Leyendas urbanas sobre casas embrujadas en Misiones, que quedan registradas en el Facebook

Posadas, está llena de “leyendas urbanas”, es lo que afirma Facundo Vidal, escritor y administrador de la página de Facebook “La noche del Pombero”. Allí, se replican historias de “hechos poco comunes”, (como prefiere llamarlos) que muchos misioneros le hacen llegar por distintos medios. Estas historias también se replican a lo largo de toda la provincia.

 

Leyendas urbanas

 

El escritor se anima hacer una comparación entre lo que suceden con las casas embrujadas en Estados Unidos, como la de “amityville en Estados Unidos, ahí hay una casa embrujada y está poseída, según dicen por el mismísimo demonio”, y que aquí en la zona se las conoce como casas asombradas o con asombrado.

 

Para Vidal, las historias se enriquecen cada vez que las publica, porque “lo bueno de Posadas, es que por ahí uno tira una historia y, hay gente que conoce un poco de los casos y va tirando más data”.

 

 

Vidal asegura que según el relato de sus seguidores cada caso tiene una explicación, “pueden estar asombradas por diferentes motivos, puede ser porque alguien quiso jugar al juego de la copa o a la ouija y algo quedó rondando en el lugar. Entonces se empiezan a ver manifestaciones, o donde se practicaba brujerías. Me han llegado relatos sobre historias de personas que eran seguidoras de san la muerte o, en donde hay un entierro no declarado”.

 

Leyendas urbanas: el rubiecito de la entrada

 

Entre los muchos relatos que recibe a diario, Vidal rescata algunos para esta entrevista. Esta historia se desarrolla muy cerca de donde se ubica la cancha de Mitre, y se la relató un hombre mayor de Posadas, “donde había una especie de baile llamado ‘La Querencia’, él era habitúe, entonces una noche conoce una señorita. Se van para donde él estaba parando, entonces arrumaco va, arrumaco viene de pronto sienten como que alguien les toca las piernas, sienten que que hay algo que no debería estar allí. Se asustan lógicamente, prenden las luces y no ven nada. Entonces apagan las luces, y nuevamente vuelven a sentir esta presencia”.

 

El escritor afirma que el protagonista de su historia, le dice que “en ese momento se acuerda que algunas veces cuando regresaba a su casa veía un niño rubiecito, chiquito de uno 3 años, que jugaba en la puerta de su casa, pero cuando llegaba ya no lo veía más”. Esto ocurría siempre de noche, “y en ese momento se acordó de eso”.

 

Leyendas urbanas

 

Este hecho despertó la curiosidad del protagonista de la historia, quien decidió “investigar un poco más. Entonces lo que hicieron fue sacar los tablones, empiezan a cavar, hasta que encuentran una cajita como de zapato, muy podrida por el tiempo, donde había restos de un niñito”.

 

Siempre según el relato que recibió Vidal, “tomó eso como que se trataba de esa presencia, esa almita que andaba merodeando el lugar. Y habló con un sacerdote, quien le dijo ‘bueno, tráeme esto que encontraste vamos bendecirlo y, ver como se le puede dar una sepultura como para que deje de vagar’, y a partir de ese momento no volvió a ocurrir más nada en esa casa”.

 

Leyendas urbanas: casas con un entierro

 

Según Vidal, “otro tipo de casa embrujada que se puede dar es, aquella donde hay un entierro, por ejemplo, un tesoro”.

 

En una clara referencia a lo que dicen las leyendas sobre la plata yvygüy, el escritor afirma que en la zona es costumbre señalar que “cuando hay un asombrado es porque, éste dejo algo enterrado en ese lugar, y entonces hay que cavar”.

 

Pero advierte que, entre tantas leyendas e historias, “yo nunca conocí a alguien que haya encontrado nada”. Sobre este tema también tiene un relato.

 

Asegura que este hecho ocurrió hace unos años en Villa Cabello, sobre la avenida Blas Parera, “en esta casa se observaban presencias y humo que se veía todas las noches. Ocurrían cosas como ver a los niños jugar y estos niños volaban, como algo que los levantaba y los aventaba de nuevo hasta volverlos a su lugar. Dice que era mucha gente la que se juntó a trabajar”, comenzó a cavar buscando ese tesoro.

Leyendas urbanas

 

A medida que el trabajo colaborativo hacia el pozo más profundo, los participantes comenzaban a “encontrar serpientes, empiezan a sentir piedrazos que vienen desde los árboles, cosas así. Al final no llegaron a encontrar nada, pero como que siempre les quedo la duda. En base a estas manifestaciones. De ver humo, y como fuego que se veía en distintos puntos”, reconoció.

 

Leyendas urbanas: espíritus más violentos

 

Las experiencias de las personas con hechos sobrenaturales o “hechos poco comunes”, como prefiere llamarlo Vidal, a veces traspasa la barrera de solo escuchar o ver, “hay relatos que tienen que ver con lo que algunos llamarían como espíritus más violentos, en donde se han llegado a ver rasguños o rasgaduras, o incluso arañazos en personas”.

 

 

Los que relatan estas historias afirman que “esos son como espíritus más violentos según la creencia de cada uno, pero creo que no han llegado a mayores”.

 

Leyendas urbanas: una mujer muy aferrada a su casa

 

Otra de las historias que recibió, el escritor hace referencia a hechos que ocurrieron en una casa en el barrio Villa Flor, “aquí vivía una señora que tuvo una muerte muy violenta, murió asaltada, era una señora soltera y su única compañía era un perro. Aparentemente alguien que la conocía entró y la terminó asesinando. El hecho habría ocurrido a mediados de los ‘90”.

 

Vidal relata que, la “casa después se empezó a alquilar, y lo que me decían es que nadie podía resistir a vivir demasiado tiempo. Y hablando con la persona que me mando la historia, también me dijo que algunas noches se escuchaba la voz de una señora grande diciendo: ¡David, Adentro!”

 

Leyendas urbanas

 

Los vecinos aseguran que David, era el nombre del perro que tenía la señora. “Y lo que dicen es que la señora no se va a ir nunca de la casa, porque era una señora solterona estaba muy aferrada a las cosas materiales que había conseguido, amaba mucho su casa”.

 

Leyendas urbanas: todas las casas embrujadas están relacionadas con hechos trágicos

 

En la página, “La Noche del Pombero”, es posible encontrar muchas historias, que los posadeños deciden compartir de manera anónima. “Hay muchos casos que se repiten las historias, hay edificios, donde antes existían casas con un pasado trágico”.

 

Vidal señala que también, “hay muchas historias que están relacionadas con centros de detención clandestina, por ejemplo. Me han llegado historias del colegio que está en Ayacucho y entre Ríos, que ahí hubo un centro de detención clandestino”.

 

Muchas de las historias que llegan a la página son de guardias de seguridad, que han trabajado en diferentes lugares y “me van tirando data. Y ahí se fue copando mucha más gente, con historias que ocurrieron en sus casas”.

 

“Yo prefiero decir que son historias poco comunes. La verdad es que Posadas tiene muchísimas historias, tanto para el que cree como para el que no. Hay que reconocer que son muy divertidas”, concluyó el recuperador de las leyendas urbanas de Posadas.

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