Diálogo, participación y planificación como herramientas para el consenso del desarrollo socio territorial

Así lo resumió el docente, doctor en Antropología Social e investigador independiente del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) en CIT Rafaela (Centro de Investigaciones y Transferencia Rafaela), Brián Ferrero. El profesional forma parte del staff de docentes que dictan la Especialización y Maestría en Gestión del Desarrollo Socio Territorial, una nueva propuesta de posgrado que inició este año en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales (FHyCS) de la Universidad Nacional de Misiones, que aborda en forma integral el concepto de desarrollo económico y el bienestar humano.

 

La carrera se propone formar interdisciplinariamente, profesionales reflexivos y comprometidos con la gestión del desarrollo socio territorial a nivel local, regional y global, a través del diseño y operación de estrategias que integren y promuevan valores culturales, saberes tradicionales, avances tecnológicos y científicos con el propósito de contribuir al mejoramiento de la calidad de vida y las condiciones del entorno social y ambiental en que se desempeñen.

 

La directora del posgrado es la Mgter. Diana Arellano, y dictaron en mayo en forma conjunta con Brián Ferrero el segundo seminario de la Maestría, en este caso sobre «Teorías del Desarrollo», generando la temática un enriquecedor debate como disparador de las prácticas.

 

En una entrevista con ArgentinaForestal.com, el investigador Ferrero resumió los principales conceptos vertidos en el seminario y se refirió a las nuevas herramientas y metodologías con las cuáles podrían fortalecerse los profesionales al momento de planificar la gestión para el desarrollo local de un territorio.

 

AF: ¿Qué herramientas brinda la Gestión del Desarrollo Socio Territorial? ¿Y cómo define Ud. esta metodología o concepto?

Lo que se busca desde lo académico es comprender que se deben incluir los problemas o características de las sociedades locales para poder lograr un proceso de desarrollo sostenible en el tiempo.

Es un modelo de desarrollo que está fuertemente involucrado con la dinámica de las poblaciones que habitan el lugar.

Entendiendo que el territorio es como una producción social, que no es el resultado solamente desde lo físico, biológico, ecosistémicos, climático o grafológico, sino que por las propias características de las poblaciones humanas y culturas que construyeron ese lugar, fue que le dieron identidad y sentido a este territorio a gestionar.

 

No se puede hablar de gestionar un área sin pensar en el lugar con la participación de las poblaciones humanas, y estudiar su cultura para entender el proceso humano histórico como el actual.

 

No se puede pensar una gestión de desarrollo de un territorio, intentando separarlo de quienes viven o han vivido en él. Es muy importante entender que las poblaciones humanas forman parte del territorio y su desarrollo. Y por ello, este es el enfoque que planteamos, con perspectiva de Gestión de Desarrollo Socio Territorial.

 

Para ello, hay que incluir sus visiones, sus necesidades, entender cuáles son sus prioridades, conocer sus perspectivas de la vida, del mundo, hacia dónde quieren llevar su vida comunitaria a futuro. No se trata de tener solo una fotografía del momento, sino conocer su proceso y lograr una perspectiva hacia el futuro.

 

 

AF: En el seminario debatieron sobre las teorías del desarrollo, su historia y su evolución. ¿Con qué objetivo fue planteado este tema para los asistentes ante la especialización con enfoque socio territorial?

La idea del Seminario fue planteada a tratar de ayudar a entender que se constituye al “desarrollo” como dispositivo de intervención sobre territorios y poblaciones. Se basa en diversos fenómenos que caracterizan a la modernidad. Aparece a fines de la década de 1940, después de la segunda Guerra Mundial.

 

El origen de la modernidad tiene varias propuestas, que varían desde el descubrimiento de América; otros marcan en la época del Renacimiento, con el surgimiento del “hombre nuevo” -respecto del “viejo” ser humano de la época medieval; y otra visión es desde la Revolución Industrial, la Revolución Francesa y la consolidación de la Gran Ciudad que tiene lugar entonces.

 

El desarrollo surge como un programa político económico que piensa cómo debieran ser las distintas sociedades en el mundo, y se globaliza desde los países centrales a todo el mundo. Se comienza a pensar qué rol debe tener la economía en los países.

 

Este proceso llevó el impulso global de la economía capitalista del mercado, con un modelo de ciudadanía democrática, configuración política pensada en la ciudadana, republicana, democrática. y Con un determinado modelo de políticas educativas, de salud o científico. Ya en los años 60 comienzan a aparecer muchos problemas y nuevas discusiones.

 

La Ciencia empieza a ocupar un rol en el Desarrollo. Se presenta como una fuerza social primordial. Después aparece más fuerte una posición global anticonsumista, y así fuimos repasando hasta analizar la globalización, occidentalización, capitalismo y el desarrollo actual.

 

AF: Hay un cambio global respecto al concepto de qué se considera desarrollo y se empieza hablar del desarrollo sostenible….

Después del modelo capitalista, ese pensamiento de desarrollo político y económico, comienza a generar debates entre bloques socialistas, capitalistas, aumenta la competencia de los países del tercer mundo, aparecen los países subdesarrollados, estableciendo esta distinción que trae aparejado esta idea de “desarrollo” de distintas niveles.

 

Se generan fuertes discusiones, dependencias de los más ortodoxos del desarrollo. Hay una fuerte crítica a la Modernidad, al Desarrollo Alternativo (conservador del statu quo y del liberalismo desarrollista). Se cuestiona la centralidad del consumo Interno como motor del Desarrollo. La crítica a la institucionalidad capitalista abarca desde la ppropiación privada de los recursos naturales; los procesos de producción orientados a la ganancia exclusivamente; las asimetrías globales con sus desequilibrios y desigualdades; la corrupción sistémica, entre otros aspectos.

 

Y comienza a aparecer cada vez más el concepto de Desarrollo Humano, el desarrollo local, del bienestar de la sociedad. Se empieza a tener una perspectiva regional, distintos adjetivos que se van dando al concepto de desarrollo, con grandes discusiones sobre distintos modelos de sociedad y de cómo tienen que ser las políticas donde el desarrollo socio territorial comienza a tener un fuerte peso.

 

Hoy el desarrollo debe pensarse desde lo económico y político, pero integrando en la misma medida lo ambiental, social, cultural, e ideológico. En los proyectos de desarrollo integral deben participar Estado y Empresas, Universidades y la sociedad civil organizada, con la participación de la ciudadanía.

 

Se trata de comenzar a incorporar en la gestión prácticas centradas en los seres humanos, que buscan mejorar las condiciones de vida de todos y todas, que plantean la inclusión social desde una mirada crítica y protagónica contra la exclusión.

 

En síntesis, abordar el Desarrollo como objeto de estudio requiere una pluralidad teórica y una crítica metodológica. Hay que visibilizar las nuevas perspectivas conduce a la comprensión de la complejidad del tema y exige el diseño de instrumentos igualmente complejos para su aprehensión y ponderación.

 

Debemos asumir de manera explícita que el desarrollo es un fenómeno multidimensional: social, económico, político, cultural y ambiental que requiere un análisis inter-trans-multidisciplinario y un sistema integrado de indicadores para su medición que evite la ordenación totalizante para dar cuenta de la complejidad de los territorios y las sociedades que los habitan.

 

En ese contexto, deben incorporarse los componentes de la sostenibilidad: equidad y bienestar social; viabilidad económica; e integridad ecológica.

 

incendio

Manejo Integral del Fuego: “No todos los fuegos son iguales”

AF: Desde su experiencia profesional y de trabajo de campo: ¿cuál considera sería el abordaje adecuado en la actualidad y que deberían considerar los gestores para una planificación y transformación real del desarrollo local  (entendiendo se trate de un proyecto productivo sea público o privado o un área natural, que tiene impacto en el entorno y hay una intervención municipal, provincial o regional)?. 

Por ejemplo, un tema que preocupa son los incendios forestales, una problemática que no afecta sólo a un productor o provincia, no tienen límites cuando salen de control, afecta los bienes públicos y privados, daña el ambiente a veces de manera irreversible, no hay recursos económicos suficientes que muchas veces alcance para detenerlos una vez iniciado, etcétera). Sobre los incendios aún no hay planificación integral al respecto en la Argentina. Y es un problema que atraviesa lo cultural, lo ambiental, lo económico. Afecta a toda clase social, no hay dinero ni recursos suficientes una vez iniciados en zonas de peligro de propagación por las condiciones climáticas (Delta del Paraná, Córdoba, Corrientes, Comarca Andina, son algunos ejemplos recientes)

 

En mi caso, me encuentro trabajando en el tema del Fuego y en una propuesta de modelos de cómo realizar un control y uso planificado de esta herramienta en el área del Delta del Río Paraná.

Los incendios forestales en Santa Fe y Entre Ríos, e incluso en áreas del Delta de Buenos Aires, han sido un grave problema desde el año 2008 en adelante, ya que se intensificaron en los últimos años.

 

En forma constante existe el uso del fuego como práctica del sector agro-ganadero en la zona. Luego, en 2020 se intensificaron con incendios masivos para limpieza de pastizales para ingresar la hacienda, que sumado a una bajante extraordinaria del río Paraná y una sequía prolongada por reducción de las lluvias en la región llevó a que los riesgos de propagación de incendios sean muy críticos.

 

Por otro lado, el valor de la tierra también irá llevando a más fuego en muchas provincias de la Argentina. Son procesos globales y regionales, este escenario se registra en Australia, en Brasil en el Pantanal o Amazonas. Por ello, estamos trabajando en modelos para estudiar las causas en detalle.

 

En la Argentina, en el Delta del Paraná observamos que es necesario pensar en el fuego en términos de fuerzas productivas con transformaciones del uso de la tierra para la actividad agraria, y comenzar a plantearnos modelos de “Manejo Integral del Fuego”.

Esta recomendación para un manejo integral, en forma resumida de explicarlo, consistiría en no liberar por completo el fuego (en referencia a la técnica de quema controlada).

 

 La técnica de quema controlada es una práctica de trabajo en campos agro-ganadero. 

 

Por un lado, sabemos que el uso del fuego tiene valor de funcionalidad ecosistémica. Por otro lado, se puede ver que en muchos casos en ciertas regiones como el Delta del Paraná donde había áreas que no se venía usando el fuego, pero hubo acumulación de mucho material combustible ante la no intervención de campos o de pastizales durante bastante tiempo y que se fueron secando. Todo esto enseguida prende fuego, con solo una chispa se propaga en forma masiva el incendio, ya sin poder controlarlo en grandes extensiones.

 

Por lo tanto, ante la experiencia, ahora trabajamos en esta propuesta en la que recomendamos como necesario planificar el trabajo de quema con fuegos periódicos para ir eliminando este material combustible que es un riesgo en una propiedad privada, para trabajar en eliminar esa acumulación y manejar con una quema controlada para disminuir riesgos.

 

El fuego cumple una función bastante importante en la actividad ganadera para la renovación de pastura de la hacienda, por lo que para el productores, especialmente en las tareas de limpieza del pequeño productor, es necesario el uso fuego. No es la mejor estrategia eliminar su uso por completo, sino que el Estado –por medio de los organismos competentes- acompañen técnicamente y controlen con permisos el uso del fuego, considerando las condiciones climáticas del momento.

 

Entendemos que, siguiendo los modelos tradicionales del uso de fuego, manejando pequeñas áreas, controlando la cantidad de animales (evitando que los animales sueltos circulen por todos lados), realizando el manejo de pasturas, entre otras medidas, se puede continuar con esta práctica en forma regulada.

 

Habría que pensar en colocar alambrados y límites para la zonificación del área a trabajar, además realizar prevención con trabajos de corta fuego, tener presencia de una brigada forestal, alerta temprana o impulsar una red con vecinos para compartan información sobre las condiciones climáticas. Es decir, hay que reunir varios elementos para regular el uso del fuego y que se siga con esa práctica, con un modelo de manejo integral.

Capacitación y formación en Brigadas Forestales en el Consorcio de Manejo de Fuego de Corrientes. y Misiones

 

En el caso del área del Delta del Paraná, que afecta a Santa Fe y Entre Ríos, fue imposible controlar y apagar todos los focos una vez iniciados.

 

En ese sentido, nuestra propuesta de Desarrollo Socio Territorial en la actualidad viene por el lado de un ejemplo que compartimos en el Seminario, que es la de tener la gestión pública con perspectiva del territorio con la gente en un área natural protegida. Establecer modelos según su cultura y saberes, y con las potencialidades que tienen los actores de la comunidad. Muchas veces no se trata de grandes tecnologías, sino de organizarse y hacer espacios de diálogo y construir confianza. A partir de ese vínculo de confianza, incorporar nuevos saberes en conjunto para la transformación del territorio por el bienestar de todos.

 

Por otra parte, se debe comprender que no todos los fuegos son iguales. Algunos son intencionales, responden a intereses. Otros se manejan de manera diferente, no siempre hay que pensar que cuando se usa un fuego ya es “un incendio”. Muchas veces son quemas controladas. O se usan en forma positiva, con un fin que tienen su función ecosistémica, que es necesario incluso para renovar y nutrir la tierra, etcétera.

 

Un incendio forestal es aquel que se descontrola, que no es manejado, que se salió de control y puede hacer daño a otros, o es altamente destructivo para un área ambiental o la comunidad.

 

Con esta idea enfocamos el seminario, respecto a la importancia de comenzar a trabajar con la gente cuando se quiere lograr un desarrollo sostenible en un área. Considerando que el Estado y el sector del Conocimiento (universidad, centros de investigación, ciencia, etcétera) tienen un poder acción, consideramos que trabajando en base a las necesidades, requerimientos y saberes locales se puede lograr la gestión de un territorio.

 

Se entiende que no todo es positivo y bueno en el proceso, que habrá muchas dificultades, que es un proceso complejo. Nadie dice que es sencillo, pero hay que construir saberes nuevos frente a esta problemática.

 

Fui hasta hace unos meses intendente del Parque Nacional Islas de Santa Fe, y participé de un proceso conflictivo donde hoy vemos los primeros resultados. Se avanza en este proceso en el área natural con una red denominada “Faros de Conservación para Proteger el Delta del Paraná”. Igual la situación es compleja y las tensiones se mantienen en el lugar.

Áreas protegidas del Delta del Paraná en el Parque Nacional Islas de Santa Fe.

 

NdR: «Faros de Conservación para Proteger el Delta del Paraná» es un trabajo conjunto de Parques Nacionales Argentina con las provincias de Santa Fe y Entre Ríos. Se realizaron varios encuentros con vecinos y organizaciones, y se fue ampliando la iniciativa. A través de recursos técnicos y humanos, desplegaron un plan de detección temprana, prevención y disuasión de incendios para garantizar la protección y gestión sostenible del delta.

Esta red de áreas protegidas, ubicadas en diferentes puntos del delta, permite fortalecer la presencia institucional y operativa en el territorio a través de un patrullaje aéreo, terrestre y fluvial.

Los “faros” además de trabajar en el combate de incendios, aportan a la prevención, la concientización y el impulso al desarrollo de actividades productivas sostenibles en el área ambiental del Delta del Paraná.

La provincia de Santa Fe cuenta, desde 2010, con su primer e único Parque Nacional “Islas de Santa Fe”, un humedal protegido por el Estado Nacional y que se encuentra en el Sitio Ramsar Delta del Paraná)

 

Áreas protegidas entre San Pedro, El Soberbio y San Vicente, en la Reserva de Biosfera Yaboti.

Áreas Protegidas y Desarrollo local: “Se necesita más diálogo con la comunidad”

AF: ¿Y en el caso de las áreas naturales protegidas, donde muchas veces el entorno de un lugar muy valorado por sus bosques nativos o alto valor de biodiversidad es conservado, pero no genera desarrollo local? (Un ejemplo en Misiones, el área de la extensa reserva de usos múltiples en Biosfera Yabotí donde hay áreas núcleos de conservación estricta, reservas privadas, atractivos turísticos y explotación maderera a partir de planes de aprovechamiento sustentable de bosques nativos autorizados por el organismo ambiental de la provincia, en un área que comparten tres municipios con grandes desafíos para el desarrollo local)

 

Desde este aspecto, el desarrollo socio-territorial apunta al mismo sentido: trabajar en el desarrollo con la perspectiva de integración a la comunidad.

 

Desde mi experiencia en la Intendencia de PN Islas de Santa Fe, y en relación a las políticas de Conservación, las ANP van por el mismo sentido que en la gestión del Manejo de Fuego.

 

La propuesta de trabajo era integrar a los pobladores locales en la planificación del territorio. Hay que conocer e integrar las actividades productivas del entorno al manejo del parque. Que no sean Áreas Naturales Protegidas sin gente, hay que lograr que haya presencia de pobladores, planes de manejo en conjunto con la comunidad, regular el Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos con las personas que viven en las áreas de amortiguación, y ver que prácticas sostenibles se pueden llevar adelante en las áreas núcleo, donde  no hay presencia de gente.

 

De lo contrario, lo que se sucede es que incrementa la conflictividad social del área natural. Hemos tenido situaciones complejas, gente que han prendido fuego en forma intencional dentro del Parque por “venganza”, porque le han decomisado algún animal por caza furtiva, etcétera.

 

Sin embargo, la tensión social disminuye si hay diálogo.

 

Antes de este proceso, había muy poco diálogo de la institución de APN con la población del PN Islas de Santa Fe, cuando es un área de mucha población, que vive y usan los recursos naturales, ya sea para pescar, la pastura para ganadería, hay mucha población criolla, tradicional, hace más de 100 años que viven en la zona.

 

Frente a esto, un parque que le restringe a sus pobladores locales el uso del recurso natural, desconoce sus saberes y limita su acceso, deriva en situaciones que genera conflictividad, mucha tensión e incluso, violencia.

 

Para la gestión de un Área Natural Protegida, el desarrollo local y la conservación del lugar debe ser trabajado de manera conjunta con su gente, con el gobierno local, provincial, con aportes del ámbito de la Ciencia y la Universidad.

 

En Santa Fe se realizaron varias reuniones para avanzar en este proceso. Llevó mucho tiempo de reuniones hasta tratar de llegar a acuerdos. Por momentos eran discusiones de todos contra todos, hasta que finalmente se encuentran puntos en común por donde avanzar y se logran algunos acuerdos. También sucede que estos acuerdos se rompen en el proceso, y es un volver a empezar.

 

Por otro lado, hay peleas internas, entre las mismas organizaciones o muchas peleas históricas entre vecinos, incluso los organismos estatales también tienen diferencias.

 

Se venía trabajando de esta forma, hasta que el proceso se interrumpió, y en la actualidad las tensiones siguen aumentando.

 

La situación es compleja para abordar la gestión del Desarrollo Socio Territorial, pero hay que ir construyendo. Siempre aparecerán intereses nuevos, pero hay que ir llevando esto como un proceso continuo, con diálogo e inclusión local. Es una nueva perspectiva que hay que aplicar en lugares con Áreas Naturales Protegidas (ANP).

 

 

Reseña del investigador

-Doctor en Antropología Social, egresado de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Máster en Antropología Social con especialización en Antropología Ambiental en el posgrado de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM). Investigador Independiente de CONICET en CIT Rafaela (Centro de Investigaciones y Transferencia Rafaela, Santa Fe)

-En EE.UU. realizó una especialización sobre las Comunidades Locales y Conservación de la Naturaleza, con varias publicaciones.

-Fue el primer Intendente del Parque Nacional Islas de Santa Fe, en la provincia.

-Forma parte del staff de docentes de la Especialización y Maestría en Gestión Socio Territorial que se dicta en la FHyCS de la UNaM.

-Trabaja actualmente en el Centro de Investigaciones y Transferencia Rafaela (CCT CONICET – Santa Fe)

 

 

 

Por Patricia Escobar

@argentinaforest

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