La sanción de la Constitución fue un proceso que culminó el 1 de mayo de 1853 cuando diputados reunidos en la provincia de Santa Fe dieron sanción definitiva a la Constitución Nacional de la República Argentina.
Luego de la independencia, el pueblo argentino se vio obligado a redactar su propia Constitución con el fin de establecer la unión nacional y la organización institucional.
Se trató de un largo proceso que culminó el 1 de mayo de 1853 cuando diputados provinciales —con excepción de Buenos Aires— reunidos en la provincia de Santa Fe dieron sanción definitiva a la Constitución Nacional de la República Argentina.
Nuestra Carta Magna tomó como principales fuentes la Constitución de los Estados Unidos, la Constitución de Chile, el libro Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina de Alberdi, los pactos preexistentes y el Acuerdo de San Nicolás. Estas fuentes funcionaron como modelos ideológicos, religiosos y estructurales.
Ella estableció como forma de gobierno la representativa, republicana y federal, el poder tripartito —ejecutivo, legislativo y judicial—, el culto católico como religión oficial y al mismo tiempo la garantía de libertad de culto.
La Constitución, junto con los Tratados Internacionales con jerarquía constitucional, funciona como ley suprema, de manera que las demás leyes, normas y decretos deben ajustarse a ésta y no contradecirla; caso contrario, éstos pueden ser declarados inconstitucionales.
La argentina, por ejemplo, es de tipo rígido, esto quiere decir que su modificación, total o parcial, debe realizarse según el procedimiento de reforma contemplado en el artículo 30 de la CN. Según éste, el Congreso debe declarar la «necesidad de reforma» y convocar a una Convención integrada por personas elegidas directamente por el pueblo. .
La aprobación de una Constitución Nacional respondía a la necesidad de un régimen legal que tenga por objetivo constituir la unión nacional, afianzar la justicia y consolidar la paz interior. La norma estableció la forma de gobierno representativa, republicana y federal; la división de poderes y las garantías de derechos civiles a todos los habitantes del país.
Desde su sanción en 1853, la Constitución fue reformada cinco veces, siendo la última vez en el año 1994, cuando se incorporaron derecho de tercera y cuarta generación, así como también se reconoció la jerarquía constitucional de los tratados internacionales de Derechos Humanos.