Se realizó un homenaje por el 39° aniversario del fallecimiento del Teniente Roberto Estévez: «Era una persona normal que hizo cosas extraordinarias» recordó Julia Estévez

Autoridades  del Ejército Argentino llevaron a cabo una Ceremonia con motivo de Conmemorar el 39° Aniversario del Fallecimiento del Teniente Primero “Post Mortem” Roberto Estévez, “Héroe de la Ciudad de Posadas”, muerto en la Guerra de Malvinas.

 

Condecorado “Post Morten” con el máximo galardón que se puede entregar: “Al Heroico Valor en Combate”,  Roberto Néstor Estévez es sin dudas el prócer misionero cuyo legado debe permanecer siempre latente.

 

 

Valiente y decidido,  el joven militar que supo defender a la Patria hasta dar su vida, sigue vivo en el recuerdo de su familia, sus camaradas, los posadeños y todo argentino que conoce su historia y su carta. La carta que Roberto le escribió a su papá casi como una señal del destino.

 

Hombre de una profunda fe, guió sus tropas en el duro y encarnizado combate librado el 28 de mayo de 1982 en Pradera del Ganso, hasta perder la vida. Primero una bala enemiga lo hirió en la pierna, cosa que no le impidió seguir. Luego un disparo impactó en su hombro y ya como presagiando su destino instruyó a su subalterno para que tomara el mando. Finalmente murió producto de un disparo en su rostro.

 

María Julia Estévez, hermana de Roberto Estévez, tomó la palabra en representación de la familia y dialogo con Misiones Online. «Nuestro hermano, muy querido y muy recordado, fue un chico común como todos los posadeños, pero que siempre mantuvo muy firme lo que quería hacer. La carta que deja para papá lo pinta de cuerpo entero, no fue un héroe de bronce desde que nació, ahora se lo recuerda como lo que fue, un héroe».

 

 

«Era muy muchacho común, apegado a su familia, que valoro muchísimo la amistad, la solidaridad, la religión y todo eso se lo transmitió a sus soldados. Los soldados que volvieron de Malvinas lo recuerdan con muchísimo cariño y se siguen reuniendo, porque eso fue lo que el les dijo en Malvinas, tienen que mantenerse unidos y cuidarse entre ellos. La misión que ellos tenían era superior, por ello tenían que mantener la fe».

 

«Era una persona normal, que hizo cosas extraordinarios».

 

Quien fue Roberto Estévez

 

Nació en Misiones 24 Febrero de 1957 Ingresó al CMN 27 Feb 75 y egresó como Subt I en el año 1978. Participó como Teniente, en el desembarco del 02 de Abril de 1982 con el RI 25, siendo desplegado con la Ca I “C” del Regimiento en la localidad de Darwin.

 

Durante la guerra de Malvinas, el teniente Roberto Estévez estaba posicionado en con sus hombres en Pradera del Ganso, cuando recibió la orden de atacar la Colinas de Boca House. Considerando Estévez que aquella era una misión sin retorno, agradeció a su superior la oportunidad que le daba de llevar a cabo esta misión. Arengó su tropa y al frente de ella se dirigió al objetivo bajo un intenso fuego de artillería, llegando al mismo en la madrugada siguiente, reza la semblanza de La Gazeta.

 

roberto estevez

 

– «Teniente Estévez, como último esfuerzo posible, para evitar la caída de la Posición Darwin-Goose Green, su Sección contraatacará en dirección NO, para aliviar la presión del enemigo sobre la Compañía «A», del Regimiento 12 de Infantería. Tratará de recomponer, a toda costa la primera línea. Sé que la misión que le imparto sobrepasa sus posibilidades, pero no me queda otro camino».

 

Luego, lo despidió con un fuerte abrazo. La difícil y crítica situación no le permitió agregarle ningún otro tipo de detalle a la orden; además, tratándose de Estévez, eran innecesarios.

 

-«Soldados, en nuestras capacidades están las posibilidades para ejecutar este esfuerzo final, y tratar de recomponer esta difícil situación. Estoy seguro de que el desempeño de todos será acorde a la calidad humana de cada uno de ustedes y a la preparación militar de que disponen» …así fue la rápida arenga de Estévez.

 

Finalmente, todos los integrantes de la fracción, escucharon la mejor y más hermosa orden que puede dar un Jefe: «Seguirme!». Pronto estarían inmersos en el combate.

 

roberto estevez

 

– «Para la Sección, sobre las fracciones enemigas que se encuentran detrás del montículo, ¡fuego! Artilleros, sobre el lugar, deriva 20 grados, alza 400 metros, ¡fuego! Esté atento Cabo Castro, en dirección a su flanco derecho, puede surgir alguna nueva amenaza…» -diversas órdenes se entrecruzaban en medio del fragor y la ferocidad de la lucha; finalmente, se logra bloquear el avance, y aliviar en parte la presión ejercida por los ingleses.

 

– Cabo Castro, me hirieron en la pierna, pero no se preocupe, continuaré reglando el tiro de la artillería -gritó, sin titubear, el Teniente Estévez.

 

– Enfermero, ¡rápido, atienda al Teniente! -ordenó Castro, con un grito.

 

– Me pegaron de nuevo, esta vez en el hombro. Cabo Castro no abandone el equipo de comunicaciones y continúe dirigiendo el fuego de artillería…- fue su última orden; un certero impacto en la cara, quizás de un tirador especial, lo desplomó sin vida.

 

– «Soldados, el Teniente está muerto, me hago cargo» – gritó Castro y continuó con la misión ordenada, hasta que fue alcanzado por una ráfaga de proyectiles trazantes, que llegaron a quemar su cuerpo.»

 

– «Camaradas, me hago cargo del mando de la Sección, nadie se mueve de su puesto, economicen la munición, apunten bien a los blancos que aparezcan». – el Soldado Fabricio Carrascul, llevado por el ejemplo heroico de sus Jefes que yacen inermes en el glorioso campo de la guerra, impartió con firmeza su primera orden.

 

– Los ingleses se repliegan, bien, los hemos detenido y los obligamos a retirarse. ¡Viva la Patria! – gritó con alegría, Carrascul, al ver la maniobra inglesa. En ese momento, un preciso disparo, quizás del mismo tirador especial que eliminó a sus Jefes, le quitó la vida.

 

Sin Jefes, agotadas las municiones y transportando sus muertos y heridos, la veterana y gloriosa Primera Sección de Tiradores Especiales se retiró hacia sus posiciones iniciales, habiendo cumplido con la Misión.

 

La carta de Roberto Estévez a su familia

 

 “Querido papá:

 

“Cuando recibas esta carta, yo estaré rindiendo cuentas de mis acciones a Dios Nuestro Señor. El, que sabe lo que hace, así lo ha dispuesto: que muera en el cumplimiento de mi misión. Pero, ¡fijate vos qué misión! ¿No es cierto? Te acordás cuando era chico y hacía planes, diseñaba vehículos y armas, todos destinados a recuperar las islas Malvinas y restaurar en ellas Nuestra Soberanía? Dios, que es un Padre generoso, ha querido que éste, su hijo, totalmente carente de méritos, viva esta experiencia única y deje su vida en ofrenda a nuestra Patria.

 

“Lo único que a todos quiero pedirles es: que restauren una sincera unidad en la familia bajo la Cruz de Cristo. Que me recuerden con alegría y no que mi evocación sea la apertura a la tristeza. Y, muy importante, que recen por mí.

 

“Papá, hay cosas que en un día cualquiera no se dicen entre hombres, pero que hoy debo decírtelas: gracias por tenerte como modelo de bien nacido, gracias por creer en el honor, gracias por tener tu apellido, gracias por ser católico, argentino e hijo de sangre española, gracias por ser soldado, gracias a Dios por ser como soy, y que es el fruto de ese hogar donde vos sos el pilar.

 

“Hasta el reencuentro, si Dios lo permite. Un fuerte abrazo. Dios y Patria o Muerte. Roberto.”

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