Conservación, educación ambiental y turismo consciente se unen en la reserva natural privada «Don Rodolfo» en el Cerro Santa Ana

La propiedad ubicada lindante al Parque Temático de la Cruz de Santa Ana, al sur de la provincia, es una de las cinco nuevas reservas naturales incorporadas al Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas de Misiones. Hay detrás de «Don Rodolfo» más de 25 años de trabajo en cuidado y restauración de los bosques nativos, y más de 60 años de historia de compromiso ambiental en la propiedad, relata Stella Romano, propietaria del lugar, empresaria del rubro de turismo e ingeniera forestal de profesión. Un espacio donde tienen un área de conservación de puro monte misionero y cabañas para actividades de ecoturismo, permitiendo al visitante la posibilidad de descansar y conectarse con la naturaleza.

 

La Reserva Natural Privada “Don Rodolfo” cuenta con una ubicación estratégica, a solo una distancia aproximada de 50 km de la ciudad de Posadas. “Es una oportunidad para todo aquel que quiera disfrutar de un descanso en la Selva, realizar caminatas o alguna actividad en contacto con la naturaleza”, explica su propietaria, Stella Romano.

 

 

La propiedad tiene una superficie de 25 hectáreas, de las cuales 1 hectárea está destinada al ecoturismo con una pequeña infraestructura muy cálida y con tres cabañas (Canela, Incienso y Selva) con todos los servicios y comodidades para los grupos visitantes (quinchos, piletas, sanitarios). “Prácticamente toda la reserva está destinada a la conservación del bosque nativo. Tenemos senderos de interpretación y miradores, contamos con guías o facilitadores para ir acompañando al visitante con información el recorrido, de manera que descubran la selva interpretando la naturaleza”, agregó Romano en una entrevista con ArgentinaForestal.com.

 

La propiedad fue adquirida hace más de 26 años de un antiguo propietario que mantenía en estado de conservación el lugar por un sentido de compromiso ambiental. “Es decir, Don Rodolfo es una reserva que tiene casi 60 años de historia de recuperación natural del más puro bosque nativo”, remarca la propietaria e ingeniera forestal de profesión.

 

De esta forma, puso en valor que “desde entonces, el área nunca más fue explotada ni se tocó un solo árbol. Es una reserva privada que está realmente en muy buen estado de recuperación del bosque nativo y del ecosistema natural. Para recibir a los visitantes, prácticamente mantuvimos la  infraestructura que tenía cuando la adquirimos, conservando el espíritu de conexión con la naturaleza para la cual fue creada”, sostuvo Stella.

 

 

“Don Rodolfo” es una de las cinco propiedades que recientemente firmaron convenio de incorporación al Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas que promueve el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables de la provincia.

 

Con el principal objetivo de continuar fortaleciendo la conservación y restauración de la Selva Misionera, desde Ecología articulan acciones con el sector privado que tienen compromiso con el ambiente, y sumaron bajo la categoría de reserva natural privada al Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas (Ley Nº 2932) a cinco reservas privadas. El convenio entre ambas partes es por un plazo minino de 20 años, donde el propietario se compromete a conservar el espacio y como contraparte la cartera ecológica se compromete a brindar apoyo técnico y asistir a la reserva con su cuerpo de guardaparques.

 

Sobre el convenio logrado, Stella expresó que “al incorporarnos como parte del Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas, nos otorga legalmente un status mayor como reserva para quienes nos visitan y para las actividades provinciales propuestas en la ruta del senderismo y otras. A su vez, en lo personal fue una forma de sostener institucionalmente el compromiso de conservación de la propiedad”.

 

Con satisfacción compartió que le fue asignado por resolución ministerial el número oficial 209/2021 para identificar a la Reserva Natural “Don Rodolfo”.

 

 

Después de varias décadas de trabajo en conservación, era un tema pendiente el trámite y las formalidades, pero necesario. “En los meses de pandemia tuvimos más tiempo de trabajar en la documentación que se requiere para cumplir con todos los requisitos, por lo que aprovechamos este tiempo y nos ocupamos de hacerlo posible. En nuestro caso, incorporarnos al sistema fue solamente oficializar una situación de hecho desde hace más de 26 años. Y el beneficio directo que nos otorga el convenio es que nos visitará el guardaparque para cualquier asistencia técnica que se requiera o protección del lugar, lo que es un gran apoyo”, expresó Stella.

 

Consideró que es un acto de conciencia ambiental dedicarse a cuidar una reserva privada. “Quienes nos dedicamos a la conservación, sabemos que el beneficio será el día de mañana para toda la sociedad. Aún no logramos con la conservación un beneficio económico como propietarios, como bonos verdes o incentivos fiscales, pero cada vez más hay un reconocimiento por este trabajo que se realiza con gran esfuerzo detrás y esperamos a futuro lograr alguna compensación para poder seguir en forma sostenible protegiendo el área. Por ahora, todo es en potencial”, planteó la empresaria.

 

 

Educación ambiental

En particular, esta reserva fue creada con el fin de desarrollar actividades de Educación Ambiental, con programas completos en servicios para las visitas guiadas destinadas a las escuelas, pero ante la pandemia se suspendieron todas las actividades el año pasado.

«El predio se ha mantenido como un refugio de fauna y flora, cuidando y difundiendo el amor por la selva misionera, miles de niños han pasado por nuestra reserva», remarca Stella.

Como propietaria de la agencia de Viajes y Turismo Verdagua, logra combinar ambas actividades en forma integrada para organizar las visitas guiadas al lugar, organizando alternativas de visitas educativas.

 

“En este último año la pandemia nos llevó a pensar otras alternativas, y generamos talleres grupales temáticos de observación de aves, talleres de fotografías en la naturaleza, de alimentos naturales y regionales, de flora nativa y árboles frutales, demostraciones de productos agroecológicos, o clases de yoga y meditación en la naturaleza, todo en el marco del protocolo de seguridad sanitaria por COVID-19. Esperamos que al regreso de las actividades permitidas podamos retomar las visitas escolares. Hemos organizado en Don Rodolfo colonias de vacaciones y campamentos educativos”, comentó.

 

 

Turismo consciente

Por lo pronto, al destinar una hectárea para el servicio de alojamiento y actividades de ecoturismo, logran mantener los costos del lugar, sumado con los ingresos que generan los visitantes. El turismo también fue otra de las actividades más golpeadas por la crisis generada por la pandemia por COVID-19.

 

De igual forma, para Stella la reserva Don Rodolfo es “su lugar en el mundo”, y le dedica su vida a cuidar y mejorar las instalaciones constantemente.

 

Quienes visitan la reserva tienen la posibilidad de desarrollar diferentes actividades siempre en contacto con la naturaleza. Además, a diferencia de otros lugares, los huéspedes pueden llevar sus mascotas con sus correspondientes elementos de cuidado. Pueden alojarse en el lugar, cocinar sus propios alimentos o pedir comidas regionales. Hay senderos varios senderos para caminar, y se puede hacer un fogón al caer la noche.

 

Los recorridos son de baja dificultad para quienes no están acostumbrados a caminar en el monte. Hay subidas y bajadas. El sendero “de la Cruz”, el Sendero “Caraguatá” que es el de mayor longitud y acompaña el recorrido en un tramo desde la entrada del complejo hasta las cabañas, abrazado por puro monte. El sendero “Tatú Cuaré” es el que comunica el camino de servicio con el sendero “La Cornisa”. Otro sendero la “Cueva del gato”, y finalmente está “La Campiña” que se encuentra en un claro de la selva, con suelos rocosos y un área de pastizales que bordean los bosques nativos.

 

Un lugar creado para disfrutar de la conexión con la naturaleza, escuchar el sonido de los pájaros o simplemente disfrutar de la brisa y respirar aire puro.

 

Siempre en la reserva “Don Rodolfo” están los cuidadores, pero Stella sugiere que lo ideal para llegar hasta el complejo es “que avisen previamente para coordinar la atención más adecuada en el ingreso. Es muy fácil de llegar, ya que estamos en el cerro, lindantes al Parque Temático de la Cruz”, precisó cómo la mejor indicación de camino de acceso al lugar.

Un jardín botánico propio

También en la reserva Stella Romano lleva adelante actividades técnicas de relevamientos que permitan registrar el comportamiento de las especies que habitan en el área y las que se regeneran en forma natural en las 25 hectáreas. “Es como mi propio centro de estudio”, señala la ingeniera forestal.

 

En el marco de la Ley Nac N°26.331 (Ley de Bosques) desde el año 2019 cuentan con un Plan de Conservación y Parcela Experimental aprobado. “Realizamos un trabajo técnico, con el registro de las especies de flora, fauna, aves, insectos, o mediciones de crecimientos, entre otros datos”, detalló.

 

Hay una abundante diversidad de aves y otras especies de fauna silvestre que habitan en el área protegida, que está prácticamente cubierto de Selva Misionera o Selva Paranaense. Desde Tucanes, Zorzales, Chocas, Pijuíes, Batarás, Urracas, Mosquetas, Arañeros, entre otros tantos pueden observarse recorriendo los senderos.

 

Los árboles gigantes de la selva, las especies frutales y flora nativa característica del ecosistema de la selva paranaense ofrecen hermosos paisajes y ejemplares como el urunday, peteribi, guatambú, lapacho, entre otros.

 

Para Stella, está muy claro que la naturaleza gestionada en forma sostenible es una alternativa de desarrollo local de la mano con el turismo consciente. Y para ello, el secreto está fortalecer la educación ambiental.

 

 

 

Por Patricia Escobar

@argentinaforest

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