Fundación El Arte de Vivir: construye casas y además brinda apoyo espiritual a los que perdieron todo tras los incendios en El Bolsón

Cristian Tobio, oriundo de La Plata, es voluntario de la Fundación El Arte de Vivir, una ONG con presencia en todo el mundo que se dedica a construir casas y además a brindar apoyo espiritual a las víctimas de catástrofes naturales y no naturales.

Cristian Tobio – Misiones Online


La fundación está en 156 países, da muchos programas y uno de ellos es el alivio post-trauma que se da en zonas de catástrofes naturales o no naturales y también en zonas vulnerables. “Me tocó estar en la explosión del volcán en Villa La Angostura en 2011, en 2013 nos toco la inundación en La Plata, donde hubo más de 200 personas fallecidas y fue increíble todo lo que paso. En 2013 en Formosa, 2016 en el terremoto de Ecuador y también la explosión en Rosario y ahora me toca estar acá”, comentó Tobio en diálogo con Misiones Online.

 

 

Además comentó que en este momento se encuentra en El Bolsón y, es voluntario de la ONG más grande basada en trabajo voluntario: “Yo no cobro un centavo, lo hago porque es lo que me gusta”.

 

La Fundación realiza muchas actividades solidarias pero su fuerte es ayudar a las víctimas a través de un curso que se llama “alivio post-trauma”, el cual disertaron en Japón, en el tsunami de Haití, y también en las Torres Gemelas. “La gente entra en shock, la mente se traba y queda en un estado de alerta”.

 

Las herramientas que brindan son a través del yoga, de la meditación, de técnicas de respiración que son importantes en estas situaciones. También brindan charlas motivacionales.

 

Comentaba que en este momento se encuentra en El Bolsón (Río Negro).Este fue un incendio sin precedente porque a la vez hubo 7 focos diferentes, la gente veía que venía el incendio desde muy adelante pero de golpe aparecía de atrás, entonces había que salir corriendo. La gente que se encontraba en la ruta, los levantaban en autos y los llevaban, sin saber si iban para un lugar más peligroso o no”.

 

fundacion el arte de vivir

 

Hizo referencia a que uno de integrantes también de la ONG, Juan, cordobés, ayudo y salvó la vida a una familia, “los metió dentro de una pelopincho y ponían una chapa arriba y, mientras pasaba el incendio tiraban agua para mojar un poco la chapa y pudieron salvar su vida”.

 

“Un nenito de 11 años, que vivió el incendio relato que sueña con el mismo, que se le incendian las mascotas, que se muere prendido fuego. Hay un montón de nenes que han cambiado su carácter, hay que trabajarlo para poder sacar esos recuerdos, sino eso queda ahí”.

 

Relató que todas las catástrofes son distintas, “la gente te dice no quiero vivir más, mi vida se fue en un segundo, algunos dicen yo sigo adelante por mi familia, por mis hijos”.

 

“Los cursos los damos más adelante, arrancamos diciendo en que te podemos ayudar, tratamos de salvar cosas de las viviendas, lo que queda abajo de algunos escombros. Por otro lado hay que ir pisando muy despacito porque te preguntan que te queres llevar, algunos ponen carteles que dicen no al turismo morboso. Algunas personas te piden para sacar fotos y los sacan a patadas”.

 

La clave según Cristian es ir de a poquito y ganarse la confianza, hacerles entender a las personas que están para ayudarlos, que no se quieren llevar nada. “Los voluntarios nos llevamos mucho más de lo que se puedan imaginar, el primer beneficiario cuando uno puede ayudar es uno mismo, a mi es lo que me hace sentir pleno”.

 

En este momento, son cuatro personas de la Fundación que se encuentran en El Bolsón. Dos que están desde el principio. “El fin de semana viene gente que no es de la fundación a ayudar. Con lo que primero podemos ayudar es construir un techito para que la gente abajo del mismo pueda ir armando su casa. Nos propusimos armar 30 viviendas, en menos de dos meses vamos por la número quince. Cada dos días y medio terminamos una estructura con el techo de chapa, aislante, lana de vidrio”.

 

Tobio hizo referencia a que mucha gente no se suma a colaborar porque dice “no sirvo para esto”, y la verdad es tomar responsabilidad, responder con habilidad. “Con la actitud de querer hacer algo es suficiente, hay que decir tengo ganas de estar, de aprender y las cosas empiezan a suceder”.

 

Por último narro que, al principio ellos tampoco sabían hacer casas, estructuras y ahora, descubrieron habilidades que no sabían que tenían. “Nuestra mente pone un techo, dice no podemos, pero hay que saber que somos descapotables, podemos hacer lo que nos propongamos”.

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