Reflexión del Pastor Guillermo Decena: “El candelabro de oro”

El candelabro era el artefacto de oro puro, de siete brazos que iluminaba el recinto llamado “Lugar Santo” proveyendo iluminación para el servicio que debían hacer los sacerdotes. Era todo de oro puro labrado a mano, y esto era hecho a martillazos, o sea que los que debían hacerlo tenían que tener una habilidad superior, una dedicación extraordinaria. Esto significa que, para el pueblo de Dios, portar la luz de Dios, no es fácil. Demanda de nosotros esmero, enfoque, planeamiento, organización, sacrificio, dedicación y esfuerzo.

 

“Harás además un candelero de oro puro; labrado a martillo se hará el candelero; su pie, su caña, sus copas, sus manzanas y sus flores, serán de lo mismo. Y le harás siete lamparillas, las cuales encenderás para que alumbren hacia adelante” Éxodo 25:31-37 RVR

 

Meditemos en el candelabro de los siete brazos. Significa la presencia del Espíritu de Dios con su pueblo. Apocalipsis Habla de los siete espíritus que están delante de su trono. Y serían los ministerios o facetas de cómo se presenta el Espíritu Santo delante del pueblo de Dios. En Apocalipsis 1:4 menciona que los siete espíritus están ante el trono de Dios, en Apocalipsis 3:1 indica que Jesucristo ‘tiene’ los siete espíritus de Dios y en Apocalipsis 4:5 vincula los siete espíritus de Dios con siete lámparas ardientes que están ante el trono de Dios. Isaías 11:2 explica los siete espíritus de Dios: (1) el Espíritu de Jehová, (2) Espíritu de sabiduría, (3) Espíritu de inteligencia, (4) Espíritu de consejo, (5) Espíritu de poder, (6) Espíritu de conocimiento, (7) Espíritu de temor de Jehová. Las llamas tienen que estar ardiendo permanentemente.

 

El candelabro era el artefacto de oro puro, de siete brazos que iluminaba el recinto llamado “Lugar Santo” proveyendo iluminación para el servicio que debían hacer los sacerdotes. Era todo de oro puro labrado a mano, y esto era hecho a martillazos, o sea que los que debían hacerlo tenían que tener una habilidad superior, una dedicación extraordinaria. Esto significa que, para el pueblo de Dios, portar la luz de Dios, no es fácil. Demanda de nosotros esmero, enfoque, planeamiento, organización, sacrificio, dedicación y esfuerzo.

 

El candelabro debe estar permanente encendido. Esto quiere decir que debemos estar siempre encendidos, debemos estar siempre llenos del Espíritu Santo. Y recordar siempre que no fuimos llamados por Dios para vivir vacíos, sino llenos de su Palabra, llenos de su presencia y llenos de su poder. Siempre es necesaria la perseverancia, la continuidad, no sea que se nos apague la luz de Dios. No piense que haga lo que haga, la luz seguirá ardiendo. Dice la Biblia “No apaguéis al Espíritu Santo” 1° Tesalonisense. 5:19 RVR.

 

También nos advierte Jesús un fenómeno de lo que produce las tinieblas en una persona. “cuando un espíritu maligno sale de una persona, anda por lugares desiertos, no encontrando reposo, dice vuelvo a la casa de donde salí, si esta vacía, toma otros siete espíritus peores y al final el pobre hombre termina peor que antes” (Lucas 11:24).

 

I) EL ESPIRITU SANTO ALUMBRA LA UNIDAD.

El candelabro de oro encendido alumbra la mesa de los panes de la proposición, que simboliza la comunión del pueblo de Dios. El Espíritu Santo, fuente de la unidad de la Iglesia (1 Corintios 12:13) Se trata de la unidad en la multiplicidad. Lo expresa claramente el Apóstol Pablo en la primera carta a los Corintios: (1a Corintios 12:12)

 

Puesta esta premisa sobre la unidad de la Iglesia, se puede explicar la exhortación que hallamos en la carta a los Efesios: (Efesios 4:1 -6) No se trata de una unidad automática, física, por mero compromiso o quizá fingida, sino de una unidad espiritual que exige un compromiso verdadero.

 

Pero eso vale para todos los pueblos, las naciones, las culturas, de donde provengan los que creen en Cristo. De todos se puede repetir con san Pablo lo que se lee a continuación (Efesios 4: 15 -16) Existe, por tanto, edificándose, significa: un dinamismo poderoso en la unidad de la Iglesia, que tiende a la participación cada vez más plena de Dios y crecimiento sostenido de la Iglesia misma.

 

II) EL ESPIRITU SANTO ALUMBRA LA ORACION.

El candelabro alumbraba también el altar del incienso, o sea el sacerdote podía entonces poner las hiervas aromáticas y encenderlas dos veces por día. Representa la oración asistida por el Espíritu Santo. ¿Si preguntamos quien sabe orar? Podemos decir la mayoría, ¡Yo!, pero bíblicamente nadie sabe orar como corresponde en las cada una de las circunstancias que nos toca vivir. Es por esto que la Biblia dice en Romanos 8: 26 – 27

 

La oración significa entrar en una dimensión espiritual para la que no estamos dotados de manera natural. Por ello se nos da el Espíritu, para que pueda interceder por nosotros mediante gemidos expresados en unión con nuestra propia alma y espíritu. En esto encontramos una verdad gloriosa sobre la combinación necesaria entre el Espíritu de Dios y el espíritu del hombre. De esa unión nace una oración guiada por el Espíritu Santo, conforme a la voluntad de Dios. Misterio insondable. Sin el Espíritu de Dios en el creyente somos metal que resuena o címbalo que retiñe. De Aquí mismo surge la maravillosa comunión con el Espíritu de Dios.

 

Sin el Espíritu Santo somos débiles, insuficientes, incompetentes, pero nuestra habilidad proviene del Espíritu, que nos ayuda en nuestra debilidad y nos eleva a las alturas de la voluntad de Dios. Aarón oraba dos veces, el profeta Daniel 3 veces al día, y Pablo nos da la clave “orar sin cesar” 1 Tesalonicense .5:18. RVR

 

¿Porque? ¡Porque tenemos el Espíritu Santo sin medidas, para orar!

 

Conclusión:

Todo el predio del tabernáculo representa a un cuerpo humano, el atrio es el cuerpo, el lugar santo es el alma, el lugar santísimo es el espíritu, donde mora Dios. También el apocalipsis dice que el candelabro es la iglesia, portadora de la luz del Espíritu Santo, pero aquí tenemos una enseñanza.

 

“El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias”. Apocalipsis 1:20 RVR

 

Es interesante notar que, a la primera iglesia de Éfeso, le exhorta a arrepentirse, sino va a sacar el candelabro de su lugar, o sea no podría seguir portando las llamas del Espíritu de Dios.

 

“Y le harás siete lamparillas, las cuales encenderás para que alumbren hacia adelante” Éxodo 25:37 RVR

 

La iglesia debe ir siempre mirando hacia adelante, porque se pueden producir sucesos que nos quieren detener en el tiempo, gente que parte a la presencia del Señor, pero recuerde siempre que son promovidos, y que no es una derrota, o gente que abandona el barco, debemos recordar a Pablo le sucedía lo mismo. La iglesia iluminada por el Espíritu de Dios siempre va hacia delante, sin detenerse por nada ni por nadie.

 

Que Dios te bendiga, te guarde de todo mal y tengas una semana de completa victoria!

Pastor Guillermo Decena

Centro Familiar Cristiano Eldorado

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