Bullying: cómo detectar si los niños sufren acoso escolar y qué hacer para frenar estas situaciones

Cada 2 de mayo se conmemora el Día Internacional contra el Bullying o el Acoso Escolar, con el objetivo de concienciar sobre el riesgo del acoso escolar y el bullying en los niños y jóvenes a nivel mundial. Así como buscar los mecanismos para evitar este mal, que hoy, se ha convertido en un terrible peligro para la población infantil y juvenil.

 

La fecha fue establecida por asociaciones de padres y diversas organizaciones no gubernamentales para concienciar sobre los riesgos del acoso escolar y los métodos para evitar la violencia en los centros escolares, y para establecer un protocolo de actuación ante casos de este tipo. La causa se representa con un lazo de color púrpura.

 

¿Qué se entiende por bullying o acoso escolar?

 

El Bullying o acoso escolar es la forma de comportarse o dirigirse a otra persona ya sea de forma verbal o física, causando un daño temporal o permanente en la víctima. Es un tipo de hostigamiento reiterativo de una o más personas hacia sus semejantes, en los cuales la persona sufre de amenazas, intimidación, manipulación e inclusive, agresiones físicas.

 

“Las consecuencias del acoso escolar y el bullying en los niños son bastante intensas, van desde el bajo rendimiento escolar hasta el aislamiento en el adolescente, baja autoestima, pueden aparecer síntomas de pánico, de irritabilidad, insomnio y generalmente los adolescentes tienden a ocultar esto de los padres a diferencia de los niños que pueden manifestar desde conductas al evitar la escolaridad y el encuentro con el acosador”, indicó Romina Chas, psicopedagoga consultada por Misiones Online.

 

Consecuencias del bullying o acoso escolar

 

El bullying o también conocido como acoso escolar, es un mal de la sociedad actual. Aunque siempre ha existido el maltrato y las agresiones entre la población infantil y los jóvenes, en los últimos años este problema se ha agravado, trayendo como resultado, lamentables consecuencias que pueden marcar para siempre la vida no sólo del afectado sino de su núcleo familiar.

 

Se sabe que cuando un niño o adolescente es agredido de manera verbal o física comienza a mostrar una serie de comportamientos bastantes característicos como un bajo rendimiento escolar, síntomas de depresión, baja autoestima y en el peor de los casos, el deseo de atentar contra su vida.

 

De acuerdo a estudios realizados por UNICEF, se sabe que un alto porcentaje de los niños en todo el mundo sufre de acoso escolar. Uno de cada tres, es víctima de este mal social.

 

“Los padres tenemos que estar atentos, quizás vivimos en la vorágine diaria del trabajo, de la pandemia y quizás restamos tiempo para observar lo que le ocurre a nuestros hijos. Hay distintos síntomas que pueden aparecer y depende de la edad que tenga el niño. No son los mismos síntomas en un niño pequeño que en un adolescente. Hay que estar siempre atentos a los cambios y mantener una comunicación fluida con la escuela”, dijo.

 

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