Día Internacional de las familias: Vivir en familia es un derecho

En el día de la familia, es frecuente ver que las escuelas, los clubes y los distintos entornos en los que los niños circulan, invitan a niños, niñas, abuelos, padres y madres a festejar. Sin embargo, millones de niños en todo el mundo esperan años para vivir y desarrollarse en un medio familiar.

 

 

En Argentina, son más de 9.000 los niños, niñas y adolescentes que no viven en sus entornos de origen y que esperan que su derecho a la convivencia familiar se garantice. Porque vivir en familia es, ante todo, un derecho.

Aunque no existe una sola definición de familia y son múltiples las maneras en las que estas pueden conformarse, el punto en común de todas es su responsabilidad sobre sus miembros más pequeños. Es decir, su rol central en el cuidado y protección de niños, niñas y adolescentes. 

Sin embargo, tal como lo estipula nuestra legislación nacional, es el Estado quien debe proveer las condiciones para que estos cuidados puedan hacerse efectivos.  Porque cuidar no depende solo de personas individuales, es una tarea colectiva y compartida, que supone condiciones básicas para su ejercicio: vivienda adecuada, alimentación saludable, acceso a la salud y a la educación, redes de apoyo, ingresos apropiados. Condiciones de vida que hoy no están garantizadas para las más de 19 millones de personas que viven en la pobreza en Argentina.

Al problema estructural de la pobreza en nuestro país, se sumó la pandemia y sus consecuencias sanitarias, económicas y sociales. La pérdida de ingresos, el debilitamiento de los lazos comunitarios, el aumento de las violencias al interior de los hogares son todos factores que impactan en las familias y aumentan los riesgos de separación.

Y es importante decirlo: cuando un niño/a es separado de su entorno familiar y aparece la necesidad de cuidado alternativo significa que hay un Estado que falló.

Significa que habrá un niño más a la deriva de un sistema de protección que puede tardar años en dar respuesta a su situación. Es por eso que estamos convencidos que el camino es trabajar en la prevención.

Desde Aldeas Infantiles SOS Argentina trabajamos diariamente para prevenir la necesidad de separación familiar. En las distintas provincias en las que llevamos adelante nuestra misión, desarrollamos acciones de fortalecimiento familiar y comunitario, trabajando codo a codo con cientos de familias que sufren las consecuencias de la pobreza y la marginación. Brindamos apoyo para que niños y niñas puedan crecer con todos sus derechos garantizados. Ofrecemos talleres de crianza positiva y afectividad consciente para acompañar a niños y niñas a crecer en entornos libres de todas las formas de violencias.

Pero nuestro esfuerzo no es suficiente. La responsabilidad del Estado es indeclinable, y sin un verdadero compromiso el futuro parece desolador.

 

Las familias necesitan hoy más que nunca de un Estado presente que con políticas públicas acompañe la compleja tarea de cuidar. Las transferencias de ingresos, la ampliación de los servicios de cuidado infantil y el trabajo en fortalecimiento familiar son algunas de las claves para lograrlo.

 

Sin este acompañamiento cercano e integral, miles de niños y niñas quedarán expuestos al enorme riesgo que significa la pérdida del cuidado familiar.

Hoy tenemos la posibilidad de trabajar para prevenir mayores vulneraciones de derechos, en lugar de trabajar para restituirlos cuando ya es tarde. El fortalecimiento familiar debe ser una política continua y una prioridad para el Estado, siempre y especialmente en contexto de pandemia y crisis social. Porque vivir en familia es un derecho.

 

 

 

 

———-

Lic. Leila Grynwald

Eikasía Comunicación Corporativa

54 9 11 4992 2480

 

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas