea con lo dictado por la UNICEF, la política educativa de Misiones coincide en que “cerrar las escuelas debe ser una medida de último recurso”.

 

En el plano académico

 

En el plano académico, no asistir a la escuela de manera presencial puede incidir en los resultados del aprendizaje. Para muchos, el seguimiento individual y de cerca de parte de sus docentes es crucial en su aprendizaje. No recibir este acompañamiento individualizado puede incrementar las desigualdades entre los niños con diferentes ritmos de aprendizaje.

 

El presidente del Consejo General de Educación, Alberto Galarza, se refirió a esta cuestión precisando que Misiones llegó al receso escolar sin interrumpir las clases presenciales.

 

Galarza expresó que considerando el contexto epidemiológico complejo que impuso la segunda ola, el haber continuado con la presencialidad y “no haber tenido que cerrar o retroceder” es algo muy positivo.

 

En este sentido, se planteó la necesidad de cumplir con el calendario escolar completo en este formato: “llegamos felizmente al receso escolar sin haber tenido que interrumpir nunca las clases por el coronavirus”,  dijo.

 

También señaló que, a nivel educativo, los estudiantes sufrieron una pérdida real de aprendizaje, especialmente durante el 2020, coincidiendo con UNICEF. Aunque remarcó que esto no se produjo sólo a nivel nacional, sino que también se evidenció en todo el mundo. Por ende, la provincia de Misiones decidió que “el impacto sea el menor posible y poder recuperar los aprendizajes sin resignarse”.

 

Consecuencias de las escuelas cerradas

 

El hecho de no concurrir a la escuela y estudiar solo de manera virtual, puede perjudicar a los alumnos. Sobre esto la profesora en Psicología, Alicia Martinez, explicó que “el menor estímulo que puede generar en los estudiantes no asistir a la escuela es un incremento de las desigualdades académicas y sensación de vacío emocional, estas son algunas de las consecuencias que puede generar el modelo virtual de la educación”.

 

Además, expresó que es complicado llevar adelante el aprendizaje en los alumnos, ya que no todos pueden acceder a los dispositivos electrónicos, ni al internet.

 

“Los niños y adolescentes enfrentan un nuevo modelo de enseñanza. Esto requiere de la adquisición de dispositivos y conexión a internet. No todas las familias disponen de recursos para esto, lo que se convierte en un obstáculo para seguir el aprendizaje desde la casa y puede ser frustrante”, explicó.

 

“Sabemos el contexto que estamos atravesando y que es importante cuidar nuestra salud, pero también necesitamos que los chicos asistan a la escuela teniendo en cuenta que la provincia tiene muchos alumnos que viven en las chacras, y eso puede complicar el acceso a internet y por lo tanto aprender desde sus casas cuesta más”, agregó la especialista.

 

“Misiones en este sentido pudo seguir dando clases aún con el aumento de casos. La realidad es que todos estamos expuestos, pero también desde la presencialidad podemos seguir aportando nuestro grano de arena y seguir cuidándonos”, indicó Alicia.

 

La profesora añadió que “muchos niños que se encuentran en etapas importantes de su desarrollo inicial del proceso de lectura y escritura, desarrollo del pensamiento lógico matemático, no tienen la oportunidad de ser estimulados adecuadamente, ya que en muchas ocasiones las familias no cuentan con las competencias pedagógicas para apoyar el proceso educativo de sus hijos. En estas etapas del aprendizaje, el uso de recursos concretos como la presencialidad es fundamental para apoyar el paso a un nivel de abstracción más alto”, comentó Alicia.

 

Sistema bimodal aplicado en Misiones

 

Respecto de la estructura que combina tanto virtualidad y presencialidad, ayudó a que se pudiera evitar la suspensión de clases en los establecimientos escolares. Asimismo, este sistema tuvo la ventaja de permitir trabajar con todos los estudiantes de acuerdo a las matrículas existentes en cada escuela, y habilitó principalmente la presencialidad.

 

Las escuelas de la provincia de Misiones presentan diversas situaciones tanto en infraestructura como en capacidad de personas que pueden albergar respetando los protocolos escolares. Sobre esto, en los establecimientos que sí podían tener presencialidad total, se alentó a los docentes a trabajar con todos los estudiantes de acuerdo a la matrícula

 

La presencialidad, luego de un año de pandemia, representó un acercamiento de los estudiantes no sólo con la escuela, sino también con docentes y compañeros ya que había una demanda social de las clases presenciales.

 

Dentro de las complicaciones que se presentaron con la virtualidad se destaca la dificultad para establecer comunicaciones fluidas entre padres y docentes hubo una revalorización de la educación y fundamentalmente de la presencialidad.

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